JAVIER TOMEO: UN DICCIONARIO
[Páginas de Espuma ha publicado uno de los libros póstumos de Javier Tomeo: 'El fin de los dinosaurios', que lleva textos de contexto y análisis de Juan Casamayor, Ismael Grasa y Daniel Gascón. Y yo he confeccionado este pequeño 'Diccionario' de Tomeo. Ya circula en el libro, pero por si alguien quiere conocer mejor a Tomeo, aquí está.]
Javier Tomeo, caricatura de Luis Grañena.
[El diccionario está basado en diversas entrevistas: de de Ramón Acín para Rolde, de Ismael Grasa para el volumen Los nuevos ilustrados de Rolde Estudios Aragoneses (2007), de Antón Castro en Veneno en la boca (Xordica, 1994), y de Antón Castro y Daniel Gascón para Javier Tomeo. Parábolas y monstruos, publicado por el Ayuntamiento de Zaragoza en 1999. También se recogen entrevistas de Antón Castro para El día de Aragón, El Periódico de Aragón y Heraldo de Aragón, así como de Elena Pita para El mundo, de Carles Geli para El País, de Benito Garrido para Culturamas o de Elena Sierra para ABC, a las que se puede acceder en Internet.]
ANIMALES
“Si yo admiro a los animales por su perfección, exactitud, por ser fieles a sí mismos y no andar con hipocresías como los hombres, eso supone también un respeto. O sea, que soy ecologista sin llegar al extremo de algunos: la filantropía morbosa, eso de los cementerios de perros y demás”. (...) “Entender a los animales es la obligación de los poetas”, digo. El poeta, que no es sólo el que pone un verso debajo de otro, tiene que vivir en armonía con lo creado. La poesía es un estado de ánimo, una disposición a esa armonía. Hay que intentar entender a los animales”. (...) “Los animales te permiten conocer mejor el instinto de los hombres. Los animales son metáforas vivientes, minúsculas; te ayudan a acceder al ser humano. En el fondo hay un gran paralelismo entre el hombre y el animal. Piense en el mimetismo de los insectos; piense en el camaleón. El hombre también es un maestro del camuflaje o de colocarse al sol que más calienta. Es rojo donde más hay que serlo, pongamos por caso”.
ARAGÓN
“Me marché pronto del pueblo, pero era un regresar continuo. Iba a un colegio de Barcelona. Una vez, de regreso al colegio, sugerí a un compañero de curso, con la mejor buena fe del mundo, las ventajas de besar la suela de mis zapatos porque habían pisado tierra aragonesa. Hasta tal punto era la devoción y la mitificación de Aragón. Cosa que los aragoneses que no se han ido no la sienten, ni tienen por qué”.
AYERBE
“Tenía un tío en Ayerbe (Huesca), Antonio Sanvicente. Tenía un hotel y estaba en una buena posición económica. En mi pueblo mi familia era de labradores, y en Ayerbe mi otro tío, casado con una hermana de mi madre, tenía un hotel, el hotel Universo. Ayerbe era entonces un pueblo importante, un cruce de caminos donde iban muchos corredores, vendedores... (...) Yo estuve ahí muchos veranos, en la huerta de los Pie. Aquello era el paraíso terrenal. Yo vivía en el hotel, en un ambiente cómodo y confortable. Había hasta teléfono. Mi tío cazaba jabalíes, con las autoridades del pueblo, supongo. Volví a la huerta de los Pie hace tres o cuatro años. Está fraccionada, hay casas, chalés. Ya no es esa inmensa huerta de los Pie”.
CINE
“Nunca fui un gran aficionado al cine. Para mí el cine ha sido sobre todo entretenimiento, que es lo que sigue siendo ahora. Sólo está el dios Buñuel, que hace las películas que a mí me gustaría escribir. Hay dos o tres directores más, pero en general me interesa poco el cine. Veíamos cine colonial, Tres lanceros bengalíes, La carga de la brigada ligera, todo eso. Había una, Puerta cerrada, con Libertad Lamarque, que cantaba tango. Veía películas de indios. Había películas de indios y películas de miedo, que básicamente eran Drácula y Frankenstein, con Boris Karloff y Bela Lugosi”.
CUENTOS
“Escribo cuentos casi desde el principio. Empecé haciendo novela social, pero a las diez o quince páginas me cansaba. Me aburría. Me pasé a los relatos, de media distancia, aunque también he escrito microcuentos, y me pasé a la novela corta, que es el género donde me siento muy cómodo. Eso sí, siempre he escrito cuentos de anomalías, psicopáticos”. (...) “Publiqué en los años 50, en El Noticiero Universal, una colección de relatos que se llamaba Cuentos del Sábado. Eran breves y supongo que se percibiría el influjo de las lecturas de Carson McCullers, una escritora norteamericana, y supongo que aún no habría superado la fase imitativa. Además, me publicaron otros cuentos que he perdido, por los que me pagaban 200 pesetas, que era mucho. Julio Manegat fue esencial porque me dio alas”.
Javier Tomeo por Santi Burgos.
DEFORMACIÓN
“Tengo una retina especial, un juego de espejos cóncavos y convexos, la realidad me entra por los ojos, la veo, la capto, me penetra, la siento y la devuelvo deformada en las cuartillas. Pero la devuelvo deformada no con la intención de hacer una caricatura, sino con la intención de que el lector pueda reconocerse mejor a sí mismo a través de esta deformación de una realidad que él conoce”.
ESCRITURA
“Vivo en espacios cerrados. Pocas veces, en una gran ciudad, el hombre se enfrenta con espacios abiertos. Es lógico que mis novelas se desarrollen, sobre todo, en espacios cerrados. Escribo siempre en una pequeña habitación y solo con luz eléctrica, jamás a la luz del sol”. (...) “Es cierto, me levanto siempre muy pronto, a las cinco o a las seis de la mañana, y trabajo mucho. Sigo en esto lo que decía el novelista Tomás Salvador, del que aprendí mucho; según él, escribir no es un problema de vocación, sino de transpiración, de sudar. Además, mis novelas son breves, no anoréxicas, como decía un famoso novelista mexicano. Él decía que abundan las novelas anoréxicas, la novela delgada. Yo creo que lo que abundan son las novelas obesas, excesivamente grasientas”. (...) “Me rijo por la condensación: si puedo decirlo en cuatro palabras, no uso ocho; en general, los españoles son oradores que escriben; es lo que dice Marsé con toda la razón: esa literatura de sonajero que suena mucho pero pesa poco; por eso mis novelas, por fuerza, han tenido que ser cortas, como la coz de una mula: más fuerte que la de un caballo. Escribir es como la alquimia: inalcanzable; muchos altisonantes hacen que las palabras estén iluminadas por fuera, pero la luz de las palabras ha de ser interior, cada una ha de tener esa luz interior, mágica, que le da el estar en el sitio que le corresponde. Intento seguir la Filosofía de la composición de Poe y que mis palabras nazcan, como lo hacen, de forma espontánea para luego someterlas a una gran introspección”.
GALLITIGRE
“El gallitigre es la expresión de la armonía universal, de la unión entre los contrarios. Gallo y tigre. El día en que sea posible el amor entre esas dos criaturas tan diferentes, y haya un fruto (que sería el gallitigre), entonces posiblemente el mundo regrese a una nueva edad de oro, suponiendo que haya existido una. Para la crisis sirve perfectamente esta metáfora; parece como que ya escribí en su momento pensando en la actual crisis”.
GOYA
“Me llena de orgullo esa idea de que soy heredero de Goya, pero no es fácil para mí entender en qué somos parecidos. Él es un genio universal. Quizá sea por nuestro origen aragonés, por un paisaje de fondo, por el carácter. Si de Goya me gusta todo, otro tanto me ocurre con Luis Buñuel. Siempre recordaré una frase de mi editor Jorge Herralde, de Anagrama. Dijo: «Javier Tomeo es una inesperada colisión entre Kafka y Buñuel». Ja, ja, ja. La idea es bonita. Luis Buñuel también es amigo de los monstruos y escarba como pocos en los abismos de la conciencia humana”.
GUERRA CIVIL.
“Quicena estaba en zona republicana. Huesca en zona nacional. Las trincheras quedaban, poco más o menos, a la altura del antiguo manicomio. La carretera, poco más allá del Desmonte estaba cortada. Por la noche se oían los “pacos”, los estallidos de las bombas que para mí sonaban como una cohetería ajena a cualquier idea de muerte y destrucción. Luego nos refugiamos en Almunia del Romeral, en plena Sierra de Guara. Aviones de dos alas ametrallaban a los soldados que huían a Francia. Otros niños me mostraron entonces, en un ángulo del cementerio, los ataúdes de los milicianos muertos que enterraban de lado para que cupiesen más. Vi también cómo los chicos, algo mayores que yo, aprendían a disparar contra los buitres con un viejo mauser abandonado, en un barranco próximo a Quicena, al pie de La Cobertera. Aquellos no eran buenos tiempos para los ecologistas”.
HUMOR
“No sabría cómo definir mi humor. Es muy aragonés. Y es muy espontáneo. Me sale así, sin buscarlo, como si fuera la constatación del contraste entre lo que puede suceder y lo que sucede. El mío es más bien un humor negro que intenta hacer reflexionar. No provoca la carcajada, no es una invitación a reírse; mi humor desata una risa leve, una mueca, y poco a poco se transforma en meditación. Tampoco me gusta que la gente se desternille con mis cuentos. Y de esa reacción en cortocircuito irrumpen el absurdo, el descontrol, la sorpresa. Aún así, soy muy meticuloso escribiendo, corrijo mucho. Me tomo mi oficio muy en serio”.
INSECTOS
“El niño es un criminal nato, decía Cesare Lombroso. Recuerdo que yo organizaba grandes combates de lagartijas y hormigas. Destripaba muñecas, a ver qué tenían dentro, o el caballo de cartón. En el niño prevalecen los instintos atávicos. El mundo de los insectos es fascinante. Siempre digo que los insectos, con su conducta instintiva, siguen códigos que nos sirven muy bien a la hora de interpretar conductas humanas. Los insectos son hermosísimos, su simetría es impresionante. Diría yo que la simetría solo existe en los insectos”.
INTERNET
“Internet significa una forma de aprendizaje ansiosa y desmesurada, y esa cultura es, sin el concurso entrañable del profesor, algo demasiado rápido: es como la comida basura frente a la buena cocina catalana o aragonesa. Está bien Internet, esa red de redes nos ha cambiado la vida, pero no nos ha librado de la soledad. Me interesó mucho una noticia: en Shanghai ya hay centros para desintoxicarse de la adición a Internet”.
KAFKA
“Me sacan los colores los que me comparan con ese gran genio que es Kafka, pero bueno... No está nada mal. Prefiero que digan que me parezco a Kafka que a Rafael Pérez y Pérez, por ejemplo. Bromas aparte, con Kafka coincido a través de Freud y del subconsciente. Yo soy el escritor del ello, en mis personajes lo que prevalece es el ello –atávico, irracional, agresivo- frente al yo –civilizado, contemporizador-. Y Gregorio Samsa es la gran metáfora del ello”.
LITERATURA
“La literatura puede ser una forma de protestar contra una situación. Primero llegan los poetas y luego los que luchan con las manos. Siempre ha sido así. Una misión del escritor es señalar imperfecciones, otra es la de deleitar simplemente”. (...) “Escribir es abrir una ventana y ver el paisaje y contárselo a los que no están asomados contigo”.
MENSAJE
“No pretendo ni quiero ser Pepito Grillo, que está siempre dando consejos a Pinocho. La palabra ‘mensaje’ me da un poco de miedo. Me sirvo de la ficción para señalar dónde nos aprieta más el zapato de nuestras imperfecciones. No pretendo dar soluciones”.
MATRIMONIO
“Ni yo mismo lo sé [que estuve casado]... Fue una etapa de mi vida. Yo creo en la pareja. Tal vez los escritores somos personas difíciles, vivimos mirándonos el ombligo. Tal vez exigimos más de lo que estamos dispuestos a dar. Lo cierto es que se acabó”. (...) “Mi relación con las mujeres podría ser mejor. Mi estado civil es indefinido porque una vez me casé y la unión fracasó, por mi culpa, porque los escritores somos vanidosos y egocéntricos y no somos buenos compañeros. El caso es que después firmé unos papeles en holandés y, como no los entendía, no sé si era el divorcio, la separación u otra cosa”.
MONSTRUOS
“La gente perfecta, feliz y simétrica, carece del interés literario que poseen aquellos individuos que revelan algún tipo de anomalía. Los pueblos felices no tienen historia. Hay que entender esta monstruosidad como una suerte de metáfora” (...) “Los monstruos son difíciles ejercicios de amor”. (...) “Yo no he superado a los monstruos, el monstruo es una metáfora, es una vía de perfeccionamiento interior; está ahí para que aprendamos a amarlo, para que nos sintamos menos disconformes con nuestras pequeñas anormalidades de burgués. Y el miope, el miope no me sirve más que para señalar lo difícil que es encontrar el camino adecuado. Lo que abunda en mis novelas son criaturas atípicas, esperpentos casi”.
MUJER
“De misógino no tengo nada. Lo que pasa es que el hombre está más dentro de mí y me resulta más fácil hablar sobre el hombre que sobre la mujer, que es un misterio maravilloso para mí. Quien cree que que conoce a las mujeres se equivoca. La mujer ha nacido para ser amada y no para ser comprendida. Pero siempre hay mujeres detrás, siempre hay una mujer que me inspira”. (...) “La mujer es para mí expresión terrestre de la inmortalidad. Como decía Lamartine, en el principio de todas las cosas grandes hay una mujer. Puede que, precisamente por admirarla y desearla tanto, sea demasiado exigente”.
PERSONAJES
“Mis personajes son seres reales, forman parte de la realidad. Pero son personajes quintaesenciados; los ofrezco en condiciones de ser digeridos plenamente. Personajes arquetípicos, con una pretensión de universalidad. Seres, por lo general, incomprendidos y solitarios”.
QUICENA
“Yo iba desde mi pueblo a La Cobertera. Recuerdo que una vez, después de estar unos años sin venir, entré en trance cuando regresé. Fui volando, sin pisar el suelo, desde mi pueblo hasta La Cobertera. La cobertera es una parte del monte de Quicena. (...) Hice el recorrido emocionado, en éxtasis, y sin dejar de hablar. Me gustaría tener grabado lo que dije, eran unos años de exaltación. (Iba) solo, solo. No lo digo nunca porque me da vergüenza. Me gusta contener los sentimientos. Me tumbaba en el suelo y me apretaba contra él como si fuese una mujer. No era yo. Fue mi reencuentro con la tierra después de unos años. La Cobertera es una parte muy especial, tiene forma de cobertera, con la roca arriba”. (...) “Quicena es mi pueblo irremplazable y Montearagón el castillo de mi infancia”.
RAMÓN
“Mi amigo Ramón dice que el parecido entre hombres y animales procede de una relación anterior entre mujeres y bichos. Es la teoría de un amigo maravilloso y confidente que me cuenta cosas extrañísimas que no sé si las sueña o no, pero que me sirven de inspiración: se llama Ramón. Puede resultar un poco ofensiva para las mujeres, pero bueno. Él dice que antes de existir hombres, la mujer se relacionaba con animales, y que de esa herencia nacieron los hombres mosca, hombres pez...” (...) “Mi amigo, y personaje de mis textos, Ramón o Ramoncito me decía siempre que había gente que sacaba a pasear a sus monstruos a las cuatro o cinco de la mañana. Decía que estaban ocultos durante el día y que salían de madrugada y por poco tiempo. Es probable”.
RARO
“Depende, claro está, de lo que se entienda por normalidad. ¿Qué es normal? ¿Lo que más abunda? Pues, entonces, no hay duda, soy raro. Ser raro, sin embargo, no es malo. Puede ser, incluso, un piropo. Quevedo decía que el sol, para hacerse estimar, no habría de salir cada día”.
El joven Javier Tomeo. De El mundo y El periódico.
SER ARAGONÉS
“El aragonés es un hombre que no presume de ser aragonés. Es como cantar jota, se clava en el centro del escenario y canta. No tiene necesidad de ponerse de puntillas. Se ofrece como una realidad, como un castillo roquero. Pero eso de hablar de ser aragonés, o catalán, se va a perder dentro de poco porque vamos a llegar a una mezcla de culturas y razas. Seremos todos del mismo sitio”.
TEATRO
“Mis novelas son situaciones dramáticas con un principio, un desarrollo y un desenlace. Pocos personajes, economía de palabra, situaciones en tiempo real… todo esto a los que hacen teatro les motiva y estimula. Algunos han dicho que mis novelas tienen una visión anticipada de lo que puede ocurrir en el escenario, y eso hace que sea relativamente fácil adaptarlas al teatro. La palabra que se escribe para ser leída a solas en la habitación tiene un peso diferente a la palabra que se escribe para ser representada, actuada, dicha. La magia de un actor que se mete en la piel de tu personaje y lo ves vivo, es algo que impresiona, pues piensas que ese personaje lo has creado tú”.
TELÉFONO Y TELEVISIÓN
“No hay nada más frustrante que un teléfono que no suena, y a la vez la telefonía móvil se vuelve alienante. La televisión es la versión eléctrica y actual del demonio”. (...) “No soy en absoluto partidario de la televisión, pero solo se puede escribir desde la mala leche, y la televisión es, en este país, el instrumento ideal para cargarse de mala leche”.
VERANO
“A mí me marcaron mucho los veranos intensos en Aragón. Yo estaba en estado de gracia, con la casa donde nací. Vuelvo de vez en cuando, pero, claro, es una casa ya transformada. Da tristeza, porque entonces pienso que cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque sea mentira. Porque ahora se vive mejor, más higiénicamente. Nací en una casa que posiblemente había permanecido igual durante los últimos quinientos años, salvo reparaciones puntuales. Nací en la misma alcoba donde nació mi abuelo. Eran unos tiempos muy duros. Era una casa de pueblo con tinaja, sin agua corriente ni luz eléctrica, que se puso después de la guerra. Íbamos con candiles. Yo conozco la magia del candil, cuando pasas de una habitación oscura a otra. ‘Una almendra luminosa’... Luego, cuando regresabas a la ciudad, a tu casa habitual, comprendías las ventajas de la civilización”.
ZOOLOGÍA
“Más que un zoólogo frustrado, algunos que me quieren mal podrían tal vez pensar que en realidad soy un animal frustrado, tal vez un cerdo, quizás un asno, aunque todos sabemos que hay asnos que son más inteligentes que ciertas personas. Hablando en serio, me gustan los animales, domésticos y salvajes. Siempre he sido aficionado a consultar libros sobre la vida y las costumbres de los animales. [Si fuera animal], me gustaría ser un ave rapaz, que parecen volar sin esfuerzo y lo ven todo desde arriba”.
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