Blogia
Antón Castro

TEATRO DE MEDIANOCHE: UN DIÁLOGO

TEATRO DE MEDIANOCHE: UN DIÁLOGO

[Antes del verano, con motivo del treinta aniversario de la compañía, preparé estas preguntas para Teatro de la Medianoche. Aquí, Domingo Castillo, Araceli Gil y Ángela Castillo Gil recorren su trayectoria, sus espectáculos, su estética, sus sueños. Este pasado fin de semana participarón en la V edición de Al! Festival de Títeres y Marionetas de La Almozara. El cartel que reproducimos, por gentileza del grupo, es de Pilar Ballabriga de 1984.]

 

-¿De dónde veníais, cuál era vuestra formación?

Araceli Gil (1962) estudió piano durante 9 años, y no terminó la carrera, comenzó bellas artes y lo dejó para entrar en el nuevo proyecto de Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza (1980) en la que hizo dos cursos y fue invitada a abandonarla.

Domingo Castillo (1958) empezó su relación con el teatro en el TIZ -Teatro Incontrolado de Zaragoza - (1975 - 1979). Realizó estudios en la Escuela Privada de Formación del Actor (1978 – 1979 – 1980). Colaboró en un programa de radio (1979-1980). Desarrollo otra de sus pasiones la fotografía de espectáculos (Festivales de Teatro de Sitges, Festivales Internacionales de Teatro de Zaragoza, compañías aragonesas…) Trabajó para la Delegación de Extensión Cultural del Ayuntamiento de Zaragoza como monitor de juego dramático en colegios nacionales de Zaragoza (1980-1981-1982-1983).

Asistió a cursos:

1981 – “Juego dramático” Alfredo Mantovani - Zaragoza

1982 – “El Teatro como instrumento de la educación”  Getafe. Allí donde conoce a Javier Villafañe.

1982 – “Dramática creativa” Federico Martín Nebrás,“Juegos dramáticos y musicales” Daniel Lovechio, “Expresión corporal” Antonio Malonda, “Expresión oral” Yolanda Monreal,“Teatro de gesto” Carlos Herans, “Teatro y expresión plástica” Jon Amuriza

Estos cursos que se celebraron en el Balneario de Panticosa fueron el lugar de encuentro de Araceli y Domingo, que en poco tiempo comienzan una relación. El fruto de su primer “proyecto” en común fue en 1983 su hija Ángela (1). Soñar nuevos proyectos juntos y compartir experiencias con el teatro, el dibujo o la fotografía fue el comienzo.

 

-¿Por qué quisisteis crear una compañía de marionetas en 1984?

 En 1980 comenzó a celebrarse en Zaragoza el “Festival Internacional de Títeres y Marionetas” allí descubrimos las diferentes técnicas de manipulación y la riqueza expresiva de los títeres. En 1981 a través de Luis Felipe Alegre, Domingo conoce a Iñaki Juárez de “Títeres La Oca” y observa con curiosidad el trabajo en un taller de títeres.

Nuestra formación era de teatro de actor, estábamos muy interesados en el teatro visual, el teatro de gesto y las máscaras. El teatro de títeres nos ofrecía una gran variedad de herramientas que nos fascinaban pero que teníamos que aprender a utilizar. Asistimos a espectáculos, analizamos videos, conversamos con otros titiriteros, intentamos desentrañar fotografías, recopilamos fotocopias de esquemas de construcción de títeres y consultamos la escasísima bibliografía sobre puesta en escena de títeres.

-Y en 1984 decidisteis crear el grupo.

En 1984 nos decidimos a crear Teatro de Medianoche. En aquella época entre la gente de la cultura existía un clima de entusiasmo y curiosidad, bastante osadía y un gran afán por aprender y compartir lo aprendido.

En esos años ser titiritero en España, para la inmensa mayoría de la gente tenía unas connotaciones nada positivas. Incluso dentro del TEATRO, los títeres eran el hermano menor al que los mayores no prestan atención por creer que no tiene nada interesante que decir. Somos autodidactas, nos hemos guiado por la intuición.

-¿Por qué os inclinasteis por el teatro de sombras? ¿Cuáles son sus influjos, de dónde procede?

La elección de una técnica de manipulación determinada ha venido siempre marcada por las características de la historia que queríamos contar. Se han utilizado una gran variedad de técnicas, a veces combinando varias en el mismo espectáculo (Títeres de mesa, Adaptación Bunraku, Marionetas de Hilo, Títeres de Varilla Superior, Marote,  Manipulación directa,  Máscaras, Guante).  Desde los comienzos hemos sentido predilección por aquellas técnicas que tenían a la oscuridad como cómplice: el teatro negro y el teatro de sombras.

¿Por qué?

Las sombras se mueven en un terreno misterioso donde el encuentro entre la luz y oscuridad da vida a las imágenes. Es un lenguaje de síntesis -desde el diseño de las siluetas, los elementos escenográficos o el uso del texto con un carácter más poético que narrativo-  donde la sugerencia estimula la imaginación. El espectáculo de sombras es la esencia del teatro, asistimos a un acto efímero e irrepetible donde los espectadores y los sombristas se comunican a través de las formas cambiantes e impalpables que aparecen en la pantalla, que actúa como el tejido de los sueños. Aunque la sombra ha acompañado al hombre desde sus inicios el teatro de sombras como tal parece ser que tiene su origen en el siglo II A.C. en China y la India.

 

 

 

-¿Cómo os fue con el primer montaje?

Nuestro primer espectáculo Tangram (1984) ya incorporaba una historia que utilizaba el teatro negro, lo que aconsejaba que se representase con oscuridad total y en sala. Entonces la inmensa mayoría de espectáculos de títeres se representaban al aire libre, generalmente coincidiendo con las fiestas de los pueblos. Nuestros medios eran bastante precarios. Realizamos unas diez funciones que nos sirvieron para conocer las reacciones del público ante el espectáculo, además de mejorar el material técnico de trabajo.

-¿Qué dificultades entraña la artesanía del títere, de la marioneta: me refiero a la construcción, a la manipulación, a la puesta en escena, a los cuidados?

Creemos que es muy importante transitar todo el proceso desde la elección de la estética, el diseño, la construcción, el trabajo de familiarizarse con el títere o la silueta experimentando sus posibilidades expresivas, la búsqueda del movimiento expresivo en función del carácter del personaje, su relación con otros personajes dentro de la dramaturgia del espectáculo. Teatro de Medianoche ha construido todos los títeres de sus espectáculos.

-Algunos os descubrimos con ‘El pirata que quiso capturar la luna’. ¿Cómo lo definimos: teatro imaginativo, fantástico, poético, teatro que buscaba la plasticidad, la belleza, detallista, meticuloso en su puesta en escena, teatro para soñar?

“El pirata que quiso capturar la luna” es un espectáculo poético, que invita a la ensoñación, con sombras negras  y sombras negras con algún detalle en color de gran fuerza expresiva, movimientos precisos que unidos a la música crean imágenes inseparables. El texto, mínimo, se reparte entre la voz femenina de la narradora en claro contraste con la voz del pirata. El proceso fue largo pero el resultado final fue un espectáculo que obtuvo muy buenas críticas y se convirtió en uno de los más conocidos de la compañía.

 

-Otra pieza clave fue ‘Los habitantes de los espejos’ (1990): algo así como una afirmación de vuestra mirada, de un gusto estético, de una inclinación a la fantasía. ¿Qué buscabais? 

Tomamos como punto de partida una leyenda china citada por Borges en “El libro de los Seres imaginarios” que hablaba de una época legendaria en la que el mundo de los humanos y el mundo de los espejos estaban comunicados. Los espejos eran puertas servían para pasar de un mundo a otro. Hicimos una recreación de la estética china con sombras negras, utilizando sombras coloreadas para los habitantes de los espejos. Para los diseños de estos últimos nos inspiramos en peces abisales y dejamos volar la imaginación, surgieron seres que parecían salidos de un bestiario. Los fondos fijos se realizaron con diapositivas a partir de dibujos y recortes sobre una mesa de luz. Utilizamos fondos móviles para crear mayor dinamismo proyectando un rollo continuo de acetato en el que habíamos dibujado con rotuladores de retroproyección.

Queríamos mostrar dos mundos muy diferentes el de los humanos y el de los espejos que finalmente entran en confrontación. Los habitantes de los espejos pierden la batalla, pero también su fuerza y su figura y son encerrados en los espejos como meros reflejos serviles de los humanos. La leyenda asegura que un día romperán las barreras de cristal y nos dominarán.

El tema de los mundos paralelos, algo que en estos momentos que estamos “viviendo” está de plena actualidad.

Tengo la sensación de que siempre habéis huido de la risa fácil, del efectismo... ¿Cuál ha sido vuestra pretensión, vuestra poética, qué habéis querido hacer en un sentido general, cuáles han sido vuestras claves?

 

Araceli y yo tenemos un carácter tímido, nos gusta observar, el humor sutil, la sonrisa frente a la risa estridente, los objetos pequeños, apreciamos la delicadeza, los pequeños detalles, la meticulosidad…y esta forma de ser se trasmite a nuestro trabajo. Nuestra pretensión ha sido crear espectáculos que despierten las emociones más que la sorpresa, que sugieran sin mostrar plenamente, que dejen libertad a la imaginación, que sean precisos técnicamente pero que tengan alma, que puedan ser visto por públicos de todas las edades y que no causen indiferencia o aburrimiento. Teatro de Medianoche reivindicó el teatro de sala para los títeres, en un momento en el que parecía que los títeres sólo podían estar en la calle.

Parece que en los 80 y 90 los títeres eran muy importantes en la escena. Había en Zaragoza un Festival Internacional de Títeres y Marionetas. ¿Qué significaba para la profesión y que supuso su pérdida?

Para la profesión fue muy importante ya que nos permitió conocer el trabajo de prestigiosas compañías nacionales e internacionales, compartir experiencias y cuestiones técnicas y abrir vías de comunicación con otros titiriteros. Con el beneficio añadido de crear un público interesado que con el paso de las sucesivas ediciones del festival estaba más formado. Teatro de Medianoche representó dentro de la programación oficial del Festival en el Teatro Principal Zaragoza cuatro de sus espectáculos: Tangram (1984),  “El pirata que quiso capturar la luna” (1987), “La Profecía” (1989) y “Los habitantes de los espejos” (1991). La desaparición del Festival, tras quince ediciones, dejo un vacío que se ha intentado cubrir con nuevas propuestas en el mismo periodo en que se realizaba, en Diciembre,  juntándose con la programación navideña lo que favorece la contraprogramación y la consiguiente dispersión del público. No conocemos ningún caso de un Festival desaparecido que haya conseguido reaparecer.

¿Cuándo, y por qué razón, decidisteis hablar con el público al final de la función?

Al finalizar las representaciones de “El Bosque del Arco Iris” (1985) en muchas ocasiones alguien del público se acercaba al escenario para ver los muñecos y nos preguntaba sobre la construcción o la manipulación. En alguna ocasión querían saber donde los habíamos comprado. Decidimos que al acabar el espectáculo mostraríamos algunos muñecos y subiríamos a algún niño al escenario para que los pudiera mover. Iniciando después un pequeño coloquio con el público. Cuando estrenamos “El pirata que quiso capturar la Luna” (1987) quedó claro que era conveniente compartir con el público algunas de las particularidades del teatro de sombras. Desde entonces el coloquio con el público para responder preguntas y mostrar los títeres se convirtió en una parte más del espectáculo. A nosotros nos sirve para conocer como percibe el público el espectáculo, que personajes les resultan más atractivos, que interpretaciones hacen de lo que han visto.

No vamos a repasar todos los espectáculos, pero se diría que 2004 fue un gran año para vosotros: celebrasteis los veinte años, expusisteis en Veruela y montasteis ‘El fotógrafo’ y ‘Sueño de medianoche’... ¿Cómo valoráis esa experiencia? 

Fue un año muy intenso. Adolfo Ayuso y Domingo Castillo fueron los comisarios de la exposición “La sombra desvelada” que se realizó en el Salón de Reyes del Monasterio de Veruela. Una parte de la exposición mostraba siluetas y diseños de los espectáculos de sombras de nuestra compañía, también aportamos libros y varias siluetas de China, Tailandia, Java y Bali de nuestra colección. Con motivo de la exposición la Diputación Provincial de Zaragoza editó el libro “La sombra desvelada” Un viaje por el teatro de sombras – donde Domingo escribió un capítulo titulado “Hágase la sombra” colaborando también en las  fotografías,  Araceli lo hizo en las ilustraciones. En el espectáculo “El fotógrafo” dos actores representan a un fotógrafo ambulante y su ayudante mientras realizan fotos con la colaboración del público. La historia pasa después a una barraca donde por medio de títeres de varilla superior conocemos algunas andanzas del fotógrafo. “Sueño de medianoche” es un espectáculo de teatro negro formado por dos historias un sueño y una pesadilla. Se estrenó en el Teatro Averíense de Aveiro (Portugal) dentro del “Festival Mascara VIII o fascinio da luz negra” Curiosamente volvimos a coincidir por tercera vez en una programación con el Teatro Negro de Praga. Este espectáculo nos ha permitido recorrer gran parte de España y se ha convertido en uno de los más apreciados.

El 2010 montasteis ‘A media luz’, con teatro de sombras y teatro negro...  

En “A media luz” combinamos las sombras y el teatro negro. Delante de la pantalla con luz negra evoluciona el personaje de un niño en un desván, representado por una actriz con máscara. Tras el en la pantalla vemos la historia que el niño esta leyendo con teatro de sombras. La existencia de estos dos planos pretende un mayor dinamismo narrativo. Este espectáculo era una incursión en el territorio del miedo y el misterio.

Vuestro último montaje es ‘Seres Uhmonos’. Creo que es para adultos y se diría que es crítico, que es de denuncia. ¿De qué os quejáis, sobre qué queréis alertar?

Esta dirigido a público adolescente y adulto. “Nacidos tras cuatro largas noches de insomnio y madurados durante un corto año por fin salen de las sombras del sueño a las tinieblas del mundo” dice Araceli sobre los personajes de su cómic. Ella misma ha dirigido la puesta en escena de un espectáculo visual sin palabras que tiene su origen en esos dibujos.  El objetivo del espectáculo es “hacer pasar un buen ratico”, formado por cuatro historias independientes que transitan de la creación a la muerte, con personajes cotidianos tan simples y desnudos como se ven o tan complejos como seáis capaces de imaginar. Un dios en zapatillas, encantadores chupasangres, una manzana objeto de deseo o el poder del miedo son los temas propuestos, donde cada gesto tiene significado, el evidente que todos ven y los que a cada uno le sugieran.  

¿En qué ha empeorado vuestro oficio?

Al contrario nuestro oficio se ha ido consolidando con el tiempo, existe más formación, más interés sobre el desarrollo de nuevas posibilidades expresivas, una interesante relación con otras disciplinas artísticas. Lo que ha empeorado es el “escenario” en el que tenemos que movernos, la situación de acoso y derribo que la cultura y la educación están soportando. La precariedad de los presupuestos de cultura que han favorecido una considerable pérdida de programaciones, la desaparición de festivales  o  su reducción a nivel testimonial. La subida del iva cultural al 21%, lo que nos convierte en el país europeo con la tasa más alta, que ante la situación económica de una gran parte de la sociedad esta decisión debe considerarse como “terrorismo contra la cultura”. Resulta desalentador que el objetivo por crear una sociedad más libre e igualitaria cuyos pilares deberían ser la educación, la cultura y la ética se este transformando en  una sociedad fragmentada en la que una parte importante de los ciudadanos tienen que dedicar toda su energía a sobrevivir. Teatro de Medianoche es una pequeña compañía de títeres que sigue creyendo en su trabajo, mantiene la ilusión por seguir adelante comparte la idea de la mayoría del sector teatral de que la cultura – concepto muy diferente a ocio - es un servicio que el Estado está obligado a dar a los ciudadanos.

¿Se puede sobrevivir, por qué es una actividad casi siempre familiar?

Recuerdo que José Monleón definió nuestra profesión como “alegre malvivir”. Se sobrevive pero adaptándose a los altibajos propios de esta profesión, teniendo que recurrir en ocasiones puntuales a la familia o los amigos. Nuestra compañía tiene un núcleo familiar que se amplía cuando el espectáculo lo requiere con algún colaborador, por ejemplo en el caso de Alberto Salvador (2007). Es cierto que en el teatro de títeres esta estructura sigue teniendo vigencia.

 

*La foto del penúltimo montaje la tomo de aquí: 

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-fff73fb238e8b57666582ab33d772c30.jpg

0 comentarios