LA MAGIA DE LAS LIBRERÍAS
[Paco Pons, un librero de Zaragoza enamorado de los libros, de las palabras y de la convivencia, me envía esta reflexión sobre la librería como espacio de convivencia, de encuentro, como una casa de citas de la cultura. Me gusta mucho, además, que me lo haya mandado en un día tan especial para mí.]
LAS LIBRERIAS COMO PUNTO DE ENCUENTRO
Y QUIZAS DE ENAMORAMIENTO ENTRE PERSONAS AFINES…
Por PACO PONS. Librero
Las librerías son esos lugares mágicos, en los que se producen “milagros” en miniatura. Sin pretender citar todos los posibles ejemplos, puedo recordar lo que sucede cuando nos encontramos con ese libro que creíamos olvidado y que nos encantó en nuestra infancia. No lo guardamos porque el ejemplar se perdió en aquel traslado de la casa, que hubo que hacer con prisas…y años después lo reencontramos, para deleite de nuestra edad madura. Puede suceder que tras releer el libro que nos entusiasmó hace décadas ahora nos parezca que no era para tanto…sin darnos cuenta de que somos nosotros los que hemos cambiado, no el libro.
Hay otro posible “fenómeno” que se puede producir en las librerías. Me refiero al encuentro casual de dos almas gemelas, que luego de charlar sobre los libros que han disfrutado descubren que comparten aficiones y emociones. De ese punto a sentir sentimientos y pasiones puede haber solamente un paso. Esos encuentros se pueden producir entre la clientela y las personas de la librería o bien entre dos clientes que coinciden en la botiga de los bibliopola. Y ese puede ser el comienzo de una larga amistad…o de otros sentimientos de mayor entidad.
La literatura y el cine nos han ofrecido ejemplos de esas situaciones. ¿Quién no recuerda el encuentro epistolar – que sucedió realmente durante varios años – entre el librero británico Frank Doel (Marks & Co.) y la escritora de guiones residente en Nueva York Helen Hanff?. Su correspondencia dio lugar a un precioso libro (84, Charing Cross Road) que inspiró el guión de una obra de teatro en Broadway y de una película de título homónimo en inglés, aunque traducida en su versión española como La carta final, estrenada en el año 1978, si mi memoria no falla. El actor británico Anthony Hopkins está mejor en el papel del librero londinense que incluso en el que haría años después en la película El silencio de los corderos, interpretando al asesino Hannibal Lecter. No hay que olvidarse de la actriz Anne Bancroft con su singular forma de interpretar a la escritora judía, con un sentido del humor irónico y a veces desconcertante para el metódico librero inglés.
Otra película que sitúa el inicio de una relación amorosa en una librería se tituló Notting Hill, y fue estrenada en el año 1999. Estuvo interpretada por Julia Roberts y Hugh Grant y algunos temas de su banda sonora fueron canciones escritas por el poeta y cantante francés – de origen Armenio – Charles Aznavour. El comienzo de la acción de esta película se desarrolla en el interior de la librería londinense The Travel Bookshop, situada en el barrio de Notting Hill. Esa librería existe realmente, como existió en su tiempo Marks & Co. El guión es sencillo: Un librero londinense especializado en la venta de libros de viajes – Hugh Grant - recibe la visita de una famosa actriz norteamericana – Julia Roberts – quien se encuentra en Londres rondando una película y que colecciona libros sobre viajes. Muchas cosas suceden después, dentro y fuera de la película - algunas muy divertidas – por lo que recomendamos que la busquen a quienes lean este artículo.
Pues bien, acabo de saber en este final de Agosto de 2011 que la librería The Travel Bookshop va a cerrar definitivamente sus puertas, tras 32 años de actividad comercial ininterrumpida.
El cierre de toda librería me causa un gran disgusto, porque “cuando una librería se cierra…algo suyo se cierra”, parafraseando el chiste de humor ácido. Supongo que la crisis económica – que trata por igual a las librerías que a otras empresas – tendrá mucho que ver, aunque he sabido que también motiva el cierre el hecho de que su propietario reside desde hace años en Francia y es un hombre mayor, con ganas de dedicarse a la “vida retirada”.
En el periódico británico The Guardian podemos leer un artículo de la encargada de The Travel Bookshop – Saara Marchadour - en el que explica lo sucedido. Comenta que inician el saldo de las existencias, aunque ha surgido una iniciativa por parte de un grupo de escritores británicos, “Save The Travel Bookshop”. Estas personas no quieren renunciar a sus visitas frecuentes a una librería con un encanto especial, en el que se han encontrado con otros escritores y de esos encuentros y charlas han salido ideas que se han convertido en libros y también pasiones esporádicas, que se han convertido en amor o en humo, pero un humo de grato recuerdo. Conociendo el poder de las redes sociales, no me sorprendería que esa idea de salvación pudiera tener éxito. Sobre todo si tenemos en cuenta que uno de los promotores del intento de salvación es uno de los actores que intervino en la película Notting Hill , el actor norteamericano Alec Baldwin, perteniente a una familia – casi una saga – de actores de Hollywood y esa gente tiene mucho poder.
¿Me permiten que aproveche la ocasión para pedirles – por favor – que piensen en salvar las librerías de sus respectivas ciudades? No lo hagan solamente por ayudar a las personas que ejercemos este bello pero difícil oficio de las librerías…sino por seguir haciendo posible esos encuentros de personas con libros y con otras personas, que pueden derivar en bellas amistades e intensas pasiones, tengan o no un final feliz.
Salgan o no en las películas, las librerías son lugares con una magia especial, en cuyo interior se pueden producir bellas historias personales, además de las que nos cuentan los libros.
Muchas gracias por pensar en esta propuesta de un librero ya veterano.
2 comentarios
MARIA SERRALBA -
Yo también comparto esa ilusión de publicar algún día -espero no muy lejano-, y poder presentar mi novela en esas pequeñas y entrañables librerías donde parece que el tiempo se mantiene suspendido en el aire, donde todavía se respira los suspiros de la gente que a hurtadillas hemos intentado en alguna ocasión leer dos páginas seguidas de un libro que no hemos comprado, o que en efecto hemos recobraro la fe en nosotros mismos al conseguir encontrar entre sus estanterías aquel libro que dábamos ya por perdido y que por avatares de la vida se había alejado de nuestro pequeño círculo de intimidad.
Cuando vi la pelicula 84 Charing Cross Road disfruté como una niña, lloré desconsoladamente por la pérdida del carismático establecimiento, pero sobre todo y tal como comenta Paco Pons, porque cada librería que desaparece lleva consigo la seña de identidad de muchos de nosotros.
Gracias por ofrecer un blog tan meticulosamente confeccionado y si tienes la posibilidad y el deseo de saber algo más sobre mi trabajo, te adjunto mi reseña de página. Un afectuoso saludo.
http://mariaserralba.blogspot.com
Ines -
Te dejo el nombre de dos películas que fué un libro el nexo para que se reencontraran las parejas protagonistas, una Serendepity o Señales de Amor,el número de teléfono de ella en la novela de García Márquez El amor en los tiempos del cólera y otra que ví hace poco Definitivamente quizás (Definitely, maybe), él guarda un libro que buscaba una amiga porque tenía una dedicatoria que le había escrito el padre, pero como el libro de la mudanza, se perdió en esos derroteros de la vida, lo encuentra su amigo (en una librería), tarda años en entregárselo, hasta que se da cuenta que lo hizo porque era lo único que lo unía a ella.
Historias con libros...
Saludos