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Antón Castro

JOHN GUTMANN EN MAPFRE, MADRID: LA FELIZ EXTRAVAGANCIA DE LA VIDA

La foto que se ha utilizado para la portada del estupendo catálogo.

Peligrosamente. Una de sus fotos más conocidas y más sugerentes: así de peligrosamente viven algunos artistas callejeros.

 

Hace alrededor de una veintena de años, el Palacio de Sástago de Zaragoza realizó una exposición de John Gutmann, un artista y fotógrafo polaco que había hecho toda su carrera en Estados Unidos. Era claramente un fotógrafo de vanguardia y a la vez un reportero y un observador de la vida cotidiana de Estados Unidos: atrapaba el deporte, las calles, el arte. Me gustó muchísimo su obra, su poética, su intensidad y la libertad con que realizaba sus fotos. Desde el pasado día seis de octubre, la Fundación Mapfre muestra en Madrid una retrospectiva de este artista personalísimo, que sabía mirar, que componía extraordinariamente bien y que arriesgaba en cada una de sus tomas. El texto que viene a continuación es el de promoción del gabinete de prensa de Mapfre.

 

LA MARAVILLOSA EXTRAVAGANCIA DE LA VIDA

John Gutmann (1905-1998) nace en Breslau (localidad alemana en su día, actual Wroclaw, Polonia). A principios de los años 30, Gutmann ya gozaba de una buena reputación en Alemania como pintor joven, alumno avanzado de Otto Müller (importante artista perteneciente al grupo Die Brücke). Perteneciente a una familia judía, tan pronto como los nazis llegaron al poder en 1933, emigra a los Estados Unidos. Justo antes consigue un contrato con la agencia berlinesa Press-Photo para distribuir en Europa las fotografías que iba a realizar en Estados Unidos. Esta será la primera vez que Gutmann coge una cámara fotográfica pensando que este podía ser su medio de subsistencia, pero finalmente fue el camino a través del cual conseguiría reinventarse a sí mismo.

Su llegada a San Francisco a finales de 1933 supondrá el encuentro con una cultura distinta y el inicio de su formación como artista moderno. Su instantánea fascinación por lo americano le llevó a salir a la calle con el objetivo de captar todo aquello que él consideraba “maravilloso”. A diferencia de los fotógrafos preciosistas, Gutmann prefería reflejar la crónica de una sociedad en constante estado de cambio.

Para él la fotografía suponía otra manera de ver el mundo, la mirada del extranjero en un país donde todo era posible. Gutmann tomaba imágenes de todo lo que para él resultaba nuevo: los automóviles, las estructuras publicitarias, los personajes marginales, el caos social o la diversidad étnica. En todas sus obras queda reflejado su instinto infalible para captar el momento más expresivo desde el ángulo menos habitual, reproduciendo lo extraordinario de la vida cotidiana.

En Estados Unidos Gutmann consiguió reanudar su carrera como profesor, que había abandonado en Alemania, de modo que la necesidad de viajar como fotógrafo quedó en segundo plano. Más tarde, debido al auge imprevisto del mercado de la fotografía en los años 70 y el repentino interés por los redescubrimientos, Gutmann decide llevar a cabo un proceso de re-edición de su obra. Es así como comienza a revisar sus negativos y realiza copias de las fotografías que él consideraba más interesantes (dándoles a veces nuevos títulos) creando un relato aprovechable de su trabajo y su vida. “No me interesa tratar desesperadamente de hacer Arte; me interesa relacionarlo con la maravillosa extravagancia que es la vida”, declaró Gutmann en 1979. La mayoría de las fotografías que forman parte de la exposición pertenecen a estas copias posteriores que nuestro artista reeditó entre 1973 y 1995, aunque también podremos ver algunos de sus vintages de época.

A su muerte en 1998, Gutmann ya estaba considerado como uno de los fotógrafos más distinguidos. Sus obras son recordadas como una síntesis inusual de las sensibilidades de Europa y los Estados Unidos en el periodo de entreguerras. Podemos encontrar referencias a Walker Evans o a Helen Levitt en los motivos que representa, pero la fotografía de Gutmann resulta sorprendente por su falta buscada de refinamiento. Este es el valor especial de su obra, que se sitúa entre lo periodístico y lo expresivo, creando escenas inquietantes y nada convencionales. Gutmann siempre quiso estar entre los “incalificables”, pero su sensibilidad vanguardista consigue que sus obras sean únicas, ocupando un lugar muy importante en la historia de la fotografía.

 

Autorretrato de John Gutmann.

1 comentario

Raúl -

No conocía a este fotógrafo. Mis carencias en este campo (a pesar de mi confesa afición) son alarmantes.