ENRIQUE LARROY EN LA LONJA
ENRIQUE LARROY. El pintor zaragozano, nacido en 1954, sigue la estela de Cano, Gay, Cerdá, Arranz o Laborda y exhibe en la Lonja ‘Chapa y pintura’: el balance de toda una vida y el trabajo de los tres últimos años.
“Me río de mi sombra que es ancha y alargada”
“No concibo la pintura sin color”
“Hay que tener sentido del humor
para dedicarse a la pintura”
Enrique Larroy (1954) continúa una tradición pilarista: un reconocido pintor aragonés ocupa durante mes y medio la Lonja. Él expone 51 obras que se caracterizan por el arrebato del color.
Celebra en 2014 muchas cosas: los 60 años de edad y 40 años de pintor... ¿Cómo se ven estas dos cifras y el camino recorrido?
Leído así me produce un cierto vértigo, un ligero mareo. Que cumplo 60 años me lo recuerdan con cariño los amigos. Que cumplo cuarenta como pintor pues me sorprende gratamente pero no me había parado a pensarlo.
¿Qué supone para usted exponer en la Lonja, que tiene algo de consumación o desembarco soñado, de puerto de llegada?
Creo que los artistas nos planteamos todas las propuestas con la misma profesionalidad. Pero cada exposición requiere un enfoque diferente y en este caso de la Lonja me preocupaba la envergadura del espacio y el saber que tiene una resonancia local especial.
¿Cómo se plantea y se organiza una exposición así?
Lo primero que tuve claro es que no quería hacer una retrospectiva o una antológica. Yo voy a pintar todos los días al estudio y quería seguir así. Tengo la sensación de que siempre voy con retraso. También decidí desde el principio que era muy importante cambiar la distribución espacial de la Lonja para que pasara a formar parte de la narrativa de mi pintura. A partir de ese momento tuve que trabajar un poco más de lo habitual, eso sí.
¿Por qué se titula ‘Chapa y pintura’ una muestra donde hay tan poca chapa?
Me entusiasman los juegos de palabras, las dobles lecturas y las paradojas tanto como los efectos visuales. Están en la base de mi pintura. Como explico en el catálogo, la exposición crece a partir de una fotografía impresa en chapa metálica y seis pinturas monocromas sobre aluminio y es la excusa para robar un título de un oficio manual que es sinónimo de repaso y puesta a punto. Pero además mi pintura tiene mucho de juego y con las rodillas en el suelo pasé muchos recreos recorriendo caminos de tiza con chapas de botellas.
Dadaísta, expresionista, surrealista... ¿En qué medida le definen estos adjetivos?
No sabría concretar. Pero sin estos movimientos artísticos y culturales hoy pintaríamos de otra manera, mucho peor con seguridad.
Su pintura, claramente abstracta y aún geométrica, es un torrente de cromatismo. ¿Qué significa para Enrique Larroy el color?
No concibo la pintura sin color, sin vibración cromática más exactamente y perdón por el tecnicismo. A partir de ahí el exceso me interesa.
Tiene mucho sentido del humor y de la ironía en la vida real. O eso se dice. Y en una pintura como la suya, ¿dónde debemos rastrear dl humor?
“El amor para vivir y el humor para sobrevivir”, leía el otro día. Hay que tener sentido del humor para dedicarse a la pintura. Pintando se pasan muy malos ratos pero también me río solo muchas veces durante el proceso del cuadro. En ese diálogo agridulce que acaba en el título de la obra está presente el humor.
Hablando de risas. ¿De qué se ríe Enrique Larroy?
De mi sombra que es ancha y alargada
¿Pintar hoy es una extravagancia o tiene sentido?
Posiblemente sea una extravagancia consentida
¿Qué es para usted Zaragoza, qué le da, qué le incomoda, cómo la siente?
Es mi ciudad, mi casa. El campamento que hay que abandonar continuamente si se quiere mantener la plaza. Me encanta pensar que está mejorando su clima.
¿Cómo vive las fiestas del Pilar? ¿Qué es lo que más le gusta?
No soy muy festero, pero me encanta callejear y los fuegos artificiales sigues siendo espectaculares
¿Algún recuerdo especial?
Ir con mis padres y mis hermanos a ver las luces de colores de la fuente de la plaza Paraíso. La de entonces.
*La foto pertenece al Ayuntamiento de Zaragoza y a su equipo de prensa y comunicación.
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