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Antón Castro

MARISOL AZNAR: ENTREVISTA

“Ser madre me hace conectar mejor

con la vida y con el mundo”

[Esta mujer de admirable vis cómica, apasionada por Zaragoza, se confiesa actriz sobre todo, aunque escribe sketches, piezas de teatro, compone letras de canciones y hace todas las voces femeninas de los musicales de ‘Oregón TV’]

Marisol Aznar con Javier Coronas.

 

Marisol Aznar (Zaragoza, 1972) es uno de los rostros más populares de esa gran familia audiovisual que es Lobomedia, la productora de Félix Zapatero, que ha creado programas de televisión como ‘Que viene el lobo’, ‘Vaya Comunidad’ y, desde hace cuatro años, ‘Oregón TV’ para Aragón Televisión. Marisol se transforma en la pantalla; al natural es sencilla, sonriente y luminosa. Sin trampa ni cartón.

¿Desde cuándo tiene usted esta alma de artista?

A mi padre, Ignacio, siempre le he gustado mucho la música. Él iba en rondallas de jota. Se lo pasaba muy bien. Ese entusiasmo y afición a la música la contagió en casa, empezando por mi madre. Somos tres hermanas y las tres ocupábamos siempre el sofá y lo compartíamos con la guitarra, ella siempre estaba ahí como el paisaje inevitable de fondo. Mis hermanas Marga y Elena cantan y cantaban muy bien…

Usted tampoco lo hace mal. El pasado domingo hizo todas las voces femeninas de ‘Oregón Musical’ en la sala Multiusos… ¿Habrá tenido que estudiar mucho?

Sí, claro, pero ahí me ayuda mucho mi compañero David Angulo. Él me graba, me dirige, hacemos todo tipo de pruebas, empezamos, volvemos a empezar, David corta y ajusta, tiene mucha paciencia conmigo. Cuando tengo un tono de voz parecido a la cantante que imito es más fácil. Lo que yo hago son imitaciones de voz, exagero un gesto, por eso tengo que ver muchos vídeos, busco el humor, pero no tengo la voz de Rocío Jurado, claro…

Digo que ahora sus padres, tras un éxito como el de la sala Multiusos o el de la tele, estarán orgullosos de usted…

Están orgullosos, sí. Las cosas nos van bien. Ellos siempre me han dejado hacer teatro o música con la condición de que no descuidase los estudios. Me he dado cuenta luego de lo importante que ha sido todo eso. Esa exigencia me creaba una tensión especial y una responsabilidad. Yo era muy payasa desde muy pequeña. Ahora algunos compañeros míos de cuando era niña, a los que a lo mejor no he vuelto a ver en mucho tiempo, me lo recuerdan por el facebook.

Sigamos. Decía que sus padres eran exigentes…

Yo siempre he hecho teatro. En el colegio, en el instituto, en la universidad. Me matriculé en Historia. Cuando llegué a tercero de carrera le dije a mi madre, Visitación, que iba a apuntarme a la Escuela Municipal de Teatro. Y ella me dijo que si lo hacía era cosa mía, que debía financiármelo yo y, sobre todo, que no podía dejar la carrera.

¿Hay alguna razón o influencia que le llevase a inclinarse por la escena?

No lo sé, pero siempre me veo así, con vocación de actriz. He tenido mucha suerte. Estoy con los mismos compañeros prácticamente desde el instituto. Allí surgió un grupo que nos hemos dedicado al teatro, a la animación, y que hemos estado juntos desde entonces. Éramos amigos del alma, y lo seguimos siendo. Y entre ellos figuraban ya Yolanda Blanco y David Angulo, con quienes trabajo ahora en ‘Oregón TV’…

Y de golpe también se lanza a la escritura…

El grupo evolucionó a partir de vivencias muy bonitas. Íbamos probando cosas. ¿Escribir? Lo he hecho porque me ha tocado, porque en realidad yo lo único que hubiera querido ser es actriz. Ahí es donde me siento muy relajada. Tranquila. Escribir es como una gran responsabilidad, exige mucha concentración, es una tarea muy cerebral. Eso sí, luego te pones y te sale también lo visceral y te ríes de todo mientras escribes.

¿Por qué le ha tocado escribir?

Después del grupo Hécate que tuvimos en el Instituto Pedro de Luna, estuvimos en la Escuela de Teatro y también en el Teatro de la Estación. Hubo un momento en que decidimos irnos y hacer algo por nuestra cuenta. Tanto Alfonso Palomares como Francisco Fraguas y yo teníamos una serie de sketches en la cabeza, y empezamos a escribirlos.

Y de ahí han salido tres obras de teatro…

Sí, ‘Cinema Maravillas’, ‘La biblia según San Clown’ y ‘En pie de guerra’, una pieza que representamos este fin de semana en Teatro Arbolé con Los McClown sobre las guerras imperialistas del siglo XX.

¿Cómo dio el salto a la tele?

Eso aún fue más casual. Los contactos que habían tenido con la televisión me habían descorazonado mucho. Me parecía que era un medio vertiginoso, dominado por la prisa. No me gustaba. Lo había visto con nuestra banda Al Son del Sur. Todo eran prisas. A finales de los 90, yo ya tenía mi grupo teatral y andaba de ensayos. Sabía que se había convocado un castin para la tele. Me dije: “Si terminamos pronto los ensayos, iré”. Lo lógico era que no llegase a tiempo; sin embargo, acabé y me presenté allí. Félix Zapatero, que ha sido y es una persona esencial en mi vida, buscaba una actriz que hiciera entrevistas y reportajes en la calle.

¿Y?

Hubo un momento en que me dije: “Pero, ¿qué hago yo aquí ante ese señor serio y con bigote? Ni soy una tía buena ni nada por el estilo”. Félix Zapatero me conocía por Los McClown y porque acababa de ser semifinalista en ‘El Club de la Comedia’ de Canal Plus. Y les debí gustar.

De eso no hay duda. ¿En qué consistía la prueba?

Tenía que cantar, contar un chiste, dar una noticia. Varias cosas. El castin me lo hicieron Luis Larrodera y Javier Coronas. Y así empecé a hacer reportajes en ‘Que viene el lobo’. Casi de inmediato, Javier Coronas me dijo que le acompañase en los sketches. Fue una experiencia maravillosa y un aprendizaje permanente. Javier Coronas es un improvisador nato: talento puro. Él es libre como el viento: hace lo que le da la gana. Poco después, cuando empezó a trabajar mucho en Madrid y se vio sobrecargado de tareas, me dijo que escribiera yo, y empecé a escribir sin parar. Ahora lo sigo haciendo pero Lobomedia también tiene otros guionistas: José Antonio Videgaín, Jorge Asín, Francisco Fraguas…

¿Cómo definiría su sentido del humor?

No me resulta fácil. Yo me he formado con el clown, donde se gesticula más que se habla, y también he visto con mucho interés el humor de los hermanos Marx. También ha sido muy importante el humor de Coronas, sus juegos de palabras. Con todo eso y un poco de observación de la gente de alrededor, en los mercados, en el bus, en las panaderías, ha ido desarrollándose este humor que pretende simpatizar de verdad con la gente, que provoca risas afuera y dentro, que te lleva a la incontinencia verbal en ocasiones. Yo creo es un humor blanco, payaso, un poco absurdo, aferrado a los sentimientos de la gente y de la tierra. En ‘Oregón TV’ y en Lobomedia somos un poco como una familia muy bien avenida.

Tras el éxito que están teniendo, ¿cómo la tratan en la calle?

Me tratan con cariño y simpatía. “Me gusta mucho lo que hacéis”, suelen decirme a mí y a mis compañeros. Digo gracias y avanzo. En mis papeles soy atrevida, y en la vida normal cortada. Lo más desconcertante es cuando alguien te dice, con una espontánea naturalidad: “¡Hola, Marisol!”. Te quedas un rato pensando si será alguien de la familia a quien has olvidado, y te dice: “Tú no me conoces a mí, pero en casa eres como de la familia”. Algo así ocurrió en el concierto: la gente se sabía las canciones de memoria y nos sentía muy cercanos.

En este recorrido por su carrera no hemos hablado de su condición de letrista, de sus versiones, en clave somarda de la actualidad de Aragón…

Travestirse como otra cantante exige trabajo, repasar los vídeos, descaro y sentido del humor. Te disfrazas de Amy Winehouse y te entra de golpe el alcohol por la venas. De algún modo, tanto yo como mis compañeros intentamos revivir las vidas y las canciones y los gestos de Elvis, de Freddy Mercury, de Marisol, de Tina Turner, etc. Canciones hay muchas. Cuando vas a hacer una letra, el problema es de qué vas a hablar. A veces sale fácil y en ocasiones tienes que darle muchas vueltas a las cosas. En la cama se me ocurrió ‘Estando contigo’ de Marisol o vi de inmediato ‘Hija de La Muela’, en clave de Mecano.

Laura Gómez-Lacueva cantando 'Hija de la Muela'.

¡Vaya lío han tenido con ese tema!

La alcaldesa nos puso una querella por una pieza de humor, la ‘Barbi Pinilla’, y en medio yo había escrito ‘Hija de La Muela’. Lo hablamos con Félix y con Samuel Zapatero, que nos miman mucho (de tal palo tal astilla), y decidimos seguir adelante: la cantamos. Era un poco aquello de si no quieres una taza, toma taza y media…

El otro gran éxito es ‘Les jode mucho’, donde ironizaban sobre el reino de Oregón y el lugar de Cataluña en la historia.

A veces lo que nos moviliza es ir contra algo. Y aquí esa idea de ir contra los catalanes conecta bien con el público. Pero no deja de ser una parodia.

¿Es un tópico decir que al aragonés le estimula jugar a la contra?

Aquí somos muy duros con nosotros mismos. Si a alguien le va bien, se suele decir ya caerá, ya fracasará, a ver cuánto le dura. Parece que cuesta reconocer el trabajo de los demás, y a la vez me gusta mucho ver cómo un programa como el nuestro moviliza a muchas personas, genera corrientes de cariño y de identificación. Es como una paradoja. Sabe…

¿Sí?

Cuando vas a un acto público, una tertulia, a un colegio, siempre acaban por hacerte esta pregunta: “¿Cuándo os vais de aquí, cuándo os marcháis a Madrid o a Barcelona?”. Siempre les digo que no me quiero ir, que vivo muy bien aquí, que Zaragoza es una ciudad acogedora, abarcable, llena de rincones y de espacios para estar y para pasear. A mí, además, me gusta mucho la gente. Estuve un par de años en Madrid haciendo ‘XXL’ para Canal Plus con Javier Coronas y lo pasé fatal: salías a las seis de la mañana, te pasabas dos horas en un atasco y volvías a casa a las nueve de la noche. ¿Quién te las devolvía luego? Solo hay una cosa a la que no me acostumbro: me vuelve loca el cierzo, me enloquece el viento. Y eso ya me sucedía de joven: nací en el Barrio Jesús y cruzaba el puente del Ebro a diario hasta los diecisiete años.

En el concierto, también había críticas a la ciudad, al ambiente cultural.

Eran críticas a la gente que gestiona las cosas. Aquí somos muy dejados. Somos estoicos, seguimos aguantando mecha hasta el final y a menudo dejamos que las situaciones se enquisten hasta el infinito o la indiferencia. ¿Cuántos años llevamos esperando a que se homologue la Escuela de Teatro? Quien tiene el poder de hacerlo se esconde. Y era una crítica también a ese clima de indiferencia: ¿se habrán dado cuenta de la cantidad de cosas que hacemos, de los artistas que salen, de los actores que actúan, de los pintores, escritores, música y diseñadores que hay, a pesar de los pesares?

Hace algo menos de dos años, fue madre de una niña, Inés. ¿En qué le ha cambiado la vida?

Le pusimos Inés porque es un nombre sencillo y corto, de siempre, de tradición teatral. La niña me ha hecho mejor persona, me ha hecho conectar mejor con la vida y con el mundo. Creo que soy mucho más sensible e impresionable a un sinfín de detalles de la vida cotidiana, sobre todo en el terreno de las emociones.

 

La irresistible vocación de ser feliz

 

Confiesa Marisol Aznar que no es mitómana. Si piensa en un nombre de actriz le viene a la cabeza Victoria Abril; entre sus escritores favoritos figuran Luis García Montero y Almudena Grandes. Si piensa en una cantante, recuerda a Mercedes Sosa y, en otra dirección, a Sting, en concreto un disco: ‘Nothing like the Sun’, aunque su músico predilecto lo tiene en casa: el compositor, intérprete, actor y diseñador David Angulo. Dice: “David encarna el espíritu de los dos grupos musicales en los que he participado: Al Son del Sur y A la de Tres, y el espíritu mestizo de ‘Oregón’. En los últimos tiempos me he dado cuenta de que David, ante todo, es un gran músico, capaz de hacer muchas cosas: himnos, bandas sonoras para cine y obras de teatro, discos. Y es muy fácil trabajar con alguien así”.

Muy identificada con Zaragoza, vive el Pilar “casi siempre trabajando. Este fin de semana por ejemplo recuperamos con Los Mc Clown ‘En pie de guerra’, que es un obra muy divertida. En el reparto estaremos Pablo Lagarto, Alfonso Palomares, Laura Gómez-Lacueva, que es una actriz maravillosa, con una tremenda vis cómica, y yo. Pero eso también podría decirlo de ellos. La dirección corre a cargo de Amparo Nogues. Vivo en el centro y en estos días no es fácil ni aparcar ni llegar a casa. Tampoco me quejo. Lo acepto: la gente es muy feliz, y todo pasa”. Asegura que una de sus consignas para vivir es el optimismo. “Todo es llevadero y a mí no me cubica acumular el rencor o la mala baba. Ni soy orgullosa ni rencorosa”.

Dice Marisol Aznar que ya han grabado algunos programas de la nueva temporada de ‘Oregón TV’, donde seguirán apostando por las secciones tradicionales y van a incorporar, dentro del apartado de películas, una sección sobre novelas que hayan sido llevadas a la pequeña pantalla como ‘20.000 leguas de viaje submarino’ o ‘El Quijote’. A propósito de su presencia en el cine revela: “Ni me llaman mucho ni yo puedo llegar a todo. La tele mi tiene absorbida. He participado, entre otros, en dos cortos de Pilar Gutiérrez”.

El compositor, cantante y diseñador David Angulo.

 

1 comentario

mª Amor Garcés -

Marisol, eres genial, lo que me rio contigo es increible, te tengo mucha simpatia y espero que esteis en TV durante mucho tiempo. Un besico