LAS PAJARITAS DE RAMÓN ACÍN
En pie de paz
“He aprendido a conocer este oasis de árboles y pájaros, de silencios, de paseos y de fuentes que cambia en distintos momentos del día”, decía el viernes, al atardecer, el pedagogo y escritor Víctor Juan acerca del renovado paseo de las Pajaritas del parque Miguel Servet de Huesca. Un paseo que tiene algo de edén y de plaza pública, y que es un homenaje, y una reparación, a aquel ‘raro’ Acín, como decía Gómez de la Serna, que paseaba a su perro Tobi por la ciudad, que había ingresado en la orden de los Predicadores del desierto y que contaba cuentos, de viva voz o con un teatrillo de cartón, a sus hijas Katia y Sol. Ahora ese lugar romántico, una gran caracola de fronda, tiene unos bancos blancos con una silueta plateada de las pajaritas. A la entrada se ve el boceto a la acuarela, que se presentó en la galería Dalmau y en el Rincón de Goya, de un monumento que ya es un emblema de tolerancia y modernidad. Evoca a dos mariposas de papiroflexia o “a dos caballos de Troya” que se miran y parlotean hasta el fin de la noche, mientras la fuente derrama su eterna estrofa de agua. El artista oscense Antonio Saura las ha definido como “una de las más bellas esculturas creadas para un jardín”, que, “en su gesto a un tiempo drástico y amable, resume, (…) plástica lucidez y experimentación, juego intemporal y frescura primigenia”. La obra también es un símbolo de la infancia y sus paraísos. Hace unos días durante su muestra en la Lonja de Zaragoza, otro oscense, Carlos Saura, contaba que él se hizo fotógrafo a los siete años, durante la Guerra Civil: le pidió a su padre que le prestase su cámara para retratar a una vecina, “la niña más bella que he visto nunca”. Le mandó la foto con una declaración de amor. Ramón Acín no sobrevivió al odio fratricida de la contienda, pero sus pajaritas sí y ahí siguen: en pie de paz. Como un grito y un canto.
*En la foto, que pertenece a la Fundación Ramón y Katia Acín, vemos a Ramón Acín y Conchita Monrás con sus hijas Sol y Katia. Este artículo apareció ayer en la sección 'Cuentos de domingo' de Heraldo.
1 comentario
montserrat sala porta -