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Antón Castro

SONETOS DE LUIS ANTONIO PUENTE

SONETOS DE LUIS ANTONIO PUENTE

La entrada anterior de ‘Enroque frontal’ de Luis Antonio Puente quedó más editada. Este sistema de blogia no me permite ni eliminar ni hacer correcciones. Tomo otros poemas, que tienen mucho de juego y de ejercicio de estilo de un escritor irónico y apasionado, y los cuelgo aquí, de nuevo, por cortesía de Octavio Gómez Milián, Comuniter y el autor. Mil disculpas. la foto es de Rossina Bossio.

 

 

REIVINDICACIONES

 

Atribuciones a las damiselas

conjugadoras de la voz pasiva.

Batalla a la escalada radiactiva

e inventario final de las secuelas.

 

Rehabilitación de las abuelas

-expertas en ternura y Receptiva.

Una administración más compasiva

y solidaridad con las escuelas.

 

Tiza indeleble contra habladurías.

Revisión objetiva de refranes.

Ondas hertzianas libres de autovías.

 

La mar salada, preñada de fletanes.

Desgravación fiscal en librerías.

Y, para los kurdos, los kurdistanes.

 

 

MOMENTO CUMBRE

 

Una palmera en los Campos del Puerto,

cierta tarde agosteña de sudores,

sugería, frente a los veladores,

 la esperanza de vida en el desierto.

 

Rememoré otros aires y otro huerto

en medio de Castilla y sus rigores

y a un ciprés solitario, ayuno en flores,

aislado en metafórico concierto.

 

Rebusqué en la memoria los estilos

del buen Gerardo y afilé la mente.

Mas no hubo inspiración que compitiera

 

con aquel sueño celestial de Silos

y una arruga nueva adornó mi frente.

Queda la intención, Dios, por si valiera.

 

PERMANENCIA

 

Arquitectura románico-lombarda

aglutinada en intersticios ciegos,

carente de blasones palaciegos,

erigida en ángel de la guarda.

 

Autoafirmada en estructura parda

cual disciplina de sus monjes legos

y flexibilizada por mil fuegos,

la empatía sincrónica resguarda.

 

La moldura ajedrezada del ábside

esgrime una textura intemporal

resuelta en pervivencia de pirámide.

 

Enajenada en firme gallardía

reivindica, insolente y ancestral,

la obligatoriedad de la Utopía.

 

POPULUS BOLEANA

 

Valeroso adalid de ingravidades

que renuncias a quietudes malsanas

en haz y envés de luces verdicanas,

vencedor de horizontalidades.

 

Grafológicamente en dos verdades

enhebrado: raíces espartanas

entibando ansiedades cartujanas

en mera negación de veleidades.

 

Que no te escalde el ferragosto fiero

ni petrifique la cellisca helada

como a tu antepasado aquél del Duero.

 

Alumbra, como faro en trasnochada,

el vector vacilante de mi quilla

contra el embate de la marejada.

 

 

2 comentarios

Tuk -

Ripioso y decadente

bob -

Tan absurdo como el autor mismo