DIEGO Y JORGE JUEGAN JUNTOS SIN SUERTE
Garrapinillos, 1 - Ebro, 5 (El Ebro se proclamó campeón de su categoría y asciende a Tercera Regional)
El Garrapinillos de Regional Preferente volvía a jugar un importante partido para eludir el descenso. Tras los diversos percances el pasado fin de semana ante el Santa Anastasia, lesiones y expulsiones, hoy recibía al Ebro, líder con seis puntos de ventaja, con algunas bajas. El preparador Ismael, tras su viaje por París, alineó a: Sergio; Francho, Camino, Lacabe, Vallestín, Ito; Mario, Diego, Sagarra; Adrián Pérez y Bolo. El Ebro se mostró de inmediato como un equipo muy sólido, no exactamente brillante, pero sí ordenado, bien colocado sobre el campo y con todos los jugadores muy concentrados. Poco a poco se veía que llegaban mejor, que trenzaban mejor las jugadas y así empezaron a llegar los goles: tres goles muy semejantes y tempraneros en balones bajos, cruzados al área. 0-3. Ya todo parecía imposible. Redujo diferencias Mario en un pequeño barullo en el área, y parecía que los rojillos del Garrapinillos se entonaban un poco más.
El Ebro, que intentaba proclamarse campeón, seguía estirándose. Al árbitro se le paró el reloj y decretó el final con seis minutos de antelación. Se lo advirtieron desde el banquillo local, y los jugadores regresaron al campo. Ojalá no lo hubieran hecho: el Ebro, profesional y compacto, marcó dos goles más, tras un fallo defensivo en cadena y una pérdida de balón en el centro, y sentenció por completo el choque. Diego volvió a esforzarse como en él es habitual pero estuvo al nivel de todos sus compañeros: más bien bajos en general. Faltaba intensidad y control. La media, por varias razones, se iba desarbolando.
En la segunda parte, Sagarra y Bolo fueron relevados por Óscar y por José, dos de los mejores jugadores del equipo. Óscar llegó un poco tarde y José sigue entre algodones. Poco más tarde, entró al campo Jorge Rodríguez, el capitán del Garrapinillos juvenil, hermano de Diego. No hubo más goles, pero el partido fue más igualado. El Garrapinillos dispuso de varias ocasiones, también el Ebro (Sergio, el arquero, recobró su mejor nivel y paró cuanto se acercó a su área), y Jorge debutó con los mayores con un buen juego: tocó balones, profundizó, trabajó, lanzó balones desde la izquierda, combinó con Óscar, con José y con Adrián, e incluso remató a puerta en dos ocasiones. Fue un debú valioso, tan valioso como inútil para la suerte del Garrapinillos. También jugó Jaime, del juvenil. [El gran Pirri, del segundo equipo del Garrapinillos, alcanzó ayer 28 goles.]
Por ahora, siguen ahí, cuartos por abajo y en el foso los jugadores del Garrapinillos: si no lo remedian ante el Real Zaragoza y el Calamocha perderán la categoría.
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Guillermo -
El Apartamento -