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Antón Castro

'NOCHE DE LOS ENAMORADOS' A LA VENTA

LA NOVELA PÓSTUMA DE UN CRIMEN 

Félix Romeo Pescador (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) siempre quiso ser un escritor con estilo: alguien que, conociendo como él conocía todos los poros de la literatura, construía las novelas a su antojo, con una escritura clásica y vanguardista a la vez, innovadora, osada, obsesiva, y a la par límpida. Le gustaba la vida y la transparencia en la ficción. Esa intención se ve en todos sus libros: en la escritura sincopada de ‘Dibujos animados’ (Mira, 1995; luego Plaza & Janés y Anagrama), en la voluntad de experimentación y de incursión en la noche, el mito y la sordidez de ‘Discothèque’  (Anagrama, 2001), ambas novelas serán reeditadas por Anagrama en bolsillo en marzo, y en ese libro casi inclasificable que fue ‘Amarillo’ (Plot, 2008): una novela-crónica, un recuento, un reportaje y también un exorcismo de la memoria en homenaje a su amigo el joven escritor Chusé Izuel.

Tras la publicación de ese libro, Félix redactó una guión cinematográfico sobre una historia de amor, o al menos lo bosquejó ampliamente; al final, el proyecto no cuajó y se obsesionó con otra historia: con la figura de Santiago Dulong, bisnieto del primer alcalde republicano de Zaragoza, en 1873, del mismo nombre, que fue objeto de un homenaje popular y de una tentativa para erigirle una escultura.

Félix Romeo, ese hombre torrencial, vitalista e ilustrado en mil saberes que se despidió del mundo por sorpresa y demasiado joven tras un infarto, se declaró insumiso en 1994 y estuvo un año y medio en la cárcel de Torrero. En la celda coincidió con Dulong, que acababa de matar a su mujer, María Isabel Montesinos Torroba, nacida en Larache en 1948: en realidad, tal como contaron aquí en HERALDO Marta Garú y Ramón J. Campo y otros compañeros en otros medios, la mató el 11 de diciembre de 1994. Dulong y Félix Romeo compartieron celda y en su primera noche, mientras Dulong marcaba su territorio y después de decidir en qué litera quería dormir, le dijo que la había estrangulado.

Félix no pudo quitarse ese relato de la cabeza, y hacia principios de 2009 se convirtió en su obsesión. En realidad, la confesión de Dulong aparecía ya en ‘Discothèque’. Y eso le llevó a indagar y a seguir la pista de sus personajes, a exhumar el proceso, a leerlo y analizarlo de cabo a rabo, y a escrutar casi filológicamente la sentencia, a visitar las hemerotecas, las cofradías, a consultar con la policía y con los periodistas. Y eso, esencialmente, es ‘Noche de los enamorados’, la novela que acaba de publicar Mondadori y que sale mañana mismo a la calle en toda España, aunque ya hay librerías en Zaragoza que la distribuyen.

Félix Romeo cuenta cómo Dulong asesinó a María Isabel; cuenta la historia de él, falangista, más de 120 kilos de peso, enigmático, con un gran dolor de próstata, que le llevaba a analizar y contabilizar sus heces y otros secretos fisiológicos. Dulong había estado casado con María Pilar E. P., que falleció de “peritonitis aguda”; el escritor sospechaba que ella probablemente habría muerto a golpes, porque los análisis médicos dejaron un poco que desear. En 1990 conoció a María Isabel Montesinos, de Larache, que había vivido en Ceuta, en Huelva, en Jerez de la Frontera y que en 1988, más o menos, se había instalado en Zaragoza. Aquí se dedicaba a la prostitución en el entorno de la plaza de Huesca y tenía inclinación hacia los excesos etílicos. Félix Romeo la imagina como una Sherezade nocturna que contaba historias a los hombres de paso, a sus amores ocasionales; uno de ellos, fue Dulong. Se casaron en 1990 y vivieron juntos hasta ese “crimen pasional” de 1994.

‘Noche de los enamorados’ narra una búsqueda, es el intento de entender qué pasó, es un viaje al mundo de la cárcel, y sus acres olores, y de la violencia de género y del desamor, y es también un libro sobre el arte de escribir novelas en el que el escritor asoma una y otra vez: indaga, reflexiona, supone, sospecha, se va a la calle Barcelona o al cementerio, viaja a través del corazón de las palabras. En un determinado momento, Félix dice que ‘Noche de los enamorados’ ni es “la defensa apasionada de una víctima, porque no se pueden reparar las ofensas a los muertos. Ni es un ensayo sobre la justicia. Solo escribo sobre las palabras (...) y sobre los recuerdos de las palabras que guardo de Santiago Dulong, nublados por el tiempo y el mal olor”. Evidentemente, es todo eso en el fondo; hay una crítica también a un sistema judicial que pecó, probablemente, de ligereza: Dulong fue condenado a un año de prisión por su homicidio.

Junto a este libro tan feroz como conmovedor, la novela-reportaje de un hijo de policía, Mondadori entrega un libro de artículos, ‘¡Viva Félix Romeo!’ en el que participan 19 autores de todo el país con textos de recuerdo y glosa de este “insumiso ilustrado”, tal como lo definió Nicolás Casariego, que ya forma parte de esa galería de imprescindibles de la cultura española y aragonesa del siglo XXI.

 

Noche de los enamorados. Félix Romeo. Mondadori. Barcelona, 2012. 140 páginas. [Este artículo se publicó ayer en ‘Heraldo.es’. Hoy sale a la venta en toda España la novela y, además, un libro de textos sobre Félix: ‘¡Viva Félix Romeo!’. Arriba, la caricatura de Félix de Luis Grañena; la portada del libro realizada por Lina Vila, y una foto de la agencia EFE.]

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