AMOR DE CINE EN FUENTES DE EBRO
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“Me encanta veros. Me emociona vuestro festival. Me hace amar más, si cabe, el cine. Heidi y Anabel os adoran, cómo no podía ser de otra manera”, le escribía la actriz Itziar Miranda, nacida en Zaragoza en 1978 y criada en Estadilla, a José Antonio Aguilar, director del Festival de Cine de Fuentes. Itziar fue coprotagonista de la emocionante gala de clausura del pasado sábado: explicó cómo es y cómo trabaja Anabel Alonso, y recordó que el 50 % de su trabajo en la serie de televisión ‘Amar es para siempre’ se lo debe a ella, y viceversa tal vez, porque en el cine y en el teatro y en la televisión “el otro es decisivo, y en eso, también en eso, Anabel Alonso es un ejemplo”.
Anabel Alonso aguantó con más felicidad que otra cosa una gala que duró tres ahora. “Ya veo que queréis ser como los Goya”, dijo cuando subió a recibir su galardón: la Dama de Fuentes. La rindieron homenaje el actor y gastrónomo Nacho Rubio, que reivindicó Teruel, la citada Itziar Miranda, que estuvo brillante y emotiva (José Antonio Aguilar susurra: “Es mi estrella, brilla siempre”), el director de la serie ‘Amar es para siempre’ Eduardo Casanova y Heidi Steinhardt, directora de teatro y compañera de la galardonada.
Heidi dijo que no tenía ningún discurso preparado, que no sabía que tenía que hablar, e improvisó una auténtica y sincera declaración de amor. Recordó que llevaban seis años viviendo juntas, dijo que Anabel era una buena compañera en la vida y en el amor, que no paraba nunca de hablar y que “desde las seis de la mañana ya está en marcha”. Anabel sellaría su gratitud de una manera muy especial: cuando la alcaldesa María Pilar Palacín le entregó la estatuilla, los demás premiados reciben una cigüeña, besó apasionadamente su trofeo. El fotógrafo Javier Romeo, cronista visual del Festival de Fuentes desde hace años, dice: “Me gusta esta foto. Eso sí que es agradecer un premio”. Con un besazo de cine.
José Antonio Aguilar, muy a pesar, se convirtió en uno de los inesperados galardonados de la gala. La familia Couso le entregó una placa por su compromiso y la apuesta solidaria del certamen desde hace 15 años. “No soy la persona más adecuada para contestar, pero destacaría de esa noche la pluralidad, la libertad de la gala de clausura. Se normaliza todo y todos se expresan como desean. El amor se construye entre personas, no entre géneros, y el sábado en el cine de Fuentes de Ebro hubo mucho amor, amor del universal. Me emocionan todavía recuerdos como la declaración de Heidi a Anabel, quien me apretó la mano a la vez que se emocionaba, desde la butaca de al lado. Tampoco se extrañó, se quieren mucho, se complementan, son dos grandes mujeres. Me emocionaron las palabras de la directora zaragozana Pilar Gutiérrez hablando del tipo de familia que ha querido elegir y el beso de David Couso, que recibí con orgullo. David desborda amor desde que, además, sabe que va a ser padre. Son muchas cosas vividas”. La existencia se alimenta de certezas y de ilusiones.
La fotógrafa Ana Moreno, que entregó un galardón, amplía el foco y señala: “Hay cercanía, alma y mucho corazón en el Festival de Fuentes de Ebro. Hubo fuerza y unas ganas tremendas de las mujeres creadoras. Natalia Moreno, recogiendo el premio con su hijo, estuvo genial”. Aguilar recoge el testigo de la fotógrafa, y subraya: “Noche de mujeres el sábado, sin preparar, sin pensar, cosas que fluyen por su peso y sin necesidad de radiar a los cuatro vientos. Los premios los ganan quienes mejor trabajan, mujeres y hombres. También me emocionaron mucho los aplausos de los nominados a los ganadores. Y los tambores…, esos emocionan a todo el mundo. Anabel Alonso levitó con ellos y con Fuentes de Ebro”.
Ana Bruned, caracterizadora y maquilladora, recibió el premio al mejor maquillaje. “Fuentes es especial para mí por varios motivos. La trayectoria y la estructura: bien organizado y tiene categoría de maquillaje, que es lo que me atañe. Siempre me han dado igual los premios, pero por primera vez deseaba ganar un premio y recibir este ha sido especial. Y se han alegrado por mí y eso me hace muchísima ilusión”.
Retrato coral de los premiados, de quienes entregaron los premios y de los presentadores: Jesús Nadador, Sylvia Soláns y David Marqueta. / Javier Romeo.
El actor y guionista Luis Rabanaque, integrante de ‘Oregón Televisión’ entregó una cigüeña. “Para mí hubo varios momentos en la gala que fueron significativos. El acierto al contar con el actor Rafa Maza como conductor cómico (’¡Qué pavo!’), el emocionante momento de homenaje a Anabel Alonso (y en pantalla a Álvaro de Luna) o la entrega de una placa de reconocimiento al Festival y a su director José Antonio Aguilar por parte de la familia de José Couso. Me hace muy feliz también acudir a Fuentes porque es un punto de encuentro de amigos”, declara.
Rabanaque, famoso como Roque y otros personajes, añade algo más: “Para mí Fuentes es el éxito de las cosas hechas con cariño y amor. Por eso nos gusta tanto ir cada año, más allá de que recibamos, decidamos o demos premios. Se crea una corriente de felicidad en la que la competencia queda en un discreto segundo plano. Está todo cuidado con mimo, José Antonio nos hace sentir muy especiales a todos y cada uno de los que acudimos. Las galas son siempre emocionantes y este año ha sido tan especial con ese leitmotiv de cómicos españoles, con mi José Luis López Vázquez entre ellos”.
Jesús Bosqued, director de arte de numerosos proyectos y de las películas de Paula Ortiz, va por idéntico camino: “Llevo 3 años yendo (como jurado, para entregar un premio y como público) De las tres maneras me he sentido como en casa. Es una sensación personal de ver que hay mucho trabajo detrás, profesionalidad y, sobre todo, cercanía. Desde que entras en el Festival te sientes como en casa y te sabes que formas parte de algo. La calidad de los cortos es muy buena, el jurado es muy responsable y el público respetuoso. Un referente para todos los que hacen cine en Aragón”. Recibieron galardones, o los entregaron, los directores Ignacio Lasierra, Sergio Duce, Paula Ortiz, Ignacio Estaregui, Pilar Gutiérrez, Natalia Moreno, Verónica Saénz o Germán Roda, autor de ‘Los años del humo’, con guión suyo y de Ramón J. Campo; los actores Jorge Asín, Marisol Aznar o Alfonso Desentre; guionistas como José Manuel Herraiz; escritores como Miguel Mena, José Luis Melero; músicos como Ara Malikian; la vicerrectora Yolanda Polo; representantes políticos como Nacho Escuín, Cristina Palacín y Teresa Azcona. Y los responsables de otros festivales de cine: Zaragoza, La Almunia de Doña Godina, Bujaraloz...
El director, y ayudante de dirección de ’Miau’, Ignacio Lasierra valora así el Festival de Fuentes y su propia condición de ganador de cuatro premios: "Es difícil de explicar pero, en realidad, Fuentes transmite energía. Y los que hacemos cine bebemos de esa energía para impulsarnos hacia cada nueva película. Necesitamos la cercanía de los espectadores y Fuentes nos permite tener esa cercanía con el público. Por otro lado, uno va a Fuentes sabiendo que va a encontrarse con amigos y compañeros de profesión a los que hace tiempo que no ve. Como lugar de encuentro, el festival cumple un papel de lo más importante en nuestra comunidad". Lasierra, zaragocista hasta la médula, tiene un recuerdo para dos mujeres: "De todos los premios recibidos para ’La comulgante’ en esta edición de Fuentes de Ebro, hay uno que me hace especial ilusión. El que reconoce el enorme talento y esfuerzo de las dos productoras ejecutivas que han levantado junto a mí el cortometraje: Inés Laporta y Aurora Pinto. Ambas se han quitado horas de sueño por este cortometraje. Sin su trabajo, nunca hubiera tenido la oportunidad de dirigir un guion que me ha acompañado durante 8 años hasta que hemos conseguido rodarlo. Verlas en el escenario de Fuentes, recibiendo felices la cigüeña a la mejor dirección de producción, después de todo lo que sé que han sufrido por producir este cortometraje, compensa de sobra el último año y medio de trabajo que los tres hemos desarrollado en ’La comulgante’", agregó. Quedó claro, por otra parte, que "el cine romántico por excelencia es el de los cortometrajes".
Por alusiones, y con evidente pudor, José Antonio Aguilar se ‘defiende’: “Insisto. No sé si yo soy la persona más adecuada para responder, pero lo intento. Creo que fuimos los primeros en creer en las personas que querían hacer cine en Aragón y que todas, incluidos técnicos y otros profesionales más inadvertidos, todas son importantes. El respeto, el trato, el cariño, la emoción de emocionar, los abrazos, los besos, esas muestras de desbordar sentimientos creo que lo hemos logrado, eso es fácil para nosotros. Somos humildes, pequeños y buena gente, eso no se puede ocultar”.
En medio de este clima de cariño, respeto y alegría constante, y de reconocimiento a los oficios del cine y al talento aragonés (como dijo el cineasta y profesor Ángel Gonzalvo), alguien criticó que "los políticos no dejen que sea el galardonado quien cierra la gala". Eso sí, Miguel Mena recordó que en Fuentes de Ebro hay una paisaje espectacular, Rodén, ideal para cualquier rodaje, poco utilizado, que evoca la desolación de Belchite, e incluso se permitió sugerir un título: ‘El pensador de Rodén’.
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