UN POEMA DE EMILIO PEDRO GÓMEZ
El poeta y profesor Emilio Pedro Gómez me ha mandado este poema que nace de un viaje reciente a Etiopía.
Por Pedro Emilio GÓMEZ
Aquí es posible
saborear el corazón de la piedra
su hueso de cerezo sin aire,
las consecuencias de existir
pausadamente
del primer llanto al último suspiro.
Mudar de casa
a un frío que interroga la estela del murciélago:
el prodigio del vuelo bajo tierra,
caminar hacia adentro
abrir la roca hasta pisar sus ángeles.
En la profundidad mora la luz.
Un atajo al silencio
un latir en lo otro
enraizado en la vida más ajena
y en la célula absorta de lo inerte.
Aquí lo grave es leve
como un alegre copo de dolor,
madura –sin pasar- el tiempo,
suma de cielo y roca
deshabita el espacio de fronteras.
Del oxidado gesto
en la ventana que perfilan líquenes amarillos
brota un zureo de abejas
que reclaman su rey.
Un fugaz sol de lluvia les responde
vuelve los adjetivos a su infancia
el color a su dicha
-belleza irracional es más belleza-
y todo asciende.
Lalibela: Bete Giorgis, 22-23 de julio-2010
*La foto es de Emilio Pedro Gómez.
3 comentarios
Emilio Pedro Gómez -
Antonio Cardiel -
Antonio Serrano Cueto -