NURIA RUIZ DE VIÑASPRE: POEMAS
Nuria Ruiz de Viñaspre. Foto: 'Enclave revista'.
Nuria Ruiz de Viñaspre (La Rioja, 1969) es poeta y editora del grupo Anaya. Es autora de varios poemarios, entre ellos ‘El pez místico’, que publicó en Olifante. Hace unas semanas publicaba en Luces de Gálibo el libro ‘Órbita cementerio’, un poemario de carácter existencial, de preguntas que no siempre tienen respuesta, de amor, de identidad y pérdida, de incertidumbre y desolación, donde la voz poética busca asideros, certezas, la densidad de los sueños, y los atisba a través de un lenguaje impregnado de hondura, de filosofía y de intensidad. He aquí algunos poemas. Las fotos que la acompañan son de Andreas Ulvo, un excelente fotógrafo de atmósferas y de retratos.
De ‘Órbita cementerio’ de Nuria Ruiz de Viñaspre.
Luces de Gálibo. Barcelona, 2011. 82 páginas.
[pág. 40]
Stabat Mater dolorosa
Iuxta crucem lacrimosa
Dum pendebat filius
Cuius animam gementem
Contristantem et dolentem
Pertransivit gladius
Inocencio III
mi corazón es un asteroide
a veces es el planeta rojo que bombea sangre a mis
encías
un metal hincado entre mis costillas
una piedra sin padre que atornilla el diámetro
de mi hueso
y consume con carácter el cráter de más adentro
mi corazón es una fractura en mi cuerpo
la carga que soporta mi soporte
el impuesto de mi vida de mi tiento de mi ciencia
una estrella fugaz que cayó de Marte
en alguna guerra malgastada
un dinosaurio entre rocas en este cementerio
de escollos
—estación futura de fósiles y hombres—
pero mi corazón es un asteroide de presencia obligada
para deforestar mi espada
porque aunque nuestros cuerpos
estén acuñados para el dolor
yo solicito mi daga para acunar mi herida
[pág. 43]
la civilización desemboca
en la degradación de la especie
Ch. Richet
prefiero dormir agrietada a la intemperie
que en una aquilatada fosa con un acero a cuestas
prefiero la mosca-cebo en el sedal
antes que el arañazo feroz de tus ojos en mi
espalda
—soledad maciza que abate como hielo rojo—
prefiero el óxido de la metralla en vena
al disparo anónimo en este asfalto
prefiero tu madera carcomida
a la armadura de mi cuerpo
—tus astillas destruyendo las paredes
de mi carne—
prefiero esa carne mía putrefacta
a mi venidera carne putrefacta
prefiero los gatos fermentados
las ballenas encalladas casi agrias
los caballos malhablados con sus crines desbocadas
prefiero los sin tierra y sin latido
con su azufre suplicando cicatrices
prefiero la maraña que le sigue a tu indolente sexo
siendo muralla enmarañada en mi cerebro oblicuo
prefiero lo vil lo más indigno la miseria
lo prefiero para no defraudar ni espíritu ni sexo
ni latido
y tener la certeza casi diaria de que el bienestar
no existe
[pág. 55]
in principio erat Verbum
et Verbum erat apud Deum
et Deus erat Verbum
hoc erat in principium apud Deum
Evangelio de San Juan
animal que nunca hibernas
bestia torpe que aúllas dialectos inauditos
desde el faro que vigila mi trinchera de costillas
asesinas
cíclope voraz que acuchillaste mis narcisos
devuélveme las golondrinas los cuervos
mi zanja
devuélveme esa fosa mi espada mi costa
hermano del humo del vértigo y el lodo
asimétrico chacal con feroz idioma
¡qué estrafalario Caín fuiste de tu furtivo Abel
—y de su costra!
no eres más que el producto de este caos tan
inminente
el recién nacido precipicio que avanzó bucle
como avanza el soldado sin linaje en su línea de fuego
desciende pues tu mano hacia mi vientre
—balanza oscura de lo raro—
centra mi eje con la escuadra de tu esfera
y no desequilibres mi derrota con tu hueso fino
1 comentario
Marta -
k,
Marta