XOÁN ABELEIRA TRADUCE A BRETON
[Xoán Abeleira, poeta y traductor, acaba de traducir a André Breton para Galaxia Gutenberg, poemas fechados entre 1940 y 1948. En el prólogo, apasionado y vindicativo, explica las claves de la lírica de este militante y maestro del surrealismo, para muchos la gran referencia, el teórico. He aquí uno de los poemas del libro de más de 400 páginas. En la foto, Benjamin Peret caza mariposas con André Breton.]
LE GRAND SECOURS MEURTRIER
La statue de Lautréamont
Au socle de cachets de quinine
En rase campagne
L’auteur des Poésies est couché à plat ventre
Et près de lui veille l’héloderme suspect
Son oreille gauche appliquée au sol est une boîte vitrée
Occupée par un éclair l’artiste n’a pas oublié de faire figurer au-dessus de lui
Le ballon bleu ciel en forme de tête de Turc
Le cygne de Montévidéo dont les ailes sont déployées et toujours prêtes à battre
Lorsqu’il s’agit d’attirer de l’horizon les autres cygnes
Ouvre sur le faux univers deux yeux de couleurs différentes
L’un de sulfate de fer sur la treille des cils l’autre de boue diamantée
Il voit le grand hexagone à entonnoir dans lequel se crisperont bientôt des machines
Que l’homme s’acharne à couvrir de pansements
Il ravive de sa bougie de radium les fonds du creuset humain
Le sexe de plumes le cerveau de papier huilé
Il préside aux cérémonies deus fois nocturnes qui ont pour but la soustraction faite du feu d’intervertir les coeurs de l’homme et de l’oiseau
J’ai accès près de lui en qualité de convulsionnaire
Les femmes ravissantes qui m’introduisent dans la wagon capitonné de roses
Où un hamac qu’elles ont pris soin de faire de leurs chevelures m’est réservé
De toute éternité
Me recommandent avant de partir de ne pas prendre froid dans la lecture du journal
Il paraît que la statue près de laquelle le chiendent de mes terminaisons nerveuses
Arrive à destination est accordée chaque nuit comme un piano
EL GRAN AUXILIO HOMICIDA[1]
La estatua de Lautréamont
Con su pedestal de cápsulas[2] de quinina
En campo raso
El autor de los Poemas yace boca abajo
Junto a él vela el sospechoso lagarto escorpión[3]
Su oreja izquierda pegada al suelo es una caja con tapa de vidrio
Ocupada por un relámpago el artista no olvidó representar encima de él
El globo aerostático azul celeste con forma de cabeza de turco
El cisne de Montevideo dispuesto siempre a batir sus alas desplegadas
Para atraer a los demás cisnes del horizonte
El poeta abre al falso universo sus dos ojos de distinto color
Uno de sulfato de hierro en el emparrado de las pestañas el otro de cieno cubierto de diamantes[4]
Ve el gran hexágono con embudo en el que muy pronto se crisparán las máquinas
Que el hombre se obstina en cubrir de apósitos
Reaviva con su bujía de radio los posos del crisol humano
Con su sexo de plumas su cerebro de papel aceitado
Dirige las ceremonias dos veces nocturnas cuyo fin exceptuando el fuego[5] es permutar los corazones del hombre y del pájaro
A mí se me permite acercarme a él en calidad de convulsionario[6]
Las mujeres arrebatadoras que me introducen en el vagón acolchado de rosas
Donde una hamaca que ellas se han molestado en trenzarme con sus cabellos me aguarda
Desde toda la eternidad
Me recomiendan antes de partir que no coja frío al leer el periódico
Dicen que la estatua junto a la cual la grama[7] de mis terminaciones nerviosas
Llega a su destino es afinada cada noche como un piano
André Breton,
de El revólver de pelo cano
[1] En general, la expresión le grand secours puede entenderse como un sinónimo de “el salvador”. Así, por ejemplo, en las profecías de Nostredamus, se afirma que <>. Por otra parte, en el ámbito teatral, le grand secours es un dispositivo que arroja una enorme cantidad de agua cada vez que se produce un conato de incendio en el escenario. Étre de grand secours equivale en castellano a “ser de gran ayuda”.
Samuel Beckett debía de tener en alta estima este poema, pues lo incluyó entre los muchos textos superrealistas que tradujo al inglés para la revista English for Transition, editada y dirigida por Eugene Jolas.
[2] Por mucho que Breton juegue con los diversos sentidos de cachet (sello), la referencia a la quinina nos indica que la acepción apropiada aquí es 14 del DRAE: “p. us. Conjunto de dos obleas redondas entre las cuales se encierra una dosis de medicamento, para poderlo tragar sin percibir su sabor”. Lo que en la actualidad denominamos “cápsulas”.
[3] Lagarto moteado, enchaquirado, de cuentas...: http://es.wikipedia.org/wiki/Heloderma_horridum.
[4] Dado que esta imagen volverá a aparecer en la Oda a Charles Fourier como <>, nos inclinamos a traducir el adjetivo diamante como <>, en vez de cómo <>.
[5] Sobreentendamos <>. Probablemente en alusión a la filosofía de Heráclito.
[6] Además de la acepción del DRAE, ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Convulsionarios.
[7] Literalmente, chiendent significa “perrodiente”, “dientes de perro”.
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