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Antón Castro

RETRATOS DE JOSÉ MIGUEL MARCO / Y 10

RETRATOS DE JOSÉ MIGUEL MARCO /  Y 10

Última entrega de la serie ‘Retratos de José Miguel Marco’. Concluye con el escritor Eduardo Pamies, autor de ‘Memorias de Heracles’. Copio aquí una copia reciente que le hizo José Luis Solanilla, coordinador del suplemento de gastronomía de los sábados, en las páginas de ‘Heraldo de Aragón’. Me encantará seguir publicando colecciones de retratos. Muchas gracias por las cartas y notas recibidas, Inde y compañía.

 

 

José Luis SOLANILLA

¿Memorias de Heracles es su primera novela?
En realidad, es la segunda que escribo. Aunque la primera está sin publicar, espero que vea la luz más pronto que tarde. Al igual que en esta que acaba de salir, la trama se desarrolla en un escenario con temática aeronáutica, aunque eso no es más que un fondo, una excusa sobre la que se asientan ambos libros.

Claro, usted conoce bien ese tema, se ha dedicado a ello profesionalmente durante toda su vida.
Sí, aunque al principio, lo hice desde el ámbito militar. Estuve en el Ejército del Aire hasta 1994, en que lo abandoné con el grado de comandante para dedicarme a mi carrera profesional en el ámbito civil. He trabajado en muchos proyectos interesantes, algunos para la DGA, como en el diseño y construcción del aeródromo de Santa Cilia de Jaca.

Aunque nació en Barcelona, lleva mucho tiempo en Aragón.
Llegué a Zaragoza en 1962, destinado a la base aérea, y desde entonces he echado raíces aquí. Mis hijos nacieron y estudiaron aquí. Me siento aragonés cien por cien, aunque ha habido algún periodo que tuve que ir a Madrid y Barcelona por motivos profesionales y familiares.

¿Cómo surgió su afición literaria?
Pues porque soy un devorador de libros, sobre todo de autores clásicos ingleses y rusos. Esa ha sido mi escuela, y quienes han leído mis libros dicen que se notan esas influencias.

¿Qué cuenta en Memorias de Heracles?            

Es el relato autobiográfico de uno de los protagonistas. En el libro se desarrollan tres historias a la vez. Una es de acción y aventura, basada en la construcción de un modelo de dirigible. Otra se asienta en un plano en el que se trasmutan los arquetipos mitológicos griegos más conocidos. En la tercera se aborda la gran cuestión pendiente de la época moderna: el gran fracaso de las relaciones interpersonales, la incapacidad para valorar y amar a la persona que nos ama. Ese es el gran fracaso de Heracles.

Usted ha estudiado a fondo todo lo que representa la mitología clásica. ¿Qué aplicación tiene en el mundo actual?
Cada mito y cada personaje representa fielmente las cualidades y defectos de la naturaleza humana, nos habla de la superficie y de lo más recóndito del alma. Todo está perfectamente explicado allí, como ponen de manifiesto los recientes ensayos de algunos autores. Conociendo bien la mitología se tiene a mano una buena guía para manejarse en la vida. Lástima que la cultura clásica esté tan descuidada en todos los ámbitos, incluido el educativo.

Y en esta línea, ¿tiene alguna conclusión o alguna moraleja su novela?
No tiene ninguna moraleja porque intento ser fiel a la simbología mitológica, que tampoco moraliza. En todo caso, advierte al hombre de que busque el equilibrio, de que acuda a las proporciones justas, de que no intente elevarse por encima de sus posibilidades porque la caída puede ser muy dura.

 

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