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Antón Castro

HOMENAJE A MARIO MERLINO

HOMENAJE A MARIO MERLINO

ESPECIAL ESF - HOMENAJE A MARIO MERLINO


La madrugada del 28 de agosto, a los 61 años de edad, en Madrid, moría
Mario Merlino. Escritor y traductor de origen argentino exiliado en España. Desde la revista En Sentido Figurado, que avanza con "el mar de por medio", como Mario, queremos dedicarle esta edición especial. Sin duda, hay muchos retazos dispersos: obra, encuentros, anécdotas, recuerdos, fotos, grabaciones, prensa, fragmentos de textos, técnicas de escritura, y todo aquello que podría perderse. También nos gustaría reunir poemas, ensayos, micros o cuentos sobre o para Mario. Una buena selección de colaboraciones como homenaje póstumo.


No dudes en enviar esta convocatoria a los cuatro vientos, para que la
semilla de Mario germine.


Si quieres colaborar en esta edición especial que saldrá en diciembre,
envía tu colaboración a cualquiera de las direcciones que siguen, antes del
12 de noviembre:


Textos literarios y traducciones:
emilia-oliva@ensentidofigurado.com
puerto-gomez@ensentidofigurado.com
pedro-herrero@ensentidofigurado.com
Estudios y ensayos:
ensayos@ensentidofigurado.com
judy-allende@ensentidofigurado.com
Documentos gráficos / fotografías:
fotografia@ensentidofigurado.com
Vídeos: video@ensentidofigurado.com
Otros: jgllama@ensentidofigurado.com

Un saludo cordial
El Equipo de ESF
www.ensentidofigurado.com

*Este es el artículo de recuerdo que publiqué en 'Heraldo' en su recuerdo

MARIO MERLINO: TRADUCTOR, POETA Y RAPSODA

 

Falleció el Premio Nacional de Traducción de 2004, la voz española de Lobo Antunes

 

Mario Merlino era uno de esos traductores que hacían suyas todas las lenguas: el inglés, el francés, el italiano, el portugués. Igual traducía a Allen Ginsberg, a quien acompañó en su visita a España en 1994, que a Natalia Ginzburg, igual traducía a Eça de Queiroz que a Jorge Amado o Clarice Lispector. Aunque el autor con el que se ha hecho más conocido ha  sido con Antonio Lobo Antunes: en 2004 logró el Premio Nacional de Traducción con ‘Auto de los condenados’. El exigente y complejo autor portugués hacía ya tiempo que lo había escogido como su voz en español. Mario Merlino siempre recordaba que Antunes prefería un “traductor que estuviese muy interiorizado con su obra”. Una de sus últimas traducciones era ‘Manual de inquisidores’.

Mario Merlino era un asiduo de las Jornadas en torno a la Traducción Literaria de la Casa del Traductor de Tarazona, en tiempos de Maite Solana y, más recientemente, desde que Mercedes Corral asumió la dirección. El próximo mes de septiembre iba a regresar para poner voz a los traductores, para defender sus derechos, pero también para hacer algo que le encantaba: recitar poemas, leer textos suyos y ajenos, realizar una de sus ‘performances’. Mario Merlino tenía una hermosa voz (“Sé que tengo una buena voz”, dijo) y era capaz de desgranar un poema, verso a verso, hondura a hondura, mientras pelaba una manzana. Su vinculación aragonesa no finaliza ahí: acaba de publicar en el sello Eclipsados de Ignacio Escuín el libro ‘No hay adverbio que te venga bien’, escrito con Jesús Marchamalo e ilustrado por Isidro Ferrer. Un libro delicioso y delicado que está fuera de colección.

Mario Merlino falleció, a consecuencia de una enfermedad hepática, la noche del jueves al viernes. Había nacido en Coronel Pringles (Argentina) en 1948. Era hijo de una maestra de origen piamontés y de un comerciante que poseía una máquina de escribir Underwood. De vez en cuando, el niño se sumía a una banqueta y se asomaba a sus teclas. Más tarde, seducido por la poesía, con poco más de catorce años, dirigió en su ciudad, que también era la del narrador César Aira, un programa de radio de poesía. Luego continuó su aprendizaje y se trasladó a la Universidad de Bahía Blanca. Cultivó el teatro, una disciplina que siempre le gustó mucho. En 1976 escapó de la dictadura de Jorge Videla y vino a España, donde redactó diversos libros de encargo de carácter histórico como ‘El Medievo cristiano’, entre otros. Posteriormente, impartió numerosos talleres literarios, dirigió la Enciclopedia Encarta, primero en España y luego en Brasil, y poco a poco concretó su amplio campo de intereses: la traducción, por supuesto, la poesía y la recitación, la defensa de los derechos de los homosexuales, el cosmopolitismo, numerosas causas de la izquierda, la amistad. Pero también, y casi obsesivamente, la necesidad de ser muchas personas a la vez, muchos escritores a la vez, un anhelo que nacía de su obsesión por comunicarse. Algo que hacía muy bien, con su particular sentido del humor.

Ha sido director de la asociación de los traductores españoles y de la revista de traducción ‘Vasos comunicantes’, y publicó varios poemarios: ‘Missa pedestris’ (2000), ‘Libaciones y otras voces’ (2004) y ‘Arte cisoria’ (2006). Su curiosidad lo impulsó a publicar dos curiosos libros: ‘Cómo jugar y divertirse con palabras’ y ‘Cómo jugar y divertirse con periódicos’, que tenían un carácter divulgativo y lúdico. El Moncayo y Tarazona este año lo echarán más en falta que nunca: echarán de menos su voz contagiosa y honda, su sentido del show, su vitalidad y su permanente rebeldía.

En una ocasión presentó en Tarazona a la autora zaragozana Soledad Puértolas y aludió a su libro ‘Con mi madre’. Citó este párrafo: “La persona que ha muerto ha emprendido un viaje, y nosotros también tenemos que avanzar. Todos viajamos, viajamos constantemente. Conozcamos o no nuestro objetivo, viajamos. ¿No nos deparará ese viaje futuros encuentros con la persona muerta, nuevas visiones de ella?”.

*Esta foto la he tomado de www.dosmanzanas.com

2 comentarios

Jordan Jumpman -

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Mario, el hombre adorable que con su voz le daba vida a las historias que otros escribían. Yo tuve la suerte de conocerle, la suerte de que le prestara su voz a mi "Electra", tuve la suerte de ser su amiga ... Hablamos mucho, reímos mucho y nos apasionamos mucho el día en el que le descubrí a Benjamin Biolay. Dura perdida su muerte.