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Antón Castro

GRAN FUNCIÓN DE MARIANO ANÓS

GRAN FUNCIÓN DE MARIANO ANÓS

Hoy ha sido un día especialmente intenso. Esta mañana he estado en Tauste. Presenté, con Trinidad Ruiz-Marcellán, el libro ‘Vivir del aire’ (Papeles de Trasmoz: Olifante) en la Biblioteca. Fue una presentación breve de unos quince minutos. Leí tres o cuatro poemas, y luego firmé algunos ejemplares: alrededor de una veintena. Había muchos amigos y muchas mujeres del Club de Lectura, varias de ellas me dijeron que eran seguidoras de ‘Borradores’. Por allí andaban, entre otros, Mario de los Santos y Óscar Sipán, siempre llenos de proyectos y de novedades, Victoria Picó, Míchel Suñén y Fernando Jiménez Ocaña de Onagro, Joaquín Casanova recién retornado de Buenos Aires (me dijo que vio a Aloma fugazmente pero que no se saludaron al final), la pareja Miguel Ángel Pallarés y Montse de Vega, que han hecho dos libros juntos, uno sobre el Canal de las Bardenas y otro sobre los pueblos del Matarraña. Dos libros extraordinarios, de veras.

Comí con Manuel Borrás, Juan Marqués y Susana, David Mayor y Blanca, Fernando Sanmartín, y algunos amigos más. Fue una comida estupenda, llena de literatura, de poesía, de pasión por los libros. Luego, tomé un café de mediatarde con Joaquín Sicilia, el arquitecto, que me trajo un magnífico regalo: el último disco de Bigott, tan atractivo y personal como todos los suyos, con unos arreglos muy cuidados. Ya lo he escuchado una vez. Y más tarde, hacia las nueve fui al Teatro Principal, donde Embocadura escenificaba ‘El vientre del mar’ de Alessandro Baricco (el texto pertenece a su novela ’Océano mar’, publicada aquí por Anagrama), con Mariano Anós como único intérprete: un doble monólogo donde encarna dos personajes: el del médico Savigny y el de un marino, ambos navegaban en ‘La balsa de la Medusa’, el marino pierde en la travesía a muchos compañeros y a su amada Teresa. El trabajo de Mariano es extraordinario: contenido, sobrio, de una admirable seguridad. Un montaje de cámara, pequeño e intenso, medido en la dicción, en la luz, medido en la intensidad. Mariano se aleja de cualquier efectismo para realizar una función de apenas una hora, elegante y dura, que explora el afán de supervivencia, la tragedia, el miedo, la presencia de la muerte. Luis Merchán dirige este trabajo admirable, donde Mariano Anós se prueba a sí mismo y prueba el poder de la palabra, de la poesía, del arte de contar sin despilfarrar un solo gesto. La pieza, a la que quizá le sobren esas cámaras y esas pequeñas pantallas de televisión (es un rasgo de modernidad que, creo, no aporta nada sustancial), es todo un ejercicio de expresividad y de exactitud. No es fácil encontrar en el teatro aragonés actual una voz así, un sentido del ritmo y del fraseo tan límpido: Mariano Anós, que se hubiera merecido más público, mide las palabras, las repeticiones, el humor, el desgarro sin aspavientos, y explora la desolación y la soledad con algo más que oficio: con hondura y con naturalidad. Esta tarde, a las 19.00 horas, representa la segunda y última función: conmueve asistir a una función así en la que se ve, se oye y se adivina a un actor en estado de gracia. En plena madurez.

Salí del teatro con Jorge Gay, que acaba de hacer el cartel de la Feria del Libro de Madrid. Jorge pensaba lo mismo: la labor de Mariano Anós es todo un ejercicio de virtuosismo y de depuración interpretativa.

6 comentarios

manuel contreras -

Como sabes, Antón, yo fui uno de los pocos que contempló también el sábado la lección de hondura teatral y poética que nos regaló Mariano Anós. Me emocionó "El vientre del mar" y me ha emocionado también la coincidencia contigo sobre lo que allí vimos. Un abrazo para Mariano y para ti

Mariano Anós -

Pues muchas gracias. Mi ego no tiene grandes necesidades, pero siempre se agradece el reconocimiento, más que la superficialidad del éxito.

Rocalla -

Ayer estuve en el teatro con tres amigas. Todas de veintipocos años, llegamos hasta allí atrapadas por el texto de Baricco. Durante esa hora de teatro contenido pero duro, como dices, estuvimos completamente absortas por esas palabras, esos personajes y ese actor. Magnífico. Puedo asegurar que a nosostras sí nos llegó. Y se nos agarró por dentro, porque estuvimos toda la noche comentando los detalles que más nos habían impactado o emocionado. Desde pequeña he asistido a casi todas las obras estrenadas en el Principal y pocas veces se puede disfrutar de un actor con ese valor y esa seguridad, solo ante un texto como el que nos brinda Baricco. ¡Gracias!

Mariano Anós -

Muchísimas gracias, Antón. Me has emocionado. Sí, ojalá hubiera más público, pero en realidad no creo en esa entidad abstracta llamada público, sino en personas a las que pueda llegar de verdad. Me alegro profundamente de que a ti te haya llegado. Un abrazo

Lolo -

Leo Caldas y yo estamos en las primeras fases del amor, afirma Domingo Villar, el autor de "La playa de los ahogados". http://www.radiofusion.eu/manager.php?p=FichaNova&ID=6042

gonzalo villar -

que hizo tu sombra durante el almuerzo?


saludos desde el otoño.