'SEÑALES DE HUMO': EL NUEVO ÁLBUM DE AMOR DE MARÍA JOSÉ HERNÁNDEZ
Del amor y del mar del deseo
María José Hernández publica un nuevo álbum, con letra, música y producción suyas: ‘Señales de humo’, que consta de diez temas sobre los vaivenes de la pasión
María José Hernández es una cantante de una voz muy personal, fiel a sí misma, parsimoniosa, que trabaja con rigor y con un inequívoco sentido plástico. Se siente afín a cantantes como Joni Mitchell o Suzanne Vega, pero también a Jorge Drexler y, aunque ya no lo diga demasiado, también a Silvio Rodríguez, como se percibe en el tema ‘Nunca aprendiste a sumar’ de su nuevo disco: ‘Señales de humo’, que ella ha producido, con la colaboración, en grabación y mezclas, de Carlos Estella y de Rafael Domínguez.
Se trata de un álbum de diez canciones cuyo tema sería el mar del deseo. El mar del deseo es, por otra parte, el título de un álbum anterior de María José. ¿Por qué el mar del deseo? ‘Señales de humo’, que toma el nombre de la primera canción, quizá la más pegadiza y la más brillante del conjunto, es un disco intimista de amor. De amor y desamor, de los estados anímicos que viven los amantes o las parejas, de los encuentros y de los encuentros, de la ceniza y la llama, y es un disco también sobre el paso del tiempo y sus agrias asechanzas: el paso del tiempo a menudo es como una demolición o un anestésico contra la pasión. Y es un disco sereno que está lleno de mares y mareas, de olas y caracolas, de naufragios o zozobras, de viajes marinos, de barcos de nuez y de barquitos de vela; dice el último tema –que a veces puede escucharse como una nana-: “Solo soy / un barquito vela, / hundido en el fondo del mar / la ficción de un tesoro escondido en tus brazos / me hizo naufragar”. El penúltimo tema, ‘Ciudad del olvido’, es una travesía por las rutas del desamor, del abandono, de la pérdida y de la esperanza, algo que también podríamos decir de otra estupenda canción: ‘Amor residual’.
En el disco, hay canciones de exaltación del amor y sus felices sinrazones como ‘Levemente’ y ‘Besos de chocolate’, que tiene algo de golosa canción de sensualidad y gastronomía, y hay también días infaustos, escasos de besos, como sucede en el tema ‘Díaz avestruz’, que es una de las sorpresas del álbum. “Hoy tengo un día avestruz / de esos que no me salvas ni tú”. En realidad, ‘Señales de humo’ está lleno de dolor, de contrariedad, de ruptura y de añoranza, y de incomunicación: “... pero no hay peor ciego que el que no quiere ver”. El mar del deseo se ha interrumpido porque los amantes se han vuelto un poco ciegos o insensibles al estímulo del otro.
Desde el punto de vista del corte de las canciones, las melodías, los arreglos y la instrumentación, se podría decir que ‘Señales de humo’ es un disco con guitarras eléctricas, sencillo, elaborado con buen gusto, sugerente, sin estridencias. Es de esos álbumes que apetece volver a oír para ir descubriéndole matices, suavidades, desgarros a esa voz envolvente y cálida de María José Hernández, que se atreve a nadar entre los vaivenes del afecto sin saber si alcanzará la orilla. Dice en otra balada de ausencias, adonde asoma el susurro: “Y si me siento sola no voy a parar / hasta que el deseo me vuelva a atrapar. / Si me siento sola no pienso escribir / cientos de canciones con sabor a ti. / Si me siento sola no hay más elección / que sacar del tiesto a este corazón”.
Señales de humo. María José Hernández. Letras, música y producción de María José Hernández. Grabación: Carlos Estella y Rafa Domínguez. Mezclas: Rafa Domínguez. Lunática Factoría Musical. Zaragoza, 2011. La foto de María José está realizada por Juan Miguel Morales.
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