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Antón Castro

GARRAPINILLOS: NUEVA VICTORIA

 

GARRAPINILLOS, 1- LA UNIÓN, LA JOTA-VADORREY, 0

Ganar cuesta cada vez más. Eso lo sabe muy bien Marcelo Bielsa: sus teorías, su percepción del fútbol, sus frases y su biografía fueron hoy la materia central de nuestra charla táctica. El Garrapinillos jugaba ante La Unión, La Jota-Vadorrey, que va por abajo, pero sabíamos perfectamente que nadie regala ni los goles, ni el juego, ni siquiera el balón. El Garrapinillos, con la lesión de Óscar Cambra y Jorge Blasco, la ausencia de Eloy (que se había ido a la nieve con su novia bien de mañana, y para ella eso, decía Eloy en broma, no era negociable) y la sanción de Fran, volvía a estar diezmado. Muy diezmado: hoy solo pudimos contar con cuatro suplentes en el banquillo. La tarde era preciosa: una tarde de anticipada primavera, llena de sol y de un viento incómodo: hoy empujaba furiosamente hacia el cementerio.

Como siempre, casi obsesivamente, camino de San Lorenzo sonaron varios temas de ‘Pearl’ de Janis Joplin. Ese disco es casi nuestra banda sonora; o cuando menos la mía. Hace días que no las tenemos todas con nosotros: parece que alguien nos mire mal, que alguien haya aojado al Garrapinillos: vaya, que exista un leve maleficio, podría decirse en broma. Ante las bajas, sabíamos que necesitamos el gol más: definición en ataque, disparos, creación de peligro, búsqueda de remate, incursión por las bandas.

Hicimos algunos cambios: por vez primera este año, hemos pasado de un clásico 4-3-3 a 4-2-3-1, con Eduardo García Pirri en punta y dispuesto a bregar, a rematar, a ejercer de pívot y de talismán para las llegadas de Diego y Jorge Rodríguez, de Quique Romero, que se descolgaría hacia la izquierda y de Alberto Luna, que arrancaría desde la medular.

Formamos así: Sergio Blasco; Mateo, Lacabe, Beltrán, Dani; Kike Alcubierre, Alberto Luna; Diego Rodríguez, Jorge Rodríguez, Quique Romero; y Pirri. Como suplentes, Pitu, Alberto Sancho, Jesús Ángel y Alberto Rubio. Nosotros vestíamos de rojo; La Unión, de blanco. El partido empezó bien: dominamos pronto, penetramos por ambas bandas, y en una internada en el área, Pirri fue derribado. Lacabe marcó de penalti. El equipo intentó seguir jugando con brillantez, tocando, triangulando, intentó jugar en la media, arrancar desde ahí, pero pronto sufrimos una importante baja: Jorge Rodríguez recibió una importante tarascada y tuvo que retirarse; ahora está en la clínica de Monte Canal y están intentando descartar una contusión renal u otras complicaciones. Está con gotero. Hizo lo que pudo en una nueva posición, de media punta con mucha movilidad, pero apenas tuvo tiempo de entrar en juego: recibió muchos golpes, y ante un equipo agresivo se resiente su menudencia, su fragilidad y, sobre todo, su juego vistoso. Mucho ánimo desde aquí: era un día importante para él.

En la segunda parte, el partido siguió trabado, con lances violentos, con intensidad. La Unión, que se quedó con diez jugadores, había venido a vender cara su derrota; a favor del viento, planteó algunos problemas en los balones aéreos, pero ahí tanto Lacabe como Beltrán estuvieron sobrios. Lacabe volvió a demostrar que es un gran central, un gran libre, y Beltrán es uno de los secretos de la zaga del Garrapinillos. Los laterales también estuvieron bien; Pequerul trabajó a destajo. Hubo un poco de todo hacia el final: ocasiones claras nuestras, sin duda, de Alberto Rubio, de Diego, de Pitu, y La Unión se encontró con un regalo inesperado en el minuto 90: una cesión de Mateo al arquero Sergio Calvo, que en realidad no había sido, nos llenó a todos de nervios. En esa tensión de colocación de la barrera, la defensa del Garrapinillos logró abortar el terrible disparo, y poco después moría el partido. Garrapinillos 1, La Unión 0. Debimos haber ganado con más claridad, pero también pudimos haber empatado. Para la semana siguiente, entre otras bajas, más que posible la de Jorge Rodríguez también, perdemos a David Mateo, nuestro lateral derecho, por acumulación de tarjetas. Cumple ciclo de cinco. El trabajo de todo el conjunto merece el elogio: Diego pareció más entonado; Kike Alcubierre intentó jugar con firmeza, Alberto Luna sigue creciendo, Pirri peleó hasta la extenuación, Rubio corrió y corrió, Jesús orientó el juego en el centro del campo tras su salida; Romero fue de menos a más...

El partido ha tenido, de nuevo, esa vibración con algunas  brusquedades y esa emoción de los últimos partidos en casa. Nos cuesta mucho ganar. Muchísimo. Eso sí también encajamos pocos goles, y eso nos está permitiendo seguir ahí arriba. El Salvador y el A Mesa Puesta han ganado con claridad, y se mantienen al acecho. El Garrapinillos, mientras tanto, sigue trabajando martes, jueves y viernes para mejorar su juego, para resultar más competitivo, para llevar la iniciativa en el desarrollo de los partidos.

El domingo nos visita el Utebo. Se avecina otro temblor: es un duelo entre vecinos. Eso sí, perdemos a Jorge Rodríguez, pero vuelven Eloy y Fran, dos zurdos exquisitos.

PD. Jorge ya ha regresado a casa. Dicen que solo es un fuerte golpe. Tendrá que guardar reposo durante diez días; entonces, volveré a Monte Canal. Aquí lo vemos en una foto de archivo sacando un córner desde la derecha.

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