DANIEL GASCÓN HABLA DE LIBROS EN LA BIBLIOTECA DE ARAGÓN
Esta tarde, a las 19.30 horas, en la Biblioteca de Aragón, Daniel Gascón imparte una conferencia sobre ‘Los libros que me han marcado’, dentro de un acto ya clásico que organizan Los Amigos del Libro, editores a su vez de la revista ‘Barataria’ que alcanza su número 30.
No podré asistir a la conferencia, pero le pido a Daniel algún fragmento de lo que va a decir. Ha organizado su charla mediante una especie de diccionario. Cuelgo aquí algún fragmento:
Cama y coche: No recuerdo que mi padre nos leyera en la cama. Sí que recuerdo que nos contaba cuentos, en el coche y en la cama. Años después, descubrí que los cuentos que nos contaba eran clásicos contemporáneos: “La noche bocarriba” o “Circe” de Cortázar, por ejemplo. Sí que me acuerdo de que mi madre nos leía por las noches a mí y a mi hermana. Entre los libros que nos leyó estaban La isla del tesoro, El libro de la selva, La historia interminable y Momo. Luego, El libro de la selva de Kipling fue uno de los primeros libros que leí. Me gustaba Kipling; a principios de los noventa leí en Urrea de Gaén Los cuentos de así fue, El hombre que pudo reinar y Kim. En ese momento los leía como relatos de aventuras. No volví a leerlo durante años. Y lo recordaba como un buen escritor, pero también un tipo reaccionario y colonialista, un hombre que no tenía mucho que decir sobre nuestro mundo. Ahora no creo que sea así: sus novelas nos hablan de Pakistán, India y Afganistán, del ocaso de los imperios, del radicalismo y las distintas culturas. Aunque no compartamos muchos sus puntos de vista, ofrecen una mirada a lugares y problemas que todavía nos preocupan. Entonces tampoco sabía que unos años más tarde iba a traducir uno de sus cuentos, El motín de Moti Guj.
Con la D, Donald Rayfield es el autor de uno de los primeros libros que traduje: Chekhov: A Biography. Quizá es el libro que más me ha obsesionado de los que he traducido, y resulta paradójico, porque la editorial se paró y la biografía todavía no se ha publicado en castellano. Es un trabajo exhaustivo, que se beneficia de la apertura de los archivos soviéticos. Para mí fue una experiencia maravillosa. Ya escribía relatos y ya había leído a Chéjov, que me parece el mejor cuentista de la historia. Me gusta su paso de la escritura cómica a la escritura, digamos, seria. Me interesan sus anécdotas a menudo leves, su capacidad de comprensión y compasión y su espíritu igualitario. En sus mejores momentos, como en Del amor, La dama del perrito o La corista, es capaz de crear una imagen que encierra la vida entera de un ser humano. El cuento anglosajón moderno bebe de Chéjov: es una influencia en el Joyce de Dublineses, en Hemingway, en Katherine Mansfield, en Tobias Wolff, en Raymond Carver, en Richard Ford. El personaje es fascinante y tiene una propia tradición como tema: sobre él han escrito Irene Nemirovsky, Natalia Ginzburg, Janet Malcolm y Raymond Carver. En 1892 le pidieron que escribiera una nota autobiográfica:
"¿Necesita mi biografía? Aquí la tiene. Nací en Taganrog en 1860. En 1879 terminé mis estudios en la escuela de Taganrog. En 1884 terminé mis estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Moscú. En 1888 recibí el Premio Pushkin. En 1890 hice un viaje a Sajalín a través de Siberia, y volví en barco. En 1891 viajé por Europa, donde bebí vino espléndido y comí ostras. En 1892 me paseé con V. A. Tijónov en una fiesta [la celebración del santo del escritor Shcheglov]. Empecé a escribir en 1879 en Strekozá. Mis colecciones de relatos son Relatos abigarrados, En la penumbra, Gente difícil y la novela corta El duelo. También he pecado en el dominio del drama, aunque con moderación. Me han traducido a todos los idiomas, salvo los extranjeros. Sin embargo, me tradujeron al alemán hace tiempo. Los checos y los serbios también me aprueban. Y los franceses también se relacionan conmigo. Conocí los secretos del amor a los trece años de edad. Mantengo relaciones excelentes con mis amigos, tanto médicos como escritores. Soy soltero. Me gustaría cobrar una pensión. Me entretengo con la medicina hasta tal punto que este verano voy a hacer varias autopsias, algo que no he hecho en dos o tres años. Entre los escritores prefiero a Tolstói, entre los médicos, a Zajarín. Sin embargo, todo esto son chorradas. Escriba lo que quiera. Si faltan hechos, sustitúyalos por algo lírico".
Traducir esa biografía me permitió releer de forma más sistemática a Chéjov. Mi visión de la familia, del amor, de las esperanzas traicionadas, de la vida cotidiana y de la fragilidad humana sería muy distinta sin la obra de ese escritor médico que, como es comprensible, siempre destacó en el diagnóstico.
N de Notas musicales. Cuando tenía catorce años mi padre me regaló un aparato de música. Quería que estudiara inglés con él. Mi padre tiene ideas extrañas y pensaba que la mejor forma de inglés eran las canciones. No sé si es un método eficaz. Pero hubo una época en la que leí mucho los libros que recopilaban canciones de Lou Reed, Springsteen, Leonard Cohen o Dylan. Son músicos que tienen conexiones con escritores: con Delmore Schwartz y Edgar Allan Poe, con John Steinbeck y Richard Ford, con Federico García Lorca. Otras veces, traducía las canciones de los libretos. Ahora escribo siempre con música, generalmente escuchando Spotify. Y me dedico a traducir y a veces pienso que las canciones tienen algo que ver con eso.
*Las fotos: Daniel firmando en Barcelona en la Feria del Libro. Abajo, Kipling de niño; Anton Chejov y Bruce Springsteen.
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