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Antón Castro

PEDRO PURROY: UNA ENTREVISTA

"LA ORQUESTA SINFÓNICA LLEGARÁ POR SU PROPIO PESO"

ENTREVISTA CON PEDRO PURROY, DIRECTOR

DEL CONSERVATORIO SUPERIOR DE MÚSICA DE ARAGÓN (CSMA)

 

Pedro Purroy (Jaca, 1953), con sus cabellos ondulados, largos y canos, podría ser un contemporáneo de Juan Sebastián Bach. Ama la música de una manera distinta: la disfruta en su melodía y en su duende, y analiza sus resortes interiores, cómo está construida, el lenguaje de la simetría en que discurre, su estructura inefable. Nació accidentalmente en Jaca, donde vivió hasta los ocho años porque allí se trasladó su padre, con domicilio en Huesca, a construir unas obras. Cuando tenía nueve años, su madre falleció de cáncer, y la familia se trasladó a Zaragoza: Pedro estudió en los jesuitas, descubrió el pop y rock a través de los sonidos de la guitarra y del eco de Los Beatles, y fundó con varios compañeros el grupo Árbol, que ofreció varios conciertos. Al joven estudiante de ingeniería se le cruzó la música con una fuerza tremenda, que lo llevó al Conservatorio del Liceo y a la Escuela Municipal de Barcelona, donde tuvo de profesores a Carlos Guinovart y Josep Soler, Premio Nacional de Música de 2009. Guinovart fue determinante en su vida y en su carrera: “Me abrió las puertas a una literatura musical que no me había planteado. Me habló de un autor, Heinrich Schielke, que proponía una manera diferente de entender la música desde el campo del Análisis”. También estudió Composición, se graduó en guitarra y realizó seis cursos de piano. Es el director del Conservatorio Superior de Música de Aragón.

Es fácil perderse en su trayectoria. Creo que también estudió Dirección Musical, ¿no?

Sí, yo lo que quería era entender aquello lo más profundamente posible y lo pasaba mal porque no acababa de avanzar. No me sentía cómodo haciendo dirección y necesité profundizar más en los secretos de la música. Me presenté a una oposición en Madrid. En 1985 entré aquí...

¿Desde cuándo es director del Conservatorio Superior de Música de Aragón (CSMA)?

Desde el 2002, antes lo era José Luis González. El primer año que estuve dentro del equipo directivo fue como Jefe de Estudios, fue el año en que, en teoría, se refundaba el centro. Éramos conscientes de que aquello no podía ser: era un centro sin prestigio, al que nadie quería venir. No resultaba atractivo, la gente de Zaragoza prefería irse fuera. Había que dar un golpe de timón. Se implicó al Gobierno de Aragón, Eva Almunia estaba de Consejera de Educación y tuvo la sensibilidad de percibir la necesidad de un cambio. Se hizo un acto que se describió como refundación del centro. Nombraron a José Luis González Uriol como director, estaba también Alvaro Zaldívar en la directiva, y a mí me propusieron la jefatura de estudios.

¿Le dieron un susto o una alegría?

Más bien un susto. Yo no quería porque soy muy introvertido, tímido, y aquel mundo se me hacía demasiado grande. Pero bueno, me convencieron y al final aquí estoy. José Luis se marchó al año siguiente, a él no le iba nada la gestión y entró con esa condición, que iba a ser un poco la figura que representase el cambio por su categoría personal, por su prestigio, pero él ya había decidido que lo que le interesaba era seguir tocando.

¿Qué pasó a partir de entonces?

El día de la refundación escuché una frase que se me quedó grabada: “A partir de ahora vamos a tratar de que el Conservatorio sea una referencia en Europa”. Me sonó enormemente grande, pero me lo creí porque era un deseo. Y de hecho casi lo hemos conseguido. Lo hemos conseguido. Ha habido que trabajar mucho pero esa frase ya es real. Me acuerdo de que aquel verano de 2002 me quedé aquí y antes de final de curso coincidió que unos estudiantes vinieron a pedirme un cambio de profesor. Ese incidente me sirvió como punto de partida: entendí que lo que había que hacer era remodelar toda la plantilla de profesores. Y empecé a ver dónde estaban las debilidades. Había que renovarla.

¿Renovar hacia dónde?

Renovarla hacia la búsqueda y el hallazgo de un profesorado que atrajera al alumnado. Si nosotros queríamos conseguir que esto fuese una primera opción, o una segunda, para que los estudiantes de nivel quisieran venir, había que esforzarse mucho.

¿Cómo lo logró?

La fórmula es fácil: traer profesores que atraigan alumnos. Pero hay que hacerlo muy poco a poco. Aparte de las debilidades que teníamos, también había especialidades que tenían fuerza, de hecho hay profesores que todavía están aquí con nosotros, sobre todo los profesores de viento.

¿Y alguno de composición, no? Dicen en su página web que tienen el mejor departamento de España.

Por supuesto. Entonces ya estaba Agustín Charles, que también era partidario de la idea de hacer algo diferente… Los alumnos vienen por los profesores pero también por el centro. El centro tiene que tener un atractivo en sí mismo, y nosotros ahora tenemos un edificio que ha sido decisivo: con ese hall, ocupado constantemente por todos, que anima a la convivencia y a la discusión musical, con las 50 aulas de todos los tamaños, con las 35 cabinas insonorizadas. Hemos creado un centro con atmósfera de trabajo y de creación. Veo que estamos empezando a lograr algo especial: los alumnos se sienten orgullosos del centro, y eso es una señal de que aquello funciona. En este momento somos el mejor departamento de composición de España, lo decimos en la web y es verdad.

  

Da la sensación de que su manera de proceder es como la de un equipo de fútbol…

¿Se refiere a que soy personalista?

No, no, por los grandes fichajes.

Me han dicho las dos cosas. Soy personalista porque soy yo quien toma las decisiones porque soy quien las tiene que tomar, va con la responsabilidad de mi puesto y estoy consultando continuamente. Si este centro es diferente lo es porque todos los profesores tienen un perfil, tienen que comprometerse. Es decir, cuando empecé a llamar a los profesores en aquel verano yo les proponía que participaran en un proyecto que se iniciaba entonces, los hacía partícipes… Cuando nosotros vamos a la Filarmónica de Berlín a reunirnos con los responsables lo que les proponemos es una participación de este tipo. Los profesores a quienes llamamos no vienen y se van, como se hace habitualmente, sino que hacemos que se sientan partícipes de un proyecto en cuya construcción colaboran. Y responden fantásticamente –y yo no lo sabía hasta que no lo he comprobado-: para ellos es algo muy atractivo. Todos los profesores que hay aquí colaboran y, además, mis reuniones con ellos son continuas, porque yo puedo tener ideas, pero la experiencia de ellos es impresionante.  Y te abre un mundo absolutamente nuevo.

Entre esas figuras, y aquí hay muchas, van a traer al viola solista de la Filarmónica de Berlín que se jubila.

Ya ha venido. Porque todo esto que le cuento no es así de golpe. Lo hacemos paso a paso, con mucho cuidado, necesitamos saber hasta qué punto están dispuestos a ese compromiso o no. Es decir, primero tomamos un contacto, que a mí me interesa que sea atractivo por ambas partes, que haya un ‘feeling’, si no no funciona. Wilfried Strehle, que es el viola de la Filarmónica de Berlín, estuvo en octubre ya. Con el primer músico de la Filarmónica que tuvimos una relación seria y estrecha fue con Wenzel Fuchs, que es el clarinete solista de la Filarmónica de Berlín, uno de los mejores. Ellos tampoco se la juegan por cualquier sitio, se la juegan por algo en lo que han visto que tiene un sentido.

¿Cómo los convencen?

Una de las maneras de establecer esos contactos es a través de sus actuaciones con nuestros propios estudiantes. Ahí no tienes que hablar de lo que somos, ahí demuestras lo que sabes hacer. Siempre nos hemos movido por hechos consumados, nunca hemos vendido humo. Mostramos nuestro trabajo de manera desnuda.

¿Qué hace un alumno en el CSMA?

Tenemos 360  alumnos de todo el país y ahora empiezan a venir muchos de fuera, tenemos bastantes de Hispanoamérica. Viven absolutamente para la música. Clases, ensayos y estudio personal. Incluidos sábados y domingos, que también estamos abiertos. Tienen mucha tipología de clases: la clase individual de instrumento, las formaciones de cámara, específicas formaciones de cámara. Ahora hay algo peculiar, tocamos el día 9 en la sala Mozart, pero lo peculiar es que es un concierto que se ha descrito como inaugural de los actos del quinientos aniversario de Miguel Servet. Hay una obra, ‘Servetis anima’, creada específicamente por estudiantes nuestros, seleccionados, para este concierto.

Hablemos de sus formaciones...

Nosotros contamos con tres formaciones: la Orquesta Sinfónica, la Orquesta de Cámara ‘Camerata Aragón’, y luego la Banda Sinfónica. La Orquesta Sinfónica la dirige Juan Luis Martínez y fue uno de los instrumentos que nosotros pensamos que podía reflejar el trabajo que hacíamos en el centro. Nosotros tenemos la posibilidad y también el riesgo de mostrar siempre nuestro trabajo públicamente, gracias a la colaboración y la confianza del director gerente del Auditorio, Miguel Ángel Tapia, que les permite actuar a los alumnos en grandes ciclos, con grandes músicos y ante un público enterado. Ellos se la juegan en cada momento y a la vez se impregnan de todo lo que les rodea: la cercanía de los grandes maestros y todo y eso: la forma de hablar, las palabras, las miradas.

¿Cuáles son las claves de la Orquesta de Cámara?

La dirige, desde el atril, el violinista y profesor Rolando Prusak, lo que da una autonomía extraordinaria a los chicos. La orquesta de cámara ultima un concierto para ir a tocar a la Filarmónica de Berlín, pero aún no está cerrado. Lo que tratamos es que ese proyecto de colaboración sea una formación combinada, estudiantes nuestros y de la Karajan, la academia de la Filarmónica de Berlín, y solistas de la Filarmónica.

¿La Banda Sinfónica?

Es una formación muy interesante también, que realiza una música específica. Los instrumentos fundamentales son los vientos y se ha apostado por una música contemporánea, muy accesible al público.

Dicen que ingresar en el CSMA es muy difícil.

Es cierto. Es un como un Centro de Alto Rendimiento. Pero el baremo alto los ponen los propios estudiantes. Esa dificultad, que es real, viene impuesta por la calidad de los alumnos.

¿Cómo ve el futuro?

Lo veo abierto y enorme. Aquí cualquier objetivo es susceptible de ser logrado. Podemos llegar adonde sea. Desde el punto institucional nos sentimos valorados y tampoco le pedimos a la Consejería cosas imposibles de dar. Hemos abierto el auditorio Eduardo del Pueyo a los espectadores. Yo creo que con estos mimbres, la Orquesta Sinfónica se caerá por su propio peso: surgirá de aquí, de la calidad de nuestros músicos que son el manantial, no a golpe de talonario.

 

 

Encuentros en la vieja Europa

 

El Conservatorio Superior de Música de Aragón se proyecta hacia el exterior constantemente con un prestigio creciente. El pasado 29 de septiembre, el centro recibía la visita del rector Rudiger Nolte de la Hochschule Für Musik Freiburg (Alemania), “de cuyas aulas han salido y siguen saliendo un gran número de los músicos y solistas que forman parte de las orquestas más reconocidas del panorama internacional”. Nolte se reunió con Felipe Faci, Director del Instituto Aragonés de Enseñanzas Artísticas, y con Pedro Purroy. El gobierno de la comunidad alemana a la que pertenece Freiburg había promovido la conveniencia de “establecer una relación directa y de manera exclusiva, con un Centro Superior de la vieja Europa”. Tras analizar distintos centros y sus filosofías, el elegido fue el CSMA y se ha firmado un acuerdo global y abierto de intercambio de actividades: profesores, orquestas, grupos de cámaras, solistas. El acuerdo contempla dos conciertos iniciales: la Orquesta Sinfónica de la Hochschule de Freiburg actuará en el Auditorio de Zaragoza en 2011 y la Orquesta Sinfónica del CSMA lo hará en Freiburg. “A mí me parece una muy interesante forma de reconocimiento de Aragón en Europa. El CSMA y la música son dos embajadores culturales de este territorio”.

 

*Esta entrevista con Pedro Purroy apareció el domingo en ’Heraldo de Aragón’. No tengo foto del director. Esta noche actúan en Borradores dos estupendos músicos del CSMA: Enrique Bagaría, al piano, y Nora María Lastres, al violín.

 

 

1 comentario

Ciudadano K -

El Conservatorio contrató profesores de forma ilegal durante dos años
Inspección de Trabajo le ha impuesto una sanción de 500.000 euros por no abonar la Seguridad Social. Un administrador gestiona el centro tras unas irregularidades cometidas durante dos cursos
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/aragon/el-conservatorio-contrato-profesores-de-forma-ilegal-durante-dos-anos_796130.html?inicio=80&id=796130
¿algo más que decir?