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Antón Castro

'CRÍTICA Y CONTRACRÍTICA': ZARAGOZA

JORNADAS

CRÍTICA Y CONTRACRÍTICA

Comunicación cultural en España

 

  • Fecha y lugar: 3 y 4 de mayo. IAACC Pablo Serrano (Pº María Agustín, 20, Zaragoza)

 

  • Organización: Gobierno de Aragón (Nacho Escuín, Belén Aso, José Luis Acín, Estrella Setuáin)

 

  • Coordinación: Alfredo Saldaña y Víctor Silva (Universidad de Zaragoza) y Javier Hernández y Victor Manuel Pérez (Universidad San Jorge)

 

  • Exposición ARCE (Asociación Revistas Culturales de España): 4 abril al 6 de mayo de 2018.

 

 

PROGRAMA

3 de mayo

9.30h-10.00h. Bienvenida a inscritos y entrega de materiales

10.00h-10.30h. Inauguración oficial.

10.30h-11.30h Crítica y comunicación cultural

11.30h-12.00h Pausa café

12.00h-13.00h. Nuevos paradigmas en la crítica: era digital versus galaxia Gutemberg

13.00h-14-00h. Estéticas y tendencias en la crítica actual

14.00 o 14.30h Comida

16.30h-17.30h Presentación de revistas culturales ARCE.

17.30-18.30h Crítica en silueta: El caso de las lenguas en Aragón

19.00-21.00h Jam Session poética

21.00h Cena

 

4 de mayo

9.30h-10.30h Sobre la verdad y la ficción

10.30h-11.30h Un nuevo público para una nueva crítica: youtubers, bloggers e influencers

11.30h-12.00h Pausa café

12.00h-13.00h Humillados y ofendidos

13.00h-13.30h Clausura del seminario

14.00h Comida.

 

PROGRAMA 3 DE MAYO DE 2018

 

MESA 1. “Crítica y comunicación cultural”. (Modera: Ana Segura)

 

La crítica no puede desprenderse de sus contextos de crisis. Si la cultura se adjetiva, dejando de considerarse, en marcos postmodernos, como sustantiva, no es casual que se produzca con el auge de los medios de comunicación. En un principio de masas y contemporáneamente atravesada por otros significantes: de multitud, de redes. El actual peso de lo tecnológico, coloca diversas interrogantes sobre la comunicación cultural, en momentos en que se vive una crisis del periodismo cultural, de las imágenes de lo estético y del simulacro de las redes. Los referentes culturales son sustituidos por figuras mediáticas, por simulacros de artistas y por una cultura pop que todo lo absorbe. En ese contexto en la mesa se debatirá sobre la crisis de la crítica y el incremento de los medios, las redes y lo tecnológico como nuevos constructores de imaginarios culturales.

 

MESA 2. «Nuevos paradigmas en la crítica: era digital versus galaxia Gutenberg» (Modera: Maica Rivera)

 

La complejidad semántica del término «cultura» es una constante en la historia; pero, en la actualidad, todo parece indicar que la complejidad y los entresijos de qué es cultura es cada vez mayor: incluso la idea de cultura se suele aparcar y se prioriza la idea de culturas o metacultura. Los cambios sociales que han ocurrido desde finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI han impulsado una evolución cultural que refleja sus matices en áreas específicas, generando convergencias y divergencias sobre su impacto en la vida social. La crítica cultural no es ajena a estos avatares de la historia, del pensamiento y, por supuesto, de la influencia de los avances tecnológicos: en lo que tienen de expresión cultural y en aquello que la hace generadora de cultura por el uso que la humanidad hace de la misma. Marshall McLuhan planteaba que «no podemos pensar en sonidos sin pensar en letras; creemos que las letras tienen sonido»; hoy, no podemos pensar en un mensaje sin pensar en interactividad, multimedia e inmediatez. En su momento «la invención de la imprenta difundió el lenguaje impreso y dio a lo impreso el grado de autoridad»; en la era digital quién aporta la autoridad, ¿la otorga la tecnología o el consumidor de cultura? La imprenta era para McLuhan la «tecnología del individualismo», la llegada de la cultura audiovisual aportó nuevos códigos y con ellos la construcción de otros relatos culturales. ¿Qué ocurre con el individualismo en el entorno digital? ¿Cómo pensamos la cultura digital? ¿Cómo asumimos la cultura generada por la inteligencia artificial? ¿La cultura cyborg?

 

La cultura digital aporta la simultaneidad; el acceso a fuentes de información de diversas tendencias y enfoques; la capacidad, al menos potencialmente, de que los individuos comprendan cada vez más la diversidad cultural en la sociedad. Sin embargo, otros aspectos parecen ser menos comprendidos en la sociedad de la información y del conocimiento: el tiempo se fragmenta, la fe en las instituciones es menor, la comunidad humana se traslada al entorno online y los modelos de referencia ser desvirtúan en la inmediatez de lo social media y la denominada «posverdad».

 

¿Revolución o evolución de la crítica cultural? El discernimiento sobre la cultura tiene vigencia en el entorno digital y convive con la diversidad que el ciberespacio público aporta a la forma de comprender el hecho cultural. El ciberespacio abre nuevos escenarios para el debate con una manera diferente de sociabilizar del ser humano, una forma distinta de acercarse a la cultura, de complementar su experiencia cultural y discernir sobre el valor que la cultura tiene en su existencia. Escenarios participativos, interactivos, anónimos y en donde la opinión libre se puede enarbolar como reivindicación errónea de autoridad: lo importante es la opinión, más no, el razonamiento y la argumentación propio de la crítica.

 

Esta mesa tiene la peculiaridad de plantear, por una parte, algunos fundamentos que requieren ser recordados o redefinidos; desde otra perspectiva, plantea interrogantes novedosos sobre cómo discernir sobre las manifestaciones culturales en los tiempos de la era digital ¿El impacto de los cibermedios y de la cultura digital ha cambiado o estarán cambiando las bases de la cultura y nuestra capacidad de comprensión de esa cultura? ¿Cómo puede la crítica abordar la cultura en la era digital, diversa, multimedia, transmedia, interactiva, efímera o inmediata?

 

MESA 3. Estéticas y tendencias en la crítica cultural (Moderador Túa Blesa)

La estética otrora orgullo de la alta cultura y de las “bellas artes”, padece una crisis en las prácticas culturales actuales. Si en sus inicios (siglo XIX) fue una nueva manera de entender la crítica (Kant) -y crítica y crisis son conceptos que vienen de la misma etimología- la emergencia de la cultura popular activó nuevas tendencias en la literatura, la música, y en sus productos más apreciados: el cine, la fotografía, el cómic y los medios de comunicación. En un comienzo la Cultura como sustantivo y con mayúsculas y lo Cultual como culto, se instalaba en el altar del museo y en la sala de conciertos, pero fue –ya entrado en el siglo XX y aún más en este nuevo siglo- que la crítica adjetivó la cultura hacia lo cultural y más que de estética se comienza a perfilar variadas y plurales tendencias. En esta mesa se reflexionará y discutirá sobre ese pasaje, en la España actual, de la estética a lo estético y a la variedad de tendencias que se intenta problematizar desde la crítica cultural. Es conocida la frase que a España han llegado tardíamente las tendencias culturales rupturistas, a diferencia de Francia, Alemania o Estados Unidos, donde la postguerra implicó un nuevo modo de interrogar a los productos culturales. Sin embargo, en un contexto de mundialización cultural, España no se ve aislada de tendencias que ponen en crisis las formas de producir y consumir cultura. La frase de Néstor García Canclini “el consumo ayuda a pensar”, movilizó los debates de la crítica cultural, pero, ¿es posible referirse al consumo cultural o son significantes contradictorios? ¿Qué ocurre cuando se institucionalizan? Si Joyce ingresó a las universidades y Stockhausen, Cage, Varèse o Zappa son estudiados en las escuelas de música, qué cambios se han ido produciendo y cómo afectan a una crítica cultural cada día más impotente frente a los cambios que se van produciendo. La globalización ¿ha mediocre-tizado la cultura? ¿La crítica cultural se ha rendido a la avalancha globalizadora-post pop? ¿Dónde están las grietas y sus intersticios?

 

MESA 4. Presentación Revista ARCE. Manuel Ortuño.

 

MESA 5. Crítica en silueta: El caso de las lenguas en Aragón (Moderador: Elena Puértolas)

¿Qué papel desempeña aquella crítica vinculada con unas literaturas que se gestan y componen en lenguas minorizadas? ¿Y qué papel, en verdad, le corresponde? Es más, ¿qué tipo de crítica se puede, o acaso se debe, ejercer, cuando dichas literaturas ocupan el segundo plano en el seno productivo de unas lenguas que, de por sí, están ya en un segundo plano? Y, en todo caso, crítica… ¿para qué destinatarios? Porque –discúlpese la tardía intertextualidad– ¿quién es su público y dónde se encuentra exactamente? ¿Y cuál es el lugar –en más de un sentido– de la crítica literaria, en tesituras tales? ¿Hay objetividad ceñida al texto y sus contextos, voluntarismo militante o quizás ambas cosas en una? ¿Qué se hace en los medios tradicionales? ¿Son alternativa eficaz las profusas vías telemáticas? En esta(s) encrucijada(s), ¿no será la crítica víctima de alguno de aquellos “provincianismos” socioculturales a que tan agudamente se refería, hace ya algunos años, Milan Kundera?

 

Muchos interrogantes, sin duda, que apuntan a un estado de cosas movedizo. O tal vez inmóvil. El caso de la comunidad autónoma de Aragón resulta sumamente ilustrativo, si no paradigmático, de cómo la crítica va, viene, va, siempre en el telar, hecha hilos que apenas llegan a ser urdimbre. La coexistencia en Aragón de una lengua “maior”, el castellano, junto a otras dos, minoritarias y minorizadas, que a su vez presentan un distinto grado de incardinación social y de vitalidad comunitaria, ofrece con todo ello un sugestivo terreno para la reflexión sobre las prácticas del ejercicio crítico.

 

 

PROGRAMA 4 DE MAYO DE 2018

 

MESA 6. "Sobre la verdad y la ficción. Amenazas y oportunidades en el espacio abierto" (Moderador: María Angulo)

 

Vivimos tiempos de ambigüedad, de confusión dirían otros. La virtualidad que ha impuesto la era digital afecta también a la percepción de eso que hemos venido llamando desde siempre “realidad”. El “giro narrativo”, asimilado por las intelligentsia y la academia desde los años noventa del siglo XX, ha llegado a imponerse en el tejido social sin que la mayoría sea consciente. Ya nadie duda de que todo es relato, quizá como corresponde a una de las más inveteradas tendencias de este simio sabio que domina el mundo. Por eso se habla del relato de tal o cual partido, del storytelling subyacente en tal línea de ventas, de las historias y mitos que sustentan disciplinas como la economía… Y en medio de semejante desconcierto posmoderno o transmoderno llegó la postverdad. Quid est veritas? Dicen que dijo Pilatos, pero también esta inquietante pregunta parece un invento literario, vamos una fake new que fabricaron los primeros cronistas cristianos.

 

Todo parece ser consecuencia de una crisis de credibilidad que afecta a todos los órdenes de la actividad humana. A estas bajuras ya nadie confía en nadie. Los cánones dominantes se desmoronan al mismo tiempo que los tradicionales argumentos de autoridad. La cultura ya no tiene norte, solo lotes en venta. En este bazar de Estambul, caótico e imprevisible, en el que se ha convertido el mundo el único canon lo dictan las masas, empoderadas por la tecnología al alcance de todos. Unos lo llaman democratización digital, algunos otros, desde la tribuna horkheimeriana, cultura neopop de estúpidos desinformados o incluso Apocalypse Now. Todo está disponible en el bazar… Porque en medio de este río revuelto el único beneficiario parece ser el mercado, que es un alien polimorfo que se adapta a todas las circunstancias. Quizá por eso el canon es el mercado, quizá por eso los bestsellers contemporáneos los escriben celebrities que salen en la televisión o en un canal de Youtube. En cualquier caso, la verdad hace tiempo que yace asesinada en un callejón de Shangai o Nueva York.

 

 

MESA 7. "Un nuevo espacio para una nueva crítica: youtubers, bloggers e influencers" (Moderador: Daniel Montserrat)

Como consecuencia de la democratización que conlleva la llamada “cultura digital participativa” los centros de opinión, hasta ahora canalizados y catalizados por los grandes medios especializados, están siendo sustituidos por otros agentes salidos de la masa democrática. Si antes predominaban como valores la supuesta competencia, conocimiento y excelencia, en principio garantizada por la cabecera de un medio cultural consagrado, ahora se premia la frescura, la capacidad de conectar con el gran público, la ocurrencia, la extravagancia... Es más empoderado aquel comentarista cultural que tiene más likes y más seguidores asomados a sus nuevas cibertribunas. Así pues, las masas congregadas en la aldea global regida por las redes sociales marcan las directrices de lo que es tendencia –esta es la palabra talismánica- entre los productos culturales. Las grandes corporaciones, que siguen influyendo bajo mano con su enorme poder, han tomado nota y cortejan a estos nuevos arúspices de la cultura digitalizada. Estamos en tiempos de cambio y eso ni es bueno ni es malo, simplemente se presenta como desconcertante para los no nativos digitales y como normalizado para los millenials y postmillenials por venir. Por eso es tan pertinente como higiénico oír la voz de los nuevos críticos de la cultura que, sin duda, han ganado en frescura y espontaneidad y traen nuevos vientos. También aportan nuevos canales de comunicación y nuevas perspectivas; muchas corrientes hasta ahora soterradas -ecologistas, feministas, animalistas, esotéricas…- y no pocas de las múltiples tendencias de un mundo tan variado como globalizado, han saltado al primer plano de la palestra.



MESA 8. Humillados y ofendidos (Moderador: Gabriel Sopeña)

Una crítica de la crítica no siempre es asumida por la hegemonía cultural. Esa supuesta contradicción también es característica de la crítica actual. La economía política de la cultura, se refiere a nuevas concentraciones de capitales, esta vez, cultural. Si los medios de comunicación reducen, cada vez más, sus contenidos de crítica cultural, en ese reducido espacio que queda para actuar, en muchas ocasiones se han practicado formas de exclusión, censura y auto-censura, para colocar contenidos que tengan el beneplácito de la industria e hiperindustria cultural. En las últimas décadas, en España, críticos culturales se han sentido “humillados” y “ofendidos” y han alzado su voz sobre esas prácticas de la industria. En otros casos, han intentado mantener esa incómoda posición que implica ejercer la crítica cultural. Sobre esas incómodas actuaciones se reflexionará y discutirá en esta mesa.

 

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