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Antón Castro

EL COLECCIONISTA DE ADIOSES

EL COLECCIONISTA DE ADIOSES

CUENTOS DE DOMINGO / Antón Castro

 

El coleccionista de adioses

 

Antonio Tabucchi es uno de mis escritores favoritos. Sobre todo por dos libros, ‘Dama de Porto Pim’, que sucede en las Azores con un fondo de amores tumultuosos y de ballenas, y ‘Sostiene Pereira’, donde cuenta la historia de un hombre viudo que habla a su mujer cada noche y malvive redactando necrológicas en un periódico. Pereira, al que encarnó Marcello Mastroianni, tenía algo perturbador: padecía la enfermedad portuguesa de la saudade y a la vez tenía algo de nihilista y absurdo; hace pensar en Bartleby, el personaje que imaginó Melville que anticipa a Kafka. Conozco a alguna gente que lo primero que hace es leer las esquelas, fijarse en la eufonía de los nombres y en la edad. Y no solo eso, pueden hacer chistes o juegos de palabras con los apellidos del finado. En Pedrola, o quizá sea en Torres de Berrellén o Sobradiel, no me quedó claro, vive un coleccionista de necrológicas, que no un escribidor. Compra dos o tres diarios, especialmente cuando se produce una defunción. El domingo finaba Lorin Maazel, uno de los grandes directores de orquesta de la historia; él anotó en su cuaderno de defunciones que también había dicho, como Zubin Metha, Baremboim o Teresa Berganza, que el Auditorio de Zaragoza posee la mejor sonoridad del mundo. Al día siguiente moría la escritora Nadine Gordimer, Premio Nobelde 1991: publicada y querida en España; sus libros, valientes e intensos, defienden la libertad, la tolerancia y la convivencia en Sudáfrica. Mandela pedía que se los llevaran a la cárcel. También falleció Johnny Winter, el ‘bluesman’ albino que recogió el legado de Jimi Hendrix, en cierto modo, y grabó discos espléndidos: de versiones y originales, con energía y un sonido desgarrador y apasionado. Se fue Alice Coachman Davis, la primera mujer negra que logró una medalla de oro olímpica. Saltó 1.68 de altura, en Londres-1948. Le hicieron un gran homenaje en Albany, aunque los blancos y los negros estaban separados. Han matado a medio centenar de niños inocentes en Gaza. El coleccionista de necrológicas también había puesto en su agenda granate: “Adiós al Real Zaragoza”. Ha tachado y, con tinta roja, ha escrito: “Hay esperanza”.

 

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