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Antón Castro

LAS PALABRAS. DESDE "REFLEXIONES CAFEÍNICAS"

LAS PALABRAS. DESDE "REFLEXIONES CAFEÍNICAS"

[Quizá fuese ayer cuando Maria de México, amiga seguramente de Magda Díaz Morales,  entró en mi blog y dejó una nota y un enlace. Lo seguí y me encontré con su propio  blog, Reflexiones cafeínas, http://www.reflexionescafeinicas.blogspot.com/, donde he hallado este texto en torno a las palabras, con esta foto, publicado el pasado agosto. Creo que insistió mucho en ello Ángel Guinda: las palabras son como seres vivos. Aquí están las palabras de María de México.]

 

LAS PALABRAS

 

Ah, las palabras...


Imprescindibles, obligatorias, resanadoras..., conjunto de letras acomodadas: Con voz o sin ella, nuestras aliadas...


Palabras indómitas, palabras lacerantes, palabras que guían y que iluminan. Palabras de amor, de pasión, de dolor, de amargura, de tristeza, de placer..., palabras sabias que transmiten conocimiento. Palabras puras de pensamientos impuros. Palabras que dan forma y sentido a la emoción, a la maravillosa descripción del escritor consumado, o del frustrado que ve en ellas lo que no ve en un par de ojos...


Palabras hábiles, traidoras, envolventes, cariñosas y sobreprotectoras. A veces caen por su propio peso; el peso de la realidad, prescindimos de ellas y son sustituidas por imágenes u otros elementos.

 

Por el contrario, acompañan, refuerzan y dan sentido y color a situaciones que lo merecen, dan cuenta de nuestros pareceres, opiniones, sensaciones, razones…

 

Son un estorbo o, en un momento dado, arma arrojadiza, herramientas insustituibles, poderosas aliadas.


Pueblan los horizontes más lejanos, los recodos más recónditos de nuestra alma, los sueños más extraños y fantásticos.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado con ellas cuando las hemos necesitado?, ¿Cuántas han definido y puesto en su sitio problemas, ideas, sentimientos, actos que sin ellas se hallaban perdidos, desubicados, en pérdida…?

 

Son un juego, un complejo e infinito laberinto intrincado, un entramado compacto, un telar grueso que nos cobija y esconde, nos delata y nos arroja al mundo acorazados…

 

*Esta foto está tomada de la página de María y es la misma que ilustra este texto.

 

 

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