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Antón Castro

GARCÍA-BADELL, POR SU HIJA OPHÉLIE

[El pasado viernes, Olga Pueyo leía su tesis doctoral sobre Gabriel García-Badell en la Universidad de Zaragoza. La hija del escritor, Ophélie García-Badell, ha escrito este texto para este blog y me lo envía. Aquí está este texto tan entrañable.]

 

NOTAS SOBRE MI PADRE 

 


 Ophélie García-Badell


Hoy te imaginé a mi lado, padre, una tarde de verano, sentado en la terraza de Casa Marraco, con tus ojos negros de azabache, tu nariz aguileña, tus viejas botas de pelo y tu camisa negra de Rimbaud. Sujetabas en tus manos, elegantes y alargadas, un cartapacio azul de cartón que contenía parte de tus pensamientos manuscritos.

 

Canfranc era un lugar atemporal donde no ocurría nada y ocurría todo."Pequeñita, nos vamos a comprar un melón a Benedé, que nos vamos a los neveros del Aspe"- me dijiste.

 

El río Aragón discurría frente a nosotros, junto al camino de Santiago, mientras el calor se instalaba en las faldas de Collarada, con su luminosidad todopoderosa, de diosa griega. Era agosto, un día de sol intenso. Estábamos allí, envueltos los dos, sin apenas darnos cuenta, en un mundo mágico, el tuyo.

 

Divisamos los altos prados de la caseta del Vasco. Luego, después de un rato de silencio, me introdujiste en el teatro de lo absurdo de Beckett, de Pirandello y de Ionesco.

 

Y yo tomaba mi coca cola infantil y mis patatas fritas, al tiempo que te escuchaba atentamente. Como lo hacen conmigo ahora mis hijos -tus nietos- Gabriel y Jimena. Hoy les explico que yo era tu discípulo socrático, que me conducías a tu mundo de estrellas, de búsqueda del sentido de la vida, sin mentiras, sin respaldos, en esa dramática lucha existencial, trágica, contradictoria.

 

Como cada día, me dejaba mecer por tus palabras. Siempre quedaba pendiente un viaje interior nuevo. Viaje a Vallejo, viaje a García-Lorca, Miguel Labordeta, Unamuno, Kierkegaard, Heiddeger, Camus, Jung, Theilard de Chardin, Chejov, Rilke y Bergson.

 

Creaste tu universo propio, heterodoxo, innovador, revolucionario, que ahora es mi legado. Me enseñaste que había que dejar de lado la culpa causada por la conducta impropia, la falsa moral. No quedaba otra opción que desnudarse ante la verdad que abrasa. Y en cuanto a la vida cotidiana, nada más ridículo que presumir de que se trabaja mucho, -¿te acuerdas?. Porque de lo que se trata es de comprar tiempo libre para vivir a cielo abierto. Porque la grandeza consiste en romper con la armonía, lejos de querer encarnarse en ese ser triunfador, tan equilibrado como virtuoso.

 

Hoy también recuerdo, padre, el día que te fuiste. Yo tenía veinte años y no fui a tu entierro. No podía con esa tierra pesada de nicho amargo.

 

Te acompañé a mi manera, y juntos nos sumergimos lentamente en un nuevo mundo, sin perder la identidad compartida con otros miles de hombres prehistóricos. Te transformaste en agua y tierra, viento, árbol, boj. Ese día, recuérdalo, comulgamos los dos, mientras tu ascendías, entre la lluvia de fuego, hacia el Valle de Izas y el ibón de Iserias. Querías “decrocher la lune” y Brassens te propuso un “petit coin de parapluie”, a cambio de “un petit coin de paradis”.

 

Arriba, en las cumbres, el viento agitaba la hierba y los lirios de color añil florecían por las praderas. De entre ellos, un lirio blanco, distinto, crecía solitario. Te fuiste, así,  con un fragmento del concierto para violín y orquesta de Brahms, con nuestras historias compartidas de la casita de Jacobita y el lobo bueno, con un poquito de los Mallos de Riglos y esa luz anaranjada grabada sobre la roca.

 

Nos despedimos, sin angustia. El vaho del fin de la tarde nos adormeció. Me pusiste una flor en el pelo, y me diste tu último beso.

Ophélie García-Badell

1 comentario

Elena -

Me encanta el recuerdo que la hija de Ediithm y Gabriel hizo a su padre, no tenía conocimiento de ello. Me parece interesante, tierno, precioso, que lastima que no lo pudieras disfrutar más tiempo. Tan apenas te conocí. A tu mamá la tenías más que conquistada, hablaba de ti continuamente. ,!Cuanta verdad y cuánto amor!