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Antón Castro

MARIAN RAMÉNTOL: UN POEMA

MARIAN RAMÉNTOL: UN POEMA

ALBERT LÁZARO: UNA PLAQUETTE DE MARIAN RAMÉNTOL

[He hablado aquí Albert Lázaro-Tinaut, poeta, traductor, apasionado de la poesía, letraherido hasta la médula, apasionado defensor de la cultura como forma de convivencia y de rebeldía permanente. Su penúltima empresa cultural es la publicación de unas plaquettes poéticas (numeradas, 30 ejemplares) en varias lenguas: hace poco publicaba las ‘Caligrafías indecibles’ de Marian Raméntol y las traducía al estonio, en versión de Jüri Talvet, a quien Alberto ha traducido al castellano: tengo aquí ante los ojos ‘Elegía estonia y otros poemas’ (Palmart Capitelum) y ‘Del sueño de la nieve’ (Olifante, 2012), dos volúmens de Jüri traducidos al alimón con Albert. Pues bien, uno de los poemas que más me ha gustado de Marian y sus ‘Caligrafías indecibles’ es este. Lo publico aquí, y en mi blog, por cortesía de Marian, de Albert y de Jüri.]

 

 

 

MARIAN RAMÉNTOL

 

 

El abismo de tu sombrero de fieltro negro   

Sólo le regalas a mis noches
el abismo de tu sombrero de fieltro negro.

Mis párpados son la única sombra que descansa
sobre mis pezones,
que han inventado una nueva caligrafía
para que tus dedos descifren
el extraño alfabeto que modula su ansia.

Pero tú no te quedas
y obtienen de tu boca una excusa,
tienes las manos demasiado frías para dibujar pasiones.

Mis piernas no insisten, ya no te miran,
prefieren darle la mano a Justine
entregarse al libertinaje del Divino Marqués,
a seguir siendo la pareja de hecho de la cobardía
que prostituye el intento de tu lengua.

Ahora vete,        
mis senos son demasiado valientes
como para jugar al escondite con tus dedos de mercurio.

*La foto y la ilustración de Marian Raméntol están tomadas de su blog. La foto de arriba es de Vincent Peters. 

 

2 comentarios

Albert Lázaro-Tinaut -

Yo también te agradezco la difusión de mi actividad, que se suma a la tuya y la de algunas otras personas como acción de resistencia cultural.
Un fuerte abrazo.
Albert

Marian Raméntol -

Muchísimas gracias, Antón, por tu hospitalidad.

Un abrazo
Marian