ALBERTINA AZÓCAR DE CHILE
Un día cayó en mis manos ‘Confieso que he vivido’ de Pablo Neruda. Y me impresionaron su vocación de escritor, una aventura de amor en el pajar, de noche y con una misteriosa mujer madura, y su ir y venir como cónsul. En la Biblioteca de la Universidad Laboral de A Coruña, alguien me descubrió un magnetófono portátil, que te dejaban llevar a casa tres días con un par de discos de vinilo. Miré lo que había y descubrí una grabación de los ‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’. Para entonces, Chile ya empezaba a entrarnos en la sangre a través del canto general de Víctor Jara, Quilapayún e Inti Illimani. Neruda era una referencia inexcusable para todos. Y para mí, con su voz lenta y cadenciosa, de inefable melancolía aguardentosa, sería una revelación. Aquel fue un libro y un disco especial, maravilloso, el cántico de la adolescencia con su abanico de fatalidad exagerada. Sonó muchas veces aquella voz, sonaron aquellos versos, mientras caía la lluvia y se enrabietaba el mar. Luego, hallé una correspondencia de Neruda con una mujer estilizada y elegante que se llamaba Albertina, Albertina Azócar, y que inspiró aquellas composiciones. Yo también me enamoré de aquella mujer que paseaba por Valparaíso con la displicencia desdeñosa de un ángel de Giacometti. Aparece una ‘Antología general’ (Alfaguara) de Neruda y la he abierto por uno de aquellos versos que Neruda pronunciaba con su voz arrastrada. Y he vuelto a acordarme de Albertina a caballo con “sus ojos claros como lagos dormidos”, del joven Neftalí Reyes y de tantas palabras arteriales, y de otros nombres: Rolando Mix Toro, José Donoso, Lucho Sepúlveda, Gabriela Mistral, Nicanor Parra, Víctor Jara, Allende, Isla Negra... Todos ellos fueron decisivos para que muchos, muchos, llevemos a este azotado Chile en el corazón.
*Arriba, el manuscrito original de 'Me gustas cuando callas...'
2 comentarios
beatriz -
saludos cariñosos desde mi terremoteado país.
Beatriz
Elías Moro -
Y Paco Ibañez, en un LP compartido con el Cuarteto Cedrón, también grabó algunos de los "2O poemas...".
Y Violeta Parra, que tenía un ángel en la voz.
Abrazos.