POEMAS DE PAULA M. GALLARDO
[El poeta Ángel Guinda, rastreador de fantasmas propios y de poetas aquí y allá, incluyó a Paula M. Gallardo en la antología ‘Yin’ de poetas aragonesas, que publicó la editorial Olifante. Conocí hace unos días a Paula y le pedí unos poemas. Aquí están. Todas las fotos son de Miroslav Tichy, que acaba de fallecer. Un curioso fotógrafo.]
DESTINO ERRANTE
Esta mañana me ha vuelto a acosar
una extraña ansia de sumergirme en este círculo absurdo
de prisas locas, ocupaciones ineludibles, tareas inaplazables
y chorradas así.
Hay un deseo de pertenencia que aún
no he satisfecho.
Un sentirme incluida en este manicomio
al que pretendemos llamar vida
en un olvido constante de que estamos vivos de verdad.
No lo he conseguido.
No creo que lo consiga jamás.
Hay días en los que
se me antoja todo tan extraño,
tan insufrible, tan inaceptable,
que sólo contemplo la opción de los nómadas.
Y caminar.
Y desaparecer.
EGO SUM
Soy el punto de la i que flota desde que un malabarista al lanzar la bola se quedó en stand by. Siento la fortuna de que una columna erguida, que a veces se mece, me esté sosteniendo. La grandeza de formar parte de un símbolo que tarde o temprano será señal. Como los faros. Ser conocida, y por tanto, ignorada. Poder desaparecer si hablamos en mayúsculas. Poder reaparecer en lo cotidiano. Ser prescindible y necesaria. Coexistir con una forma que me permite no estar. Y en determinados momentos, cuando un jodido imán no me deja ascender hasta el espacio y reventar, es un alivio ser contigo una letra de esta canción.
Antorcha encendida que sobrevivirá a la tempestad.
POEMA DE AMOR
Dónde ir, dime, dónde
cuando todo es desierto
y ciegos procuramos sombras.
No contengo tu mundo
y sin embargo
me habitas.
ALGO EN COMÚN
Conseguir que esta inútil invisibilidad
En la que tanto tiempo invierto
Y que tanto, tanto dolor provoca
Desaparezca
Debería convertirse en mi única enmienda
Mi única razón
Sin embargo
Borro mis huellas
Y oculto las lágrimas
Como si al revelarlas
Creyera que a alguien aún puedo importarle
Y esa manifestación
Me hiriera más que su ignorancia
He aquí mi letal conspiración
Y mi mayor soberbia:
Creer que no mostrarme vulnerable
Es mi mejor pasaporte
ME QUIERO DEFENDER
Cuando el día del juicio final llegue
cada uno vigilará desde su atalaya
que ningún monstruo atraviese el puente.
Se abrirán simas
donde antes la tierra estuvo invencible.
Los mares desbordados
adoptarán la lluvia ácida como su maná diario.
Cada cual defenderá su puerta
su mujer, sus enseres.
Se tapiarán las ventanas
se apuntalarán los muros
y lo que quede fuera
pasará a ser nada
y en la nada se perderá
si acaso no estuvo perdido
ya desde siempre.
¿Quién se acordará de mí entonces
cuando cada uno se ocupe de lo suyo
si nunca fui de nadie?
¿Quién?
Pero tendrán que matarme
para que caiga mi torre
y pelearé duro
con toda la fuerza que la soledad
esculpió en mi alma
a puro golpe de llanto.
2 comentarios
Lamia -
Gemma -
Y, sobre todo, estos versos:
"No contengo tu mundo
y sin embargo
me habitas".
Un abrazo