CALVOMOÑACO DE AMOR
Me dijiste: A veces sueño que te vuelves hiedra o laurel, selva espesa, corazón salvaje de retama. A veces sueño que sales al bosque y caminas con los ciervos, con los huraños jabalíes, con las alimañas que se ocultan tras la senda tenebrosa de los pinos. Te dije: Es verdad. Hay una hora del día o de la noche, no lo sé, confundo la luz del sol y el temblor apagado de la luna, en que salgo por el mundo. Sin rumbo incierto. Con mi canción en los labios. Andrajosa, con el pelo revuelto y sin poemas en los bolsillos. Y al final llego al bosque, y me tiendo bajo el ramaje. Coloco el oído sobre la tierra húmeda y espero que ocurra algo. Deseo oír tus pasos a lo lejos, ansío oír tu canto de amor que se esparce entre la noche y la niebla del sueño. Me dijiste: A veces imagino que te encuentro junto al río lento del tiempo. Te dije: Me refugio bajo las lágrimas de los sauces y espero. Te digo: Ven. Avanza. Mi cuerpo se debilita con la música del agua.
*Alberto Calvo ‘Supermaño’ me ha mandado a mí, y al fotógrafo Manuel Martín Mormeneo, un nuevo dibujo, una aguada. Me ha sugerido esto. Podría decirse que es un poema de amor. Un poema del Día de San Valentín.
3 comentarios
Marisa Fatás -
www.myspace.com/marisafatas
Marisa Fatás -
Inés -
Creo que ya te lo dije, pero vale una vez más
Feliz día de San Valentín
Un abrazo