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Antón Castro

CHARLES DICKENS, ENAMORADO

CHARLES DICKENS, ENAMORADO

 

Charles Dickens (1812-1870) es uno de los grandes novelistas de todos los tiempos. Contó la infancia como nadie, creó heroínas como Dora, fue un gran viajero y llevó hasta sus últimas y exitosas consecuencias el arte del folletín. Estos días han aparecido reediciones de sus libros, muchas (citamos, así a vuela pluma, dos: ‘David Copperfield’ en Alianza y ‘La pequeña Dorrit’ en Alba: para algunos quizá sus dos obras maestras), y ha aparecido, casi en vísperas del día de los Enamorados, ‘Dickens enamorado’ de Amelia Pérez de Villar en Fórcola, un libro ameno y documentado que indaga, a las luz de su epistolario, en sus peripecias de amor. Dickens fue un hombre mundano, que frecuentó a numerosas prostitutas, un gran viajero, y vivió tres historias de amor claras: la primera fue con Mary Beadnell, que duró desde 1830 hasta 1833, probablemente la pidió en matrimonio, o cuando menos entre ellos existió una promesa de amor, pero los padres de ella la mandaron fuera, a Suiza, y al final Dickens no fue aceptado por su pobreza. Años después, rico y famoso, ambos se reencontraron ya sin entusiasmo carnal ni afectuoso. Poco después conoció a Catherine Hogarth, con la que se casó: se amaron al principio, convivieron sin demasiado amor durante más de una década (Catherine alumbró a diez hijos), se separaron sin hacer ruido o guardaron las composturas, y finalmente, en los últimos años de su vida, Dickens se encontró con la joven actriz Nelly Ternan, con quien vivió “una historia triste” y clandestina, pero apasionada, aunque según Amelia Pérez de Villar, ahí apareció un Dickens negociador. Nelly lo cuidó en sus últimos años y contó con la complicidad de su propia madre. El libro de Amelia es riguroso y metódico, de gran fluidez, y se lee con placer.

 

*En la fotos: Amelia Pérez de Villar, la portada del libro y Charles Dickens.

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