TRES MAGNÍFICOS EN LA SELECCIÓN
[Durante los años 60, el club de fútbol Real Zaragoza vivió una de sus etapas más gloriosas, con Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra en la delantera. Aquella época es recordada como la del equipo de Los Magníficos. ’Magníficos. La edad de oro del Real Zaragoza’, que ahora publica la editorial Doce Robles, es un homenaje
TRES MAGNÍFICOS EN INGLATERRA-1966, CON ESPAÑA
Por Rafael ROJAS*
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Concluida la temporada de clubes, todas las miradas se ponen ya en el inminente Mundial, donde España, pese a no partir con la condición de favorita, restringida a Brasil e Inglaterra, quiere hacer valer su condición de campeón continental. José Luis Villalonga propone una lista de veintiséis jugadores de los que deberá descartar a cuatro. El seleccionador explica que “he elegido a los mejores jugadores de los mejores clubes, es decir un bloque de los cuatro equipos en mejor forma, Atlético de Madrid (Adelardo, Glaría, Rivilla, Ufarte), Real Madrid (Amancio, Betancort, Gento, Pirri, Sanchís, Zoco), Zaragoza (Lapetra, Marcelino, Reija, Villa, Violeta) y Barcelona (Eladio, Fusté, Gallego, Olivella, Reina, Rifé, Zaldúa), y he añadido individualidades indispensables en el fútbol español, Iríbar (Athletic), Del Sol (Juventus), Peiró y Suárez (ambos en el Inter)”.
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Santamaría se queda sin Mundial
La víspera del Real Zaragoza-Athletic, Villalonga descartó a catorce jugadores de la lista inicial de cuarenta. Entre ellos, el zaragocista Paco Santamaría. Daucik discrepó de la decisión de su colega: “El seleccionador comete una injusticia no llevando a Santamaría a Londres, porque es el mejor de España en su puesto”. El central santanderino también expresó su descontento: “Considero que desde hace un par de temporadas se debía haber contado conmigo y creo que actualmente soy el central que está jugando con más regularidad”.
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La eterna concentración del combinado español en el hostal del Peregrino de Santiago de Compostela empezó el 1 de junio, aunque los jugadores participantes en la final de Copa no se incorporaron hasta el día 6. Villalonga eligió Galicia por la supuesta semejanza entre el clima del norte de España y el que se van a encontrar en Inglaterra. “Con tablas higrométricas y de temperatura en la mano, tanto de Birmingham como de varios lugares españoles, llegamos a la conclusión de que Santiago de Compostela era el más parecido, el de clima más adecuado”, afirmó el seleccionador. Una precaución seudocientífica que se revelará inútil. La concentración gallega transcurrió como se espera, pasada por agua, tanto que será conocida como ‘el arca de Noé’ por los cuarenta días de lluvia. Sin embargo, nada más aterrizar en Inglaterra el grupo se encontró con un tiempo espléndido que se prolongó durante todo el campeonato. Nada de lluvia, sino todo lo contario, un sol radiante.
[Forman: Iríbar; Sanchís, Reija, Gallego, Zoco, Glaría; Amancio, Adelardo, Marcelino, Fusté y Lapetra.]
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El 29 de junio, Villalonga anunció sus cuatro descartes, los zaragocistas Villa y Violeta y los barcelonistas Rifé y Zaldúa, con la lógica decepción de los excluidos. Así pues, Lapetra, Marcelino y Reija representaron al Real Zaragoza en el Mundial de Inglaterra, donde llevaron los dorsales 22, 9 y 15, respectivamente. Uno de los mundialistas, Reija, rememora todavía con estupor la decisión del técnico: “La ausencia de Villa y Violeta fue una auténtica injusticia; debieron estar en el Mundial; nadie puede dudar de la calidad de los que fueron, todos eran excelentes futbolistas, pero en ese momento no estaban ni mucho menos mejor que Villa y Violeta”. El volante zaragozano sostiene que Villalonga tenía decididos desde el principio los nombres de los futbolistas cortados: “A los cinco días de estar en Santiago yo ya sabía que no iría al Mundial; había jugadores que tenían mucha influencia en el seleccionador y conocían los descartes”. Violeta lo tiene claro, como tiene claro que “se cometió una verdadera injusticia con los jugadores del Zaragoza”.
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Villa comparte la sensación de injusticia. Pero su desilusión por la composición del grupo y su fuerte carácter le llevó más allá, incluso a autodescartarse: “Vi que no se confiaba en los jóvenes que habíamos ganado la Eurocopa; la presión de la prensa de Madrid y Barcelona motivó la convocatoria de jugadores veteranos que llevaban años fuera de la selección; Villalonga lo estaba pasando muy mal, todo el día preguntándole todo el mundo por los descartes; un día le dije: ‘mire, míster, yo ya estoy harto de esto; esta temporada lo he ganado todo con el Zaragoza y lo que quiero es irme a la playa con mi mujer y mis hijos; por mí no tenga ningún problema, lo está usted pasando fatal y en vez de cuatro problemas ya solo tiene tres’; así se lo dije; había un ambiente fatal”.
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Una decisión sorprendente a las puertas de jugar la competición más apetecible para cualquier futbolista: “Claro que me hubiera hecho ilusión jugar el Mundial, pero jugando los que habíamos ganado la Eurocopa; lo que más me gusta en el mundo es el fútbol, pero en la vida hay que ser realista y cuando una cosa no puede ser, pues no puede ser; y me dio mucha pena por Villalonga, al que conocía desde que llegué al Madrid con dieciocho años, porque era una buenísima persona; pero le volvieron loco”, explica Villa.
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La confesión de Villa, realizada los primeros días de febrero de 2014, casi cuarenta y ocho años después de su descarte, no tiene nada de pose, ni mucho menos es producto del resentimiento. En septiembre del 66, dos meses más tarde de la cita mundialista, el ‘10’ del Real Zaragoza ya se explicaba en parecidos términos al ser preguntado por el supuesto disgusto provocado por no ir a Inglaterra: “¡Qué va!, no tuve ningún disgusto; la temporada había sido muy agotadora y lo que tenía era deseos de irme a mi casa a descansar con los míos; entre otras cosas porque los que estábamos en Santiago presentíamos lo que iba a suceder; lamenté muchísimo el flojo rendimiento de la selección, pero insisto, no tuve ninguna rabieta; como futbolista había tenido ya grandes satisfacciones conquistando mi equipo el título de campeón de España”.
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Gento: “Lapetra es mejor que yo”
“¿Lapetra es mejor que Gento o Gento es superior al ‘ye-yé’ maño?”. “Lapetra es mejor que yo”. “¿Falsa modestia?”. “No, la verdad”. Así de contundente fue el internacional cántabro, el futbolista con más Copas de Europa en su palmarés, al referirse a su rival por el ‘11’ de la selección. Las declaraciones de Gento fueron publicadas el 5 de junio de 1966 en El Mundo Deportivo.
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Birmingham, centro neurálgico de la delegación española en tierras ingleses, recibió a la expedición con un tiempo espléndido, diametralmente opuesto al esperado por Villalonga y sus veleidades seudocientíficas. Los aficionados británicos tenían muy frescas en la memoria las actuaciones del Real Zaragoza en competición europea, en especial el memorable partido ante el Leeds, localidad situada a escasos 200 kilómetros de Birmingham. Reija lo recuerda bien: “Teníamos una gran reputación en las islas; allí nos habíamos enfrentado a los mejores equipos y nadie se explicaba cómo el Real Zaragoza no era la base de la selección”.
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En contra de cualquier tipo de lógica deportiva, ninguno de los tres zaragocistas fue de la partida en el encuentro ante Argentina, en el debut mundialista de España. Eladio ocupó el lateral izquierdo, mientras que Peiró y Gento desplazaron al banquillo a Marcelino y Lapetra. Villalonga traicionó sus principios, se dejó llevar por los nombres de los clubes más que por la calidad de los futbolistas y tomó tres decisiones poco comprensibles, ya que Reija era el ‘3’ más en forma del fútbol español y los dos delanteros zaragocistas venían de completar una temporada soberbia. Marcelino y Lapetra se quedaron fuera del equipo por primera vez desde marzo de 1964, después de once encuentros consecutivos como titulares.
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La derrota ante los argentinos no modificó en sustancia los planteamientos del seleccionador, que apenas introdujo dos variantes, una obligada por lesión (Reija por Eladio) y otra por decisión técnica (Amancio por Ufarte). El sentir general era que la delantera ha fracasado y muchas voces sugirieron el regreso de Marcelino y Lapetra, pero Villalonga repitió ante Suiza con Peiró y Gento. La victoria en Sheffield ante los suizos (2-1), con una excelente actuación de Reija, dejó abierta la puerta de la clasificación para cuartos de final, pero el tercer enemigo en el grupo era Alemania, siempre temible, con Beckenbauer, Seeler, Schnellinger, Emmerich, Overath, Weber… Un rival de cuidado. El pobre rendimiento de los dos primeros partidos descargó de argumentos a Villalonga, forzado a dar marcha atrás en sus planteamientos. Del equipo inicial ante Argentina solo permanecieron ante Alemania cuatro jugadores: Iríbar, Sanchís, Gallego y Zoco. Mantuvieron su puesto los que entraron nuevos ante Suiza (Reija y Amancio) y se incorporaron Glaría, Adelardo, Marcelino, Fusté y Lapetra, que mandaron al banquillo a Pirri, Del Sol, Peiró, Luis Suárez y Gento. Todas las vacas sagradas, con los tres ‘italianos’ incluidos, pasaron a la reserva. Una verdadera revolución como única forma de intentar el milagro.
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Las crónicas del decisivo España-Alemania coinciden en destacar la recuperación del equipo español, mucho más dinámico que en las dos ocasiones anteriores, con una velocidad y un coraje desconocidos en las primeras apuestas del seleccionador. Fusté, en el minuto 24, culmina una acción entre Lapetra y Marcelino para adelantar a España, que necesita la victoria para clasificarse. Poco antes del descanso se producen dos acciones decisivas en el desarrollo del partido. Primero, un afortunado gol de Emmerich e, inmediatamente después, una alevosa entrada de Schnellinger a Adelardo que termina sin sanción para el defensor germano y con el interior extremeño lesionado para el resto del partido.
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Con diez más Adelardo prácticamente arrinconado en una banda, España se lanza a por la victoria con decisión, con todo, en una ofensiva de la que también participan sus defensas. Sin embargo, una acción aislada de Seeler, previa falta de Emmerich a Sanchís, termina en gol y con las esperanzas españolas. Es el minuto 83 y no quedan ni tiempo ni energía para la remontada. España pierde y se despide del Mundial, al que había llegado con la vitola de campeona de Europa y como alternativa a las dos grandes favoritas, Inglaterra y Brasil.
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Ante Alemania, los tres futbolistas del Real Zaragoza completaron un soberbio encuentro, como refleja la crónica de El Mundo Deportivo: “Reija, un verdadero fenómeno de capacidad técnica y estratégica; Lapetra, muy inteligente en la tarea que le había sido asignada; Marcelino, tan peleón como acostumbra y más habilidoso en esta ocasión”. Precisamente Marcelino, en noviembre de 2001, recordaba en Equipo el Mundial como una oportunidad perdida: “Teníamos un equipo con gente joven que podía haber hecho un papelón en Inglaterra, incluso ser campeones del mundo, pero todo estaba muy politizado y a la selección no siempre iban los mejores; nosotros le dimos a España más que España a nosotros”. En la actualidad, Villa aún lamenta lo que pudo ser y no fue: “España hizo el ridículo espantoso; cuando veía a Lapetra y a Marcelino de suplentes no me lo podía creer; había muchos intereses que nada tenían que ver con aspectos deportivos; el Zaragoza debería haber sido la base de la selección, teníamos la edad ideal y estábamos en nuestro mejor momento”.
*De su libro ’Magníficos. La edad de oro del Real Zaragoza".
***Uno de los equipos que formó con los tres zaragocistas.
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