MELÉNDEZ, HERNÁNDEZ, VELA, MIRCALA
Cuentos de domingo / Antón Castro
VIDAS ILUSTRADAS*
Esta capital del cierzo siempre ha sido una ciudad de cómic, de viñetas y de espléndida ilustración, como demuestra Eduardo Laborda en un impresionante libro en el que está trabajando. El jueves en el Centro de Historias –que es nuestro bosquejo de La Casa Encendida madrileña, como soñaba el inolvidable Félix Romeo, el gran enamorado de Zaragoza- se abría una exposición de Francisco Ibáñez y se recordaba que por ahí, en 2104, pasaron más de 130.000 personas. Ibáñez es un axioma: gusta a casi todos. En la Biblioteca de Aragón, el viernes se decía cuánto había deslumbrado aquí, en Estados Unidos y en Japón Francisco Meléndez, Premio Nacional de Ilustración en 1986, varios galardones en Bolonia y un estupendo escritor en libros como ‘El verdadero inventor del buque submarino’ o ‘Leopold. La conquista del aire’. Un día decidió dejarlo casi todo: ahora trabaja en la portería del seminario de San Carlos y de vigilante en el cementerio de Torrero y, a la vez, colabora con niños, a los que les enseña a pintar y a escribir. Quizá Javi Hernández, el autor de ‘Haberlas haylas’ o ‘El secreto de Jacinto’, sepa quién es Meléndez: a veces se parecen en el suave manejo de los verdes. Hernández, nieto de aragonés del Pirineo emigrado a Rosario, expone en la Biblioteca, que celebra su primer cuarto de siglo. Algo más arriba, en la galería Itxaso, que intenta renovarse para no morir, colaboran dos grandes artistas: el madrileño Jack Mircala, un maestro del cutter, de la tijera y de las mujeres góticas y románticas, y el aragonés David Vela, un dibujante con un gran sentido del humor, experto en bestiarios, que ha ilustrado a Ramón Gómez de la Serna. La alianza es magnífica: su exposición estuvo muy concurrida y probó algo muy interesante: esta es una ciudad de muchos públicos. Y ayer Daniel Viñuales y José Antonio Ávila presentaban ‘Tierra negra’ (GP ediciones), en homenaje a los mineros de las cuencas turolenses, en concreto a los de Utrillas. Han hecho un cómic riguroso y amable que recoge el riesgo, el drama, la fraternidad y la vida en vilo de los picadores. Como se sabe, la mina siempre tenía un precio.
*Este texto apareció ayer en mi sección de Cuentos de domingo.
**Se puede ampliar la información en el blog de David Vela, respecto a su exposición y a la de Mircala: http://davidblogcartoon.blogspot.com.es/2015/01/exposicion-en-la-nieve-tenebrosa-jack.html
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