MAPI RIVERA: POEMAS E IMÁGENES
Le pido algunas nuevas imágenes de su trabajo a Mapi Rivera y me manda algunas con esta nota: “Te envío una selección de la última serie que estoy trabajando se llama ‘NUBE del no saber’. Son imágenes inspiradas en una guía espiritual anónima del s. XIV del mismo título, que a su vez se inspira en la ‘Teología mística’ de Dionisio Aeropagita que consideraba la “tiniebla de luz” como única forma de contemplación divina.” Junto a algunas imágenes, Mapi también me envía tres poemas de su libro ‘Poamario’, que está en ese momento de la búsqueda de un editor.
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BUSCO EL SILENCIO CUANDO HUYO,
busco el silencio cuando escarbo entre pensamientos,
cuando imagino, cuando creo,
busco el silencio.
Lo busco cuando me recuesto sobre tu pecho,
cuando te escucho y cuando hablo.
En nuestro abrazo, rebosante de ternura,
al sumergirme bajo el agua,
cuando me abstraigo y cuando leo,
busco el silencio.
Lo busco porque es la caricia que suaviza la piel,
lo busco porque es el recipiente imprescindible
para el amor.
Como una hoja en blanco,
como un cuerpo desnudo,
como un útero vacío,
así es el silencio.
Yo, en mi naturaleza íntima,
soy silenciosa.
Este silencio me conforma,
este silencio soy yo.
Me reconozco en el latir suspendido del pulso,
en la expansión luminosa del éxtasis,
en el grito que lo atraviesa,
descomponiéndolo.
El amor es la voz que lo hiere,
lo fecunda,
lo anima.
El amor es el silencio pronunciado.
me disuelvo en un río de vida
que asciende con la fuerza de la levedad.
Vacía de pensamientos graves,
giro hacia arriba
en remolino de luz.
***
VEN,
soy un cauce abierto para recibirte.
Ven,
el agua que discurre transparente y te refleja.
Ven,
insemíname con tu luz,
úngeme con tu esencia,
lléname de tu energía
para que pueda vibrar y renacer.
Conozco mi fuente y sin embargo te invoco,
porque lo que está dentro está fuera.
Eres luz solar lejana
y fuente íntima de amor.
Ven,
abrázame como tú haces,
en la vibración silenciosa
que impregna la naturaleza.
Te invoco,
porque sólo abriéndome a ti,
puedo recibirte,
porque sólo vaciándome de mí,
puedo acogerte.
Soy mujer, receptiva, valle, río, agua.
Mi vientre está vacío
para la concepción de la luz.
Mi corazón es el alambique que regenera mi ser.
Nazco, fluyo y vibro,
naturaleza y luz.
***
ABANDONAR LO CÓMODO
a su comodidad,
lo confortable
a su confortabilidad.
Atravesar el frío, el viento,
el espacio vacío.
Atravesar el hogar
para sumergirse en el bosque,
hacer una inmersión en lo salvaje.
Aullar para perder el habla,
balbucear como un niño,
para volver a nacer.
En la burbuja de la ensoñación
se vive sin despertar sospechas,
se vive sin perturbar las aguas,
el precio es el estancamiento.
El viaje es el desarraigo del hogar,
el viaje es la soledad y lo desconocido,
el viaje es una decisión de vida.
Mantener el amor en su inocencia,
preservarlo como un continuo recién nacido,
es la pulsión imprescindible para la vida.
El amor brota del corazón
y el corazón toma forma gracias al amor.
Bombear, palpitar amor
es su sentido vital,
es su función orgánica.
La emanación del amor
se hace visible en la ternura,
en su porosidad,
en el brillo de la mirada
y en la humedad de las palabras.
Para acceder a lo esencial,
hay que volver, continuamente,
a sumergirse en su fuente,
desprenderse de uno mismo
y atravesar el corazón
en un viaje hacia el misterio.
Lanzarse, a cada instante,
al precipicio,
sumergirse en las aguas matriciales,
retornar a su oscuridad para rasgarla
y darse a luz.
No hay frondosidad que no duela atravesar,
ni vacío en el que diluirse
que no revierta en la libertad
de volver a nacer.
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