GARRAPINILLOS 2 -SANTA ISABEL 3
A nadie le gusta perder. Sobre todo tras un partido intenso y trabajando bajo un frío glacial. El Garrapinillos jugaba contra el Santa Isabel: habíamos bajado un peldaño y hemos bajado en el juego desde hace algunas semanas. En realidad, hemos perdido nuestra ventaja de cuatro o cinco puntos claros en cuatro partidos: hemos perdido en casa con el Picasso, con el Utebo, con el Perdiguera y hoy con el Santa Isabel. Demasiadas derrotas.
No se trata de buscar justificaciones: los rojillos de San Lorenzo han (hemos) experimentado un empeoramiento del juego, de los resultados, la suerte tampoco está con nosotros y las lesiones –alguna de última hora: la del capitán Lacabe será para un mes y media; la de Fran, para tres o cuatro semanas también; y hoy ha caído Pirri- nos persiguen. El parte es cada vez más abultado. A estas lesiones también se ha sumado, por segunda semana consecutiva, la de Jorge Rodríguez. Con todo, preparamos un equipo competitivo y sólido, al menos a priori: Luis; David Mateo, Jorge Beltrán, Enrique Romero, Dani Pequerul; Diego Rodríguez, Kike Alcubierre, Jorge Blasco (capitán), Alberto Luna; Óscar Ortiz y Eloy Mateo.
El escenario no era nada bueno: el viento empujaba con una furia antigua. Demoledora. Y el viento reventaba cualquier ánimo. El Santa Isabel jugó a favor del viento: al principio, no llegaba demasiado, a pesar del latigazo favorable, y nosotros no entrábamos en juego. Poco a poco, ellos se entonaron más: estaban más rápidos y más solidarios en las ayudas; y a nosotros nos faltaba dominio, combatividad y un poco de mentalidad. Las líneas estaban demasiado alejadas, a pesar de que jugábamos con un 4-4-2. En poco tiempo, marcaron dos tantos: uno, tras una espléndida jugada, de un inapelable zurdazo; y otro tras un fallo, sumado a la mala suerte y algunos despistes propiciados por el viento.
En el descanso, intentamos ajustar detalles. Esperábamos que el viento jugase con nosotros. Y esperábamos que nosotros nos viniésemos arriba. Ellos, para ponerlo todo muy, muy cuesta arriba, marcaron otro golazo: una buena volea desde fuera del área por la escuadra. El choque parecía muerto para nosotros. Y en cierto modo lo estaba. Hicimos cuatro cambios: entraron Alberto Rubio, que sería muy importante, Jesús Ángel, José Antonio ‘Pitu’ y Alberto Sancho. Al final, logramos llegar vivos a los últimos minutos: Alberto Rubio empujó dos veces el balón a la red. Y aún tuvimos alguna oportunidad de empatar, eso sí, más por presión, por la ayuda del viento, que por calidad de juego.
La casta apareció demasiado tarde. El nivel del grupo en esta ocasión fue regular tirando a flojo: hubo poco fútbol, aunque sí se trabajó, se peleó y acariciamos el empate. Habría sido el mal menor, aunque al final sufrimos un mal mucho mayor. Hemos perdido por quinta vez. Hemos sido los campeones de la primera vuelta, con 38 puntos, y en la segunda aún no conocemos la victoria. Pese a todo, seguimos los segundos, a dos puntos del líder, el Anento A Mesa Puesta.
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