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Antón Castro

'GOYA AL LÍMITE' DE GONZALO DE DIEGO

Recibo esta nota de Gonzalo de Diego Chóliz, historiador del arte y uno de los responsables del área de exposiciones de Ibercaja durante años.

[No sé si  estabas informado sobre mi libro, en realidad es un ensayo, sobre Goya. El libro se titula ‘Goya al límite’ y está ya en la iBookstore de Apple. Para acceder a este libro necesitas un iPad. En la tienda hay dos apartados: el de libros GRATUITOS y el de libros de pago. Si estás interesado en bajarlo, mi libro está en el apartado GRATUITO. Al menos para esta primera “edición” en español.

Si quieres acceder directamente desde este correo, pulsa este link: 

http://itunes.apple.com/us/book/goya-al-limite/id543888787?ls=1

Espero que encuentres algo interesante en él. Por mi parte, he puesto mucha voluntad y mi admiración por Goya, el más ilustre de los zaragozanos.]

Gonzalo me envía varios fragmentos del texto con esta nota: “Te paso a continuación una breve parte de la introducción y la conclusión del mismo. Refleja una visión global del espíritu del libro aunque, como es natural, nada o muy poco del pormenor. El libro es, en esencia, un modesto ensayo sobre la figura de Goya y posiblemente pueda ser mejor entendido por los propios artistas”. Aquí están esos fragmentos:

 

‘GOYA AL LÍMITE’

Por Gonzalo de Diego Chóliz

 

(de la Introducción)

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Inconformista e imbatible, Goya en realidad es un gran infeliz que resiste a esa falta de felicidad de manera terca, fija y decidida todos los días de su vida. Es cierto que poseía una de las paletas más luminosas del Siglo de las Luces, pero también  - en su permanente y consustancial dualidad- tenía el pensamiento y una gran parte de su vida privada en sombras. Razón por la cual a lo largo de su existencia encontraremos que hay también fronteras de profundidad, -que este libro intentará subrayar en la medida de lo posible-, prácticamente en todos los campos. Goya las vio y las transitó a su manera. Dualidades muy próximas pero decididamente distintas. Fronteras de profundidad que  obligan porque en ellas hay un reto, un desafío recóndito, una utopía. Fronteras donde Goya quiso estar y atravesar con poderío y determinación. A pesar de todo y porque su  forma de ser, su formación y su personalidad le obligan por encima del espíritu de conservación.  Lo fácil lo puede hacer cualquiera, ante lo difícil es donde tiene que surgir una voluntad distinta y la capacidad de expresión artística excepcional, para enseñarlo ejemplarmente al mundo. En esencia, ese era Goya.

 

(de la conclusión)

Este libro no ha pretendido sino un intento de facilitar y hacer posible el encuentro personal con el Goya más íntimo y arriesgado, con las características de la creación goyesca y con su calidad más didáctica. Mostrar la vieja dicotomía entre emociones y racionalidad. Hacer una exploración, no demasiado audaz, que se limite a sugerir posibilidades, abrir el campo de visión sin otro  ánimo que intentar ensancharlo. Mostrar la valentía de Goya para clarificar su manera de ver y entender al hombre, aún a riesgo de ser mal entendido.

Precisamente la nitidez de su lenguaje visual ha dado a Goya una autoridad moral reconocida en todo el  mundo. De ahí su universalidad. A través de su obra desvela –como en un permanente autorretrato- su vida interior, salvando el plano a la manera de Marco Aurelio en sus Meditaciones o las Confesiones  de San Agustín. Un autorretrato de tal calidad que a menudo se tiene la sensación de estar viendo su diario personal, donde tiene anotadas filias y fobias, impresiones y recuerdos, y sin rehuir siquiera cualquier rasgo de crueldad.  Construyéndose como un relato sensible y emocionalmente vulnerable a partir de sus conflictivas relaciones con los demás.

 

Goya da una gran importancia, como no podía ser menos, a la razón natural, la luz que ilumina el espíritu valiéndose de su propio entendimiento mediante la razón. Con lo que todo su relato no es sólo una demostración de un sincero esfuerzo de la voluntad individual por sobreponerse a las circunstancias adversas, no es solamente el teatro interior del hombre, sino que también a tumba abierta  revela una profunda preocupación por el sufrimiento humano y con ello un relieve moral consistente. En Goya se cumple la idea del arte como metáfora visual del drama humano. Y no puede evitar, ni lo desea, una forma de relacionarse que no sea a contracorriente con la época, con lo que un pintor como Goya tenía que ser, fatalmente, testimonial.

 

Al final, en su último y triangular cántico de la muy grave enfermedad cuidada por Arrieta, la última comunión de san José de Calasanz y las Pinturas Negras, las emociones goyescas se constituyen en protagonistas porque ciertamente son expresiones de sentimientos auténticos y profundos. Todas. Por disímiles que parezcan. Y ni están mediatizadas por ningún tipo de convencionalismo, ni por ningún ritual, ni por hipocresía alguna. Son libres y reflejándose unas en otras dan lugar a un discurso que posiblemente sea el más importante, por veraz, por simultáneo y alterno y porque es efectivamente el último también en el tiempo. Antes había habido otros discursos, desde Aula Dei en Zaragoza a los Disparates, desde los Caprichos a los Desastres de la guerra, desde la Tauromaquia hasta el milagro de san Antonio, pero probablemente no fueran sino preparación del definitivamente último, el gran testamento y el punto final de su viaje por el límite. Vale.

 

 

 

2 comentarios

Luis -

Sea cual sea el formato en el que una obra se publique lo importante es quedarse con la esencia, con la obra en sí, y este libro (o ensayo) bien merece la pena un mínimo de esfuerzo e interés por descubrirlo. Lo estúpido sería quedarse en el envoltorio o el formato. Lo estúpido son ciertos comentarios que nada tienen que ver con el mensaje.

loquesea -

Parece interesante, pero publicarlo en formato ibooks se me antoja bastante estupido. Limita drasticamente el publico potencial. Lastima de esfuerzo desaprovechado.