IGNACIO SANZ: UN ROMANCE
ROMANCE DE DOÑA GURRI GUARRA
Antes que duques o condes,
u otras grandezas de España,
se crucen en el camino
tranquilo de mi morada,
prefiero que me salude
doña Gurri, Gurri, Guarra,
que todo es placer al lado
de una cochina marrana.
Los duques y los marqueses
si pueden te la preparan,
de una marrana cochina
tan solo el placer se aguarda:
solomillos, costillares,
torreznos magros del alma,
chorizo, lomo, jamón,
caretas y carrilladas;
y otros bocado que guardo
por no alargar la comanda;
como al perro de Paulov
los jugos se me desatan,
así que ya queda dicho,
viva doña Gurri Guarra,
y allá se pierdan los duques
y las grandezas de España.
*Recibo un comentario en el blog del escritor Ignacio Sanz, narrador, activista cultural, cuentacuentos, y le pido que envíe alguna de sus cosas. Manda este romance, emparentado con Teruel. Dice: “Como yo no soy poeta, sino letrista, que es otra cosa, te envío este romancillo que escribí en su día y que forma parte de una serie de letras dedicadas al cochino y a la matanza que musicaron los del Nuevo Mester de Juglaría en un disco que salió hace años titulado ‘A ti, querido cochino’, que se ha convertido en un clásico del género matancero. Esta letrilla y otras dos más las recité el otro día en Teruel; no en vano es una de las ciudades más chacineras de España. Una de las pocas industrias que proporcionan los fríos. En eso estamos hermanados los segovianos y los turolenses”. La fotografía es de Cristina García Rodero, un magnífico ejemplo de paradojas.
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