EMILIO QUINTANILLA, TRES POEMAS
TRES POEMAS DE EMILIO QUINTANILLA BUEY
DE SU POEMARIO 'REGRESAR A BOMARZO',
PREMIO ISABEL DE PORTUGAL DE POESÍA
8.
Desde que, junto al Tíber,
perversa y bella ninfa visionaria,
me abdujiste una noche
mi verso se transforma cuando canta
y puede hacer de un salmo gregoriano
una epopeya orgásmica.
Sexualiza el poema, busca siempre
la vulva en las palabras,
porque cada palabra de mi verso
esconde una hendidura bilabiada
que tiene arriba una pequeña, eréctil,
sutil protuberancia.
23.
Mi verso, que es humano,
tiene sus obsesiones y sus vicios
y manifiesta a veces
la obscena ordinariez del reprimido.
Trata de comprenderle y mientras puedas
accede a sus caprichos.
Si lo que quiere es sexo, dale sexo,
si cariño, cariño,
si te habla de la muerte, no le digas
que puede suceder mañana mismo,
y si quiere, por fin, volver a casa,
enséñale el camino.
34.
Pero bajo el cadáver, ya ceniza,
de mi verso renace un verso nuevo.
No todo está perdido.
En el surco la tierra está alumbrando
un diminuto brote polifónico
con venillas azules.
Voy temprano a Bomarzo
cuando las sombras tienen sed de aurora
y el sátiro fornica.
Llego al lugar donde mi verso yace,
me arrodillo, me inclino sobre el surco
y aproximo el oído
para escuchar el canto de esperanza
—Rubén de nuevo— que me brinda un suelo
palpitante y fecundo
mientras desde la rama de un cerezo
mira a la luna un ruiseñor noctámbulo
que se hará alondra al alba.
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Miguel Angel -