'EL POETA' DE VINICIUS DE MORAES
Un estupendo amigo como Amador Palacios (Albacete, 1954), poeta y traductor, publica en la Asociación Poética Caudal, en una de sus hojas volanderas (Manuales de Instrucciones) una selección de poemas de Vinicius de Moraes (1913-1980). Recoge varias composiciones sobre la condición de poeta y sobre la poética. Copio aquí este:
EL POETA
La vida del poeta tiene un ritmo diferente
Es un continuo de dolor agobiante.
El poeta es el marcado por el sufrimiento
El sufrimiento que le aclara la visión de la belleza
Y su alma es una parcela del infinito distante
El infinito que nadie indaga y nadie entiende.
Él es el eterno errante de los caminos
Que va, pisando la tierra y mirando el cielo
Preso por unos límites intangibles
Aclarando como un rayo de sol el paso de la vida.
El poeta tiene el corazón claro de las aves
Y la sensibilidad de los niños.
El poeta llora.
Llora amansado, con lágrimas dulces, con lágrimas tristes
Mirando el gran espacio de su alma.
El poeta sonríe.
Sonríe a la vida y a la belleza y a la amistad
Sonríe con su jovialidad a todas las mujeres que pasan.
El poeta es bueno.
Él ama a las mujeres castas y a las mujeres impuras
Su alma las comprende en la luz y en el fango
Está lleno de amor para las cosas de la vida.
Y lleno de respeto para las cosas de la muerte.
El poeta no teme a la muerte.
Su espíritu penetra su visión silenciosa
Y su alma de artista la posee llena de un nuevo misterio.
Su poesía es la razón de la existencia
Ella lo hace puro y grande y noble
Y lo consuela del dolor y lo consuela de la angustia.
La vida del poeta tiene un ritmo diferente
Ella lo lleva errante por los caminos, pisando la tierra y mirando el cielo
Preso, eternamente preso por unos límites intangibles.
EL ORIGINAL EN PORTUGUÉS
O poeta
A vida do poeta tem um ritmo diferente
É um contínuo de dor angustiante.
O poeta é o destinado do sofrimento
Do sofrimento que lhe clareia a visão de beleza
E a sua alma é uma parcela do infinito distante
O infinito que ninguém sonda e ninguém compreende.
Ele é o etemo errante dos caminhos
Que vai, pisando a terra e olhando o céu
Preso pelos extremos intangíveis
Clareando como um raio de sol a paisagem da vida.
O poeta tem o coração claro das aves
E a sensibilidade das crianças.
O poeta chora.
Chora de manso, com lágrimas doces, com lágrimas tristes
Olhando o espaço imenso da sua alma.
O poeta sorri.
Sorri à vida e à beleza e à amizade
Sorri com a sua mocidade a todas as mulheres que passam.
O poeta é bom.
Ele ama as mulheres castas e as mulheres impuras
Sua alma as compreende na luz e na lama
Ele é cheio de amor para as coisas da vida
E é cheio de respeito para as coisas da morte.
O poeta não teme a morte.
Seu espírito penetra a sua visão silenciosa
E a sua alma de artista possui-a cheia de um novo mistério.
A sua poesia é a razão da sua existência
Ela o faz puro e grande e nobre
E o consola da dor e o consola da angústia.
A vida do poeta tem um ritmo diferente
Ela o conduz errante pelos caminhos, pisando a terra e olhando o céu
Preso, eternamente preso pelos extremos intangíveis.
Rio de Janeiro, 1933
Vinícius de Moraes
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