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Antón Castro

LA NUEVA NOVELA DE S. VILA-SANJUÁN

Estaba en el aire de Sergio Vila-Sanjuán

PREMIO NADAL DE NOVELA 2013

 

[Sale a la calle el doce de febrero de 2013]

 


La novela de un país que despierta

Una gran historia de amor, dinero e intriga, con el telón de fondo del éxito nacional de un programa de radio, y protagonizada por un personaje femenino inolvidable.

Una mujer de la alta sociedad, muy bella y muy desgraciada. Un publicitario embarcado en un programa radiofónico que busca a personas desaparecidas. Un magnate con buenos contactos políticos dispuesto a consolidar su imperio. Un joven del Norte que rastrea sus orígenes. En la Barcelona de 1960, las trayectorias de todos ellos se cruzan iluminando ambientes contrapuestos.

Estaba en el aire es una historia de sentimientos y búsqueda personal, de periodismo e intrigas empresariales, que transcurre en un momento histórico poco abordado por la narrativa actual. Un momento en el que España empezaba a salir de la negrura de postguerra para convertirse en una sociedad de consumo, animada por promociones televisivas y elegantes fiestas veraniegas a la luz de la luna, como las que frecuentan los protagonistas de esta novela.

Sergio Vila-Sanjuán confirma con esta obra, distinguida con el Premio Nadal de Novela 2013, el talento narrativo que descubrimos en su debut literario, Una heredera de Barcelona.

El autor

Sergio Vila-Sanjuán (Barcelona, 1957) estudió Historia en la Universidad Autónoma de Barcelona (1974-1979) y participó en el Taller Literario que dirigía en Sitges José Donoso. Posteriormente fue becario Fulbright en la Universidad de Boston, donde estudió con el sociólogo Peter L. Berger.

Desde 1977 se dedica al periodismo cultural. Fue jefe de cultura de El Correo Catalán, redactor-jefe de El Noticiero Universal y desde 1987 trabaja en La Vanguardia, donde actualmente es coordinador del suplemento Cultura/s. Especialista en temas literarios y en el mundo del libro, ha estudiado la historia de la edición española en Pasando página. Autores y editores en la España democrática (Destino, 2003) y distintos aspectos del mundo del libro internacional en El síndrome de Frankfurt (RBA, 2007) y Código best seller (Temas de Hoy, 2011).

Reunió el grueso de sus trabajos publicados en prensa en Crónicas culturales (DeBolsillo, 2004). Y dirigió junto a Sergi Doria Paseos por la Barcelona literaria (Grup62/Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2005).

Fue comisario del Año del Libro y la Lectura de Barcelona 2005,  supervisando un programa de más de mil actividades desde el que creó la Semana de Novela Negra de la ciudad y el festival literario infantil Món Llibre. En el 2012 ha dirigido el ciclo de conferencias del Tricentenario de la Biblioteca Nacional de España, El libro como universo.

También ha trabajado de forma regular sobre pintura figurativa contemporánea. Autor de la primera monografía dedicada a Miquel Barceló (Barceló, Àmbit, 1984) , fue comisario de las exposiciones Realismo de vanguardia (1997) y Realismo en Cataluña (1999).

En el año 2010 publicó su primera novela, Una heredera de Barcelona (Editorial Destino), en la que recrea las vivencias de su abuelo, periodista y abogado, en los conflictivos años 20. Traducida al catalán, al inglés y al polaco, sus derechos han sido adquiridos para una miniserie televisiva. En enero de 2013 gana el Premio Nadal con su segunda novela, Estaba en el aire.

Han dicho de Una heredera de Barcelona

«Una poderosa crónica novelística de la Barcelona de los años 20 que nos permite vivir sus entresijos y desvelar sus claves. Con el ojo clínico del periodista y la visión narrativa del novelista, Sergio Vila-Sanjuán ha conseguido crear una lectura irresistible que explora una ciudad fascinante.» Carlos Ruiz Zafón

«Una heredera de Barcelona se encuadra, con pleno derecho, en el marco de la novela, los libros de historia y las memorias escritas sobre la convulsa Europa del primer tercio del siglo XX. Sergio Vila-Sanjuán traza un retrato impecable, fotografiado en tonos sepia, de la Barcelona elegante, pistolera y turbulenta de los años veinte. Esta novela nos conduce de la mano en un recorrido minucioso por esa ciudad, sacudida por el final de un mundo que agoniza y el rumor de la tormenta que iba a desgarrar a España y a Europa una década más tarde.» Arturo Pérez-Reverte

***

«Una verdadera caja de sorpresas, con una trama tan absorbente como compleja.» J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia

«Por el buen desarrollo de la intriga con cierto glamour, gustará a quienes se detengan en una trama urdida con sólido andamiaje constructivo, y agradará igualmente a quienes vayan más  e intente responder a la pregunta: ¿por qué no se hizo caso a tiempo a quienes avisaron a la vez contra la injusticia social y la violencia? Es motivo de celebración que se vaya abriendo paso un estilo inteligente y culto de novela de intriga histórica.» José María Pozuelo Yvancos, ABCD

«Una novela con gancho. Personajes seductores, trama de intriga superpuesta al momento histórico y Barcelona como escenario con descripciones didácticas sobre algunos de sus lugares más emblemáticos son los ingredientes mezclados con precisión de viejo barman en esta novela apta para lectores de toda edad y condición.» Antonio G. Iturbe, Qué Leer

«Una novela de época francamente lograda y llena de nervio narrativo. Crea unos caracteres humanos impecablemente creíbles. Se lee de un tirón y con esa sensación de que las buenas ficciones pueden hacer más atractiva la verdad histórica.» J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia, El País

«Una excelente novela de línea clara, sin manierismo autoral. Fresca, contemporánea, no maniquea y para el gran público. Barcelona ya tiene otra novela de que presumir.» Carlos Zanón, Avui

«Vila-Sanjuán equilibra la dimensión plural de la realidad de esa época, la crítica social que realiza con elegante ironía y la historia narrativa que arranca al estilo de las viejas novelas de detectives. Una historia policíaca y moral que recorre el retrato impresionista de la sociedad mientras de fondo suena la música del Titanic representada por el naufragio de la aristocracia y la alta burguesía.» Guillermo Busutil, Mercurio

«Con el endiablado ritmo de una novela detectivesca y a medio camino entre la sátira social que cultivaron Edith Wharton y Evelyn Waugh (con sus detalladas descripciones de vestuarios y banquetes) y la crónica histórica, Una heredera de Barcelona reconstruye el espíritu monárquico de buena parte de la sociedad catalana de la época.» Laura Fernández, El Mundo

«Un paseo suculento por  una Barcelona que ya no existe (o casi) pero que dio origen a esta ciudad que es a la vez hoy realidad y leyenda. Recomiendo mucho el libro a aquellos que amen esta ciudad y quieran ver su historia de la mano de alguien que la conoce y la quiere.» Juan Cruz, Bitácora en ELPAIS.com

«Trata de las familias monárquicas barcelonesas, gentes que hasta ahora han sido poco noveladas pese a que son las que ofrecen más argumentos literarios. Pero aquí, quizás por el franquismo, siempre ha podido más la boina que el sombrero. O sea que se agradece y valora una novela, basada en hechos y personajes reales, que además de hablarnos de anarquistas, comunistas, pistoleros, industriales, espirititistas, vegetarianos, militares y del tranvía de San Andrés, más conocido como la guillotina, nos habla de las fiestas de alta sociedad en el Ritz o en el Laberinto de Horta y de sus principales protagonistas.» Arturo San Agustín, El Periódico

«Vila-Sanjuán levanta de la tumba a los personajes que poblaron la Barcelona de los años veinte, colocando a su abuelo como espectador de cuantos acontecimientos convirtieron aquella ciudad un tanto gatopardesca y esquizoide (anarquistas-monárquicos; burgueses-canallas; herederas-peones) en el laboratorio de las grandes tensiones que habrían de provocar la Guerra Civil española.» Álvaro Colomer, Tendències, El Mundo

La obra

«En este inicio de los años sesenta, los sábados por la noche Barcelona arde.»

En palabras de Sergio Vila-Sanjuán



«Estaba en el aire tiene su origen en las historias de empresa y de vida social barcelonesa que escuchaba en casa durante mi infancia y adolescencia. Al reconstruir algunas de ellas, el punto de partida ha quedado a menudo tan lejano que hizo necesaria una amplia intervención de la fantasía sobre su ya muy difuminada realidad. Pero otras tienen una base muy concreta.

El programa Rinomicina le busca. Barcelona llama a España se emitió entre otoño de 1960 y primavera de 1962 a través de la red de emisoras que se cita en esta novela. Enrique Rubio lo dirigía y presentaba, y mi padre, José Luis Vila-San-Juan, era el supervisor por parte de la empresa patrocinadora. Aunque muy inicialmente inspira-dos por ellos, los personajes de Luis Rupérez y Juan Ignacio Varela son, en su plasmación de este libro, figuras completamente imaginarias, como también los restantes protagonistas. En cuanto a los casos del programa, muchos son verídicos, pero otros han sufrido las transformaciones a que obliga el ejercicio de la ficción.»

Sergio Vila-Sanjuán, Premio Nadal de Novela 2013 por Estaba en el aire, rubrica una atrayente novela sobre un país que despertaba al mundo en la década de lo sesenta. Una ciudad que abría sus calles y avenidas a los 600 y sus hogares a los tocadiscos Königer, a las neveras Kelvinator y a los aspiradores Ruton. Una urbe en plena transformación, como sus habitantes, vibrantes y exaltados, que avanzaban hacia la libertad.


Un joven en busca de sus orígenes

Sin embargo, el crecimiento y el progreso siempre tienen un reverso tenebroso. La Barcelona de los años sesenta contaba con más de millón y medio de habitantes. Entre los años 1963 y 1964 llegaron a la ciudad casi 300.000 inmigrantes. Muchos de ellos, antes de lograr prosperar y asentarse en una ciudad en expansión, vivieron en medio de grandes bolsas de pobreza.

Un ejemplo de ello es el barraquismo del Somorrostro, un poblado alzado de la noche a la mañana en la playa de la Barceloneta. Este barrio desapareció en 1966, aunque durante mucho tiempo dio cobijo a muchos gitanos y a muchas familias desheredadas. Y también a uno de los protagonistas de Estaba en el aire: Antonio Luna, un joven cántabro recién llegado a la ciudad en busca de fortuna y de un todavía más noble propósito, recuperar a su familia perdida durante la Guerra Civil Español.

Antonio Luna fue evacuado a Suiza durante la contienda. Escapando junto a su familia durante un bombardeo, su madre logró resguardarlo en un camión, pero ni ella ni su otro hijo consiguieron subir al transporte. Esa fue la última vez que se vieron. Tras la guerra, Antonio pasó gran parte de su infancia en un hospicio de Santander. Mayor de edad, decidió probar suerte en la efervescente Ciudad Condal. Su llegada en tren, traumática –le robaron todo lo que tenía después de engañarlo vilmente- terminó con una extraña acogida en el poblado del Somorrostro, dónde recibió el cariño de los gitanos.

Mientras guardaba la esperanza de volver a encontrarse con los suyos -apenas unos vagos recuerdos de su infancia en la ciudad le otorgaban seguridad de sus orígenes y de su destino-, empezó a trabajar en Los Encantes, pero rápidamente encontró un próspero trabajo en la SEAT, uno de los principales símbolos del “desarrollismo” español. ¡Había llegado el 600! Antonio Luna se estrenó en la cadena de montaje, donde -aunque él jamás participó- empezaron a gestarse los gérmenes del sindicalismo más combativo de oposición al régimen, que seguía implacable, a pesar de la cierta apertura económica y social, en sus atributos políticos.

El destino de Antonio Luna iba a cambiar por completo, gracias al paso por ese gran entramado industrial capaz de fabricar 300 coches al día para dar salida a la gran demanda, la gran explosión de consumo de nuestro país; y también gracias a un programa de radio: Rinomicina le busca. España le llama.

Un programa de radio revolucionario

«Rinomicina, el mejor específico antigripal. Recuerden, queridos oyentes, ¡Rinomicina aspirado y al otro lado, resfriado!»

Antonio Luna decide pedir ayuda a uno de los programas de radio más populares de aquellos tiempos, que se encargaba de reconectar a familiares perdidos, amigos que se habían perdido la pista o a viejos compañeros de armas. Su historia, la de un niño separado de su madre, conmueve a los organizadores del programa, a los patrocinadores del mismo, y a toda España.


«Durante la guerra, un bombardeo me separó de mi madre y de mi hermano. Fui subido a un camión que arrancó dejando a mi familia atrás. No he vuelto a verles desde entonces. Fui trasladado a Francia con otros niños refugiados, de allí pasé a Suiza, y, al llegar la paz, me devolvieron a España. Nadie me reclamó. Me ingresaron en el Hospicio de Santander, donde me crié y de donde salí con dieciséis años. Mi nombre es Antonio Luna, y el de mi madre, Ana. Deseo, con toda mi alma, hallar a mis padres».



Para el personaje y la historia de Antonio Luna, Sergio Vila-Sanjuán se ha inspirado en casos reales del programa de Radio Nacional, emitido entre 1960 y 1962, Rinomicina le busca,. que ha reelaborado y novelado. En la novela, el presentador del programa es Luis Rupérez, un periodista de raza, el reportero de sucesos más conocido de Barcelona, pluriempleado en la revista Por qué...?, apasionado de su trabajo y enamorado de su profesión, que arranca en éxtasis cada vez que se sienta frente a un micrófono con un Celtas consumiéndose entre los dedos. Se trata de un «homo radiofonicus», como describe el autor.

En este caso, «más allá del micrófono, le escuchan 30 millones de oyentes.  Rinomicina le busca. Barcelona llama a España está en el aire a las diez y media de la noche de todos los martes. Desde la redacción de la revista hermana Por qué...?, se atiende a todas las solicitudes de ayuda para la búsqueda de una persona, sin regatear esfuerzos ni medios para realizar los deseos de todos aquellos que sueñan con estrechar en sus brazos al ser querido que ya daban por perdido para siempre».

En un principio, tanto publicitarios como periodistas, se preguntaban «¿Qué porras tiene que ver un producto farmacéutico con un programa que busca personas desaparecidas?». Sin embargo, forman un binomio perfecto. Incluso, demoledor. Hasta que las autoridades del Régimen empiezan a sentirse incómodas con un programa que revolvía tanto el pasado, ya que centenares, por no decir, miles de personas, alzaron la voz para hablar de sus desaparecidos. Un caso que, en estas páginas, tiene en vilo al comisario Martínez, consumidor de westerns folletinescos y encargado de investigar la presencia del enemigo comunista entre las ondas radiofónicas.

El Madison Avenue barcelonés

La década de los sesenta en nuestro país: un despertar primaveral, en lo económico y social, después del largo invierno de la posguerra. No sólo a nivel industrial, sino también cultural e intelectual. Las universidades bullían politizadas, las calles se llenaban de minifaldas y las playas de turistas rubias y descocadas. Y la calle Tuset de Barcelona, se convertía en la Madison Avenue barcelonesa.

Aunque lejos de su anhelada avenida neoyorquina, el departamento de publicidad en el que trabaja Juan Ignacio tiene un ritmo febril, una atmósfera repleta de nicotina y testosterona y un éxito entre manos, la campaña del antigripal Rinomicina. Con un Lucky Strike en la mano, Juan Ignacio lidia con ambiciosos compañeros de trabajo, unos obsesionados con Dale Carnegie, otros avinagrados ante su reciente éxito: el patrocinio del antigripal en uno de los programas de más éxito de España.

Juan Ignacio es un hombre tranquilo, un buen trabajador, marido y padre. Estudió Derecho por consejo materno, pero no logró terminar la carrera. Como hijo de viuda se las arregló para saltarse el engorroso servicio militar y entro a trabajar en la Diputación de Barcelona. Aburrido y atorado por la burocracia franquista, rápidamente huyó a un emergente grupo industrial, encabezado por Casimiro Pladevall.

«Todo es posible, España se transforma, se trata únicamente de trabajar, trabajar, trabajar... Y, qué demonios, divertirse un poco. «El destino, a quien quiere le empuja, a quien no, le arrastra», decían los clásicos. Es momento de dejarse empujar.»

 


Por su parte, Casimiro Pladevall, dueño de la empresa que patrocina el programa, es un hombre hecho a sí mismo, un dueño y señor de su destino, y del de sus trabajadores. Tentado por inversiones especulativas en resorts de Florida que terminarán de forma inesperada, y por periodistas que buscan en él a un futuro editor con posibles, capacidad de acción y ganas de modernizar el panorama comunicativo español, Pladevall se convertirá en el engranaje de esta historia al establecer una relación con Tona Viladomiu.

«¿Que si conoce a Tona Viladomiu? La pregunta de Pladevall le ha hecho gracia. La mejor amiga de su mujer, a la que en los últimos tiempos habían tenido que sacar de varios líos. La bellísima y desgraciada Tona. ¿Qué tiene que ver con su jefe?»

Una mujer con el amargo don de la belleza

«La moral, y especialmente la moral conyugal es para la clase media. Los pobres no se la pueden permitir, y los ricos  la necesitamos.»

Tona Viladomiu es una mujer bella, inteligente... en un mal momento de su vida. Tras un matrimonio aparentemente perfecto, pero convertido en truculento y enfermizo, Tona se perdió. Porque su marido se había llevado lo que ella más amaba.

En el ambiente de los poderosos, de las familias de arriba de la Diagonal, Tona Viladomiu era una bala perdida al cuidado de Juan Ignacio y paciente mujer, Elena, amigos desde la juventud, veraneantes de Barets.

En estos ambientes, rugía una ciudad muy distinta de la de Somorrostro, de la de Antonio Luna. En esta urbe corre el champagne francés, las copas se llenan con ginebra, las mujeres se visten con modelos de Pertegaz y las noches se hacen eternas en El Cortijo, Rigat y otros cabarets de la zona alta. Las ambiciones son límpidas y los favores un intercambio de intereses.

«Ocurrió durante el verano. Primero fue en una fiesta, en el castillo de Santa Florentina, junto a Canet de Mar. Cerca de trescientos invitados cenando al aire libre. Coincidieron en la misma mesa. Aunque él físicamente no es gran cosa se le veía muy elegante, tan moreno en agudo contraste con su smoking blanco, y además estuvo simpatiquísimo y dominó la conversación del grupo. Iba solo, su mujer no le había acompañado»

 

*Esta es la nota promocional de Destino.

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