ESTEL JULIÀ: CINCO POEMAS
La poeta y traductora Estel Julià acaba de terminar un nuevo poemario, ‘Zapatos imposibles’. Me manda una pequeña selección de textos, que se abre con una ‘Poética’. Dice Estel con humor: “Son una buena muestra para saber de qué trata el poemario, cómo son esos zapatos y cuál debe de ser el príncipe que algún día los calce”. Su foto, la primera, la realizó Toni Balanzà. Las demás son de la británica Kirsty Mitchell.
POÉTICA IMPOSIBLE
Se abren las palabras en el papel
como se abre un camino
que se anda con zapatos imposibles
y conduce al poder de las palabras.
Dejar la puerta abierta, entrar,
o quedarse al otro lado.
Solo un hilo conductor
entre mis dedos y tus oídos.
Andar por el cable de acero
o salir corriendo descalzos
porque las palabras queman,
los sonidos queman,
queman las imágenes.
UNA MUJER DESCALZA
Flor desconocida
bifurcada, herida, temblorosa
como sacada de un cuadro,
pintada del natural,
apareció casi imperceptible a los ojos.
Escondida, pequeña, muy niña,
anidó en un lugar olvidado
en el cuerpo de la madre.
Y se elevó, quiso tocar el cielo,
el techo de las hojas,
beber el agua inaccesible,
pero sólo lamió el viento de la memoria
mientras los otros desconocían
el secreto de su lengua.
Como abandonada
fue descubrirla
en un pequeño hueco de la tierra.
CIUDAD EMBRUJADA
Los tulipanes están cerca de las ventanas
puedo verlos a través de los visillos.
Se respira la nostalgia de otros tiempos,
se cuela por las chimeneas
como Embrujada sin zapatos
que llega a una ciudad de cielo tenebroso.
Y todo se ilumina a través de los cristales
con las manos de pintores antiguos
que dibujan las calles de mi cuerpo
y las huellas que han dejado mis pies
en la tibia blancura de la noche.
ABRIL, 14
El día parece
que se prorroga y sobrevive
al recuerdo de los pétalos
arrancados a una fotografía.
Sobrevive también a peces que bailan
al compás del agua que interpreta
el tempo de las horas
(a sabiendas
que sonarán domingo
las siete campanadas)
No quiero que me coja
por sorpresa el día
y me apresuro a guardar
los zapatos de cenicienta.
SERÉ VIDA
Me vestiré de hiedra
germinaré en ti
naufragaré en tus campos
sin que aprecies la leve brisa.
Me enredaré en tu vientre,
por ti, seré primavera
de algas y verde trigo
y cuando el otoño llegue
me anunciaré con luna
de henchida vela
y en el mar de firmamento
nacerá la vida.
2 comentarios
Andrea -
Le doy las gracias a la vida por tener sentidos para disfrutar de cosas así.Como las palabras transformadas en utopía,la sangre congelada en el tiempo viene a mí y yo la recibo con los brazos abiertos.¿Soportar pasivamente la muerte?No.Meditar sobre los cimientos del tiempo.Yo también soy poeta.Una suerte de Alicia.Gracias.
Ana Genovés Badenes -
La selección es exquisita, y las palabras, perlas truncadas repletas de amor.
Si tuviera que elegir... Escogería a la mujer descalza que salida de un óleo deambula sin apenas ser vista.
Ann@ Genovés