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Antón Castro

SALVADOR ELIZONDO EN ATALANTA

Anoche, cuando llegué a casa, había recibido el libro ‘El mar de iguanas’ (Atalanta) de Salvador Elizondo, un escritor personalísimo, que impartió talleres de ensayo, que era un fumador compulsivo de cigarrillos sin filtro, Delicados, y que era un buen lector de Borges y un admirador incesante de Paul Valery. He repasado esta mañana fragmentos de este libro dividido en cuatro tramos o partes, fascinante su infancia inscrita en ‘Autobiografía atroz’, y fascinantes también sus notas nocturnas para un diario. Hace un instante, me llegué esta nota sobre Salvador Elizondo, del cual hay otras entradas en el blog. ‘Letras Libres’ inició el rescate y edición de muchos de sus textos. Atalanta, el sello de Jacobo Siruela e Inka Martí, remite este dossier.

 

EL MAR DE IGUANAS

Salvador Elizondo (1932-2006) ha sido uno de los escritores más importantes e influyentes de México, no sólo por la calidad y originalidad de su obra, tan amplia en procedimientos, sino por haber sido modelo literario para las nuevas generaciones de escritores de su país. Este libro, que reúne parte de sus mejores páginas, se desarrolla a través de diferentes episodios de su vida. Arranca con las poderosas estampas literarias de su Autobiografía precoz, escrita a los 33 años y que abarca desde sus recuerdos de infancia hasta sus «amores descompuestos» con Silvia y el caótico final de su relación con ella, que constituyen (según dicen) las veinte páginas más malditas de toda la literatura mexicana.

Sigue un cuento magistral sobre las oscuras consecuencias que puede tener la guerra en los niños, fruto de su experiencia en el Colegio Alemán de México. Después, la novela corta Elsinore: retrato nostálgico, irónico y cruel sobre un colegio militar de Estados Unidos en los meses posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial. Octavio Paz dijo de esta obra que es «un libro precioso» en el que se «alían la ligereza y la inteligencia, la gracia y la melancolía».

Cierra el volumen el primer cuaderno inédito de los Noctuarios, que Elizondo designó así por haber sido escritos de noche. Suma de pensamientos, cuentos y vivas descripciones del paso de la vida, en los que hace en un momento mención a un futuro libro de carácter misceláneo que deseaba llamar El mar de iguanas. Este volumen se titula de la misma manera en homenaje a su libro imaginario que, finalmente, ha cumplido su destino al haberse hecho realidad.

Paul Valery era muy admirador por Salvador Elizondo.

Octavio Paz y Jorge Luis Borges, maestros y amigos de Salvador Elizondo, vistos por su esposa Paulina Lavista.

Paulina y Salvador.

 EL AUTOR

    Salvador Elizondo (Ciudad de México, 1932-2006) fue uno de los escritores mexicanos más sorprendentes de la segunda mitad del siglo XX. Su primera novela, Farabeuf o la crónica de un instante (Joaquín Mortiz, 1965) supuso una innovación en la literatura al crear un lenguaje verbal inusual con el principio del montaje cinematográfico y mezclar sus conocimientos del chino y el francés. En ella daba vida al personaje del Dr. Farabeuf, famoso médico francés del siglo XIX, autor de varios tratados de cirugía. Muy bien acogida por la crítica y el público de entonces, la novela le granjeó el premio Xavier Villaurrutia de 1965 y fue traducida a numerosos idiomas. A Farabeuf le siguieron: Narda o el verano (1966), El hipogeo secreto (1968), Cuaderno de escritura (1969), El retrato de Zoe y otras mentiras (1969), El grafógrafo (1972), Miscast (1981), Camera lucida (1983), Elsinore, un cuaderno (1988), Estanquillo (1992), Teoría del infierno (1993), Neocosmos (1999) y Pasado anterior (2007).

Además de articulista, ensayista y traductor de Paul Valéry, Malcolm Lowry y Edgar Allan Poe, entre otros, Elizondo impartió durante veinticinco años diversas cátedras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y fue asesor del Centro Mexicano de Escritores, miembro de la Academia Mexicana de Lengua, profesor emérito en el Colegio Nacional de México y Premio Nacional de Literatura en 1992. Junto con Octavio Paz fundó las revistas Plural y Vuelta.

Murió en Ciudad de México el 29 de marzo de 2006, dejando una obra inédita  de ochenta y tres cuadernos de sus diarios, que abarcan desde su infancia hasta tres días antes de su muerte y que dan la asombrosa suma de treinta y dos mil páginas de escritura ilustrada con dibujos. 

 

1 comentario

Angéline -

Si después de leer este post no va uno corriendo a buscar esta obra de Elizondo o cualquiera de sus libros, es que mi sangre circula al revés. Un biquiño, Antón, un placer como siempre, venir a leerte.