Blogia
Antón Castro

Deportistas

DIÁLOGO CON ROSENDO TELLO

Esta entrevista se publica hoy en Heraldo de Aragón.

Rosendo Tello Aína (Letux, Zaragoza, 1931) sueña los poemas. Acaba de cumplir 87 años y redacta, con infinita paciencia, sus versos, transidos por la memoria, la música, la sensualidad y la pasión por el paisaje y sus ángeles. Publica ‘Apología simbólica del jardín’ (Gara d’Edi-zions), escrito con ese estilo lujoso, ebrio de imágenes y de plasticidad que le caracteriza. Rosendo Tello resume las claves de una lírica imaginativa que mereció en 2005 el Premio de las Letras Aragonesas. 

¿Como nació este poemario?

Mis últimos libros vienen a ser una explicación consciente de lo que en mi vida poética ha permanecido inconsciente en mis versos. Mi obra lírica finaliza con el libro ‘Consagración al alba’. Después afronté mi enfermedad y pude escribir tres libros: ‘El regreso a la fuente’, ‘Revelaciones del silencio’ y este, ‘Apología simbólica del jardín’. El primero terminaba un camino nómada por un desierto de la existencia hacia la fuente de un lugar ansiado. ‘Revelaciones del silencio’ regresaba lo que planteaba en mi primer libro, ‘Ese muro, ese silencio’, sobre todo el silencio que habla y no el que silencio que calla.

¿Y ahora? ¿Quería hacer un homenaje al jardín, a la poesía misma y a la música?

Apología simbólica del jardín’ es un libro en el que recuerdo a mi padre cuidando amorosamente su huerto llamado La Cerrada, ‘hortus conclusus’, como un jardín. El huerto de mi padre y el huerto de mi casa de Gurrea de Gállego se fusionan convirtiéndose en uno solo: jardín viviente por el que mi padre se pasea en sueños.

¿Ha querido hacer un libro unitario, como una sinfonía?

El libro se divide en cuatro parte relacionadas con el jardín interior, con la intimidad exterior de la existencia, con la poesía y con la música. Las cuatro partes han sido concebidas como una gran sinfonía musical.

¿Pensó en su jardín de la casa de Gurrea, casi un santuario, o en un jardín en abstracto?

El plano real era antes un huerto y ahora, melancólicamente, es un jardín. Está tratado de manera esencial y poética con las adherencias que conlleva. En otra parte del libro se podría pensar en un espacio físico y mental, cerrado en la lírica.

Hay un texto dirigido a un joven poeta. ¿Cuáles serían sus consejos, sugerencias o advertencias a los creadores líricos?

Ese es un poema con fondo real y personal, aplicable a un plano general. Espero que mis consejos y sugerencias sirvan a los que esperan ser creadores líricos. "No te distraigan ni la fama ni el brillo / ni los deseos de gloria; vendrán cuando / tengan que venir...", les digo.

Hay varios poemas de amor, uno específico dedicado a la amada. ¿Cuál ha sido la importancia del amor en su vida?

El amor y la amistad son constantes en mi vida y en mi poesía. Amor y amistad conjuran dos individualidades que se funden en la intimidad interior y perduran a través del tiempo.

Es conocida su pasión por Cernuda y Juan Gil-Albert, pero parece que aquí a veces dialoga con Juan Ramón Jiménez y con libros suyos como ‘Jardines lejanos’ o ‘Arias tristes’.

Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado fueron mis poetas desde mis quince años. Me dejaron una huella imborrable. Después llegaron otros poetas: la Generación del 27 con Guillén, Loca, Cernuda, etc. Luego, los poetas extranjeros, ingleses y alemanes, y entre ellos Rilke y John Keats han tenido mi predilección; de este último, pienso en su ‘Oda a un ruiseñor’. Juan Ramón Jiménez es un poeta excepcional, sin duda.

Ha aprendido a escribir, de nuevo, con la mano izquierda. ¿Ha cambiado eso su manera de componer poesía?

Desde luego, y gracias a mi silencio puedo hacerlo. A veces pienso que mi falta de comunicación con los demás ha sido determinante. La falta de comprensión te marca, la ausencia de interlocutores. Además, oigo menos, el cuerpo me responde mucho peor y mi alma lo siente. Y eso pasa de diferentes formas a mi escritura.

¿Ha encontrado una nueva voz el poeta que ha perdido la voz de trueno tras la enfermedad?

He hallado de otra manera la voz del silencio. He aprendido que necesito hablar, pensar y sentir a solas. El silencio no es el silencio corriente, sino un silencio vivo y sensual. A lo lejos se oye sonar la belleza en el silencio. Cuando uno sueña en la noche, siempre en la noche y no en el día, la belleza se percibe en el silencio mientras espero la llegada de sus imágenes.

Acaba de morir la escritora Ursula K. Le Guin y dice que el ritmo es esencial en la escritura. ¿Qué piensa usted?

Es un tema que me obsesiona y que siempre está ahí. He asimilado el ritmo de la poesía de mi pasión por la música, que es uno de los temas del libro, como algunos otros que siempre me obsesionan: la naturaleza, la hermosura y el pensamiento, que para mí ha de ser esencialmente poético.

 

*La foto es de José Miguel Marco.

UN CALENDARIO DE ATLETAS Y CENSURA

Por colgar este link, expulsado de Facebook 30 días... Nada menos.

http://culturainquieta.com/es/foto/item/13159-atletas-de-todo-el-mundo-se-desnudan-para-un-atrevido-calendario-benefico.html

Lo más gracioso es que la página de la fotógrafa se puede ver perfectamente en Facebook sin censura alguna. Lo más lógico también.

https://es-la.facebook.com/pg/dominikacudaphotography/posts/

 

Algunas fotos: 


-https://static.independent.co.uk/s3fs-public/styles/story_medium/public/thumbnails/image/2017/12/19/11/12-dominikacuda-sportcalendar-6102d.jpg

-https://data.whicdn.com/images/118273265/large.jpg

-http://www.coolhunters.pl/userfiles/image/content/dominika-cuda-i-jej-zdjecia-z-kalendarza-sportowego-2016_2857.jpg

 

*El estupendo trabajo de Dominika Cuda se puede seguir aquí:

www.dominikacuda.com



UN BLOQUEO DE 30 DÍAS DE FACEBOOK

 

Vuelvo de Madrid y recibo esta nota.
Se te impuso un bloqueo temporal y no puedes publicar

Este bloqueo temporal se extenderá por 30 días y no podrás publicar contenido en Facebook durante ese período. Si publicas nuevamente contenido que incumple nuestras normas, tu cuenta se bloqueará durante 30 días más.
Ten en cuenta que pueden inhabilitarse definitivamente las cuentas de las personas que reiteradamente realicen publicaciones que no se permiten en Facebook.
[Esta es la razón. Pecaminosa belleza en Facebook.]
http://culturainquieta.com/es/foto/item/13159-atletas-de-todo-el-mundo-se-desnudan-para-un-atrevido-calendario-benefico.html]

 

PERICO: DESDE EL RINCÓN DE LA VIDA

PERICO: DESDE EL RINCÓN DE LA VIDA

Pedro Fernández Castillejos (1952-2016), Perico, el doble campeón del mundo, encarna muy bien el destino de los boxeadores: salió de la nada, del orfelinato en Calatayud y en Zaragoza, alcanzó la fama, se aupó a la cima y finalmente inició su caída, que había alcanzado su estadio más triste en los últimos tiempos, cuando se quedó sin fonda y sin dinero, y hubo de refugiarse en un bar de alterne. Perico, tras dejar el boxeo y percibir que los caudales y los amigos desaparecían, siempre buscó un refugio: para pintar, para recordar su vida, para seguir. Y lo encontró en algunos amores, en lugares como el desaparecido Mangrullo, e incluso encontró otra forma de refugio en la música o en la literatura. Uno de los discos más bonitos de Enrique Bunbury, ‘Flamingo’, está dedicado a él y a su mundo, y se oye la voz de Héctor Quiroga que anuncia que Perico acaba de proclamarse campeón del mundo ante Furuyama. Alberto Maestro redactó su primera biografía; Mariano Gistaín y José Antonio Ciria realizaron una auténtica investigación hasta dar con su madre para ‘La vida en un puño’ (Ediciones del Valle, 1987). Juan Luis Saldaña y Octavio Gómez Milián le situaron en la esfera de la cultura pop: Perico grabó un disco, fue felicitado por Franco, pero además fue una criatura de la noche, que coincidía con los ‘zaraguayos’, en la vida alegre de la Zaragoza de los 80. Siempre le gustaron los toros: alterna la pintura abstracta, con la que paseó por algunos platós de España, con la pintura taurina, más bien esquemática. Vivir contra la memoria y el mito no es nada fácil: Perico, vulnerable y solo, era indomable y carne de leyenda.

 

EL ZARAGOZA VENCE AL FINAL

EL ZARAGOZA VENCE AL FINAL

CRÓNICAS / 1. Zaragoza-Huesca, 1-0. minuto 88. Casado.

 

El Real Zaragoza y la Sociedad Deportiva Huesca coinciden desde hace algún tiempo en Segunda División. Es un nuevo duelo: intenso, cada vez más impredecible, de estilos casi antagónicos. Y hoy, en la capital del Ebro, han vuelto a verse las caras. Anquela sigue al frente del Huesca, con Juanjo Camacho de capitán. Y Luis Milla es el nuevo míster del Real Zaragoza. Los blanquillos, además, han recuperado a Alberto Zapater, capitán, y Cani.

El partido se ha jugado bajo un calor casi infernal. No había más que ver, a los pocos minutos, que los futbolistas ya estaban empapados. El Huesca, ordenado y muy bien situado línea por línea, empezó mejor. Dominaba el balón, lo poseía más tiempo y tenía un plan. Los primeros quince minutos, tras el tanteo inicial, fueron suyos. Parecía que se jugaba en El Alcoraz. El Zaragoza se estancaba demasiado atrás y el balón se le escurría de las botas a los escasos segundos. Poco a poco, merced al trabajo de recuperación de Zapater, que se fue estirando y abandonó la sobreprotección de sus centrales, y a la inspiración de Lanzarote, el choque se volvía un poco más zaragocista y empezaron a forjarse varias situaciones de gol. Sergio Herrera estaba a un gran nivel: ha sido clave, en situaciones específicas, a un disparo de Xumetra y a las jugadas de Lanzarote, muy entonado.

Con todo, el Zaragoza era un bloque errático, sin muchas ideas, muy metido entre los suyos, prudente. Justo de determinación. Cani hacía poco y solo de vez en cuando administraba ese brillo distinguido con que adorna un partido; arriba Ángel peleaba y buscaba su instante. No llegaba pero sí se produjo una situación controvertida: Bambock, a quien le había sacado una primera tarjeta rigurosa, fue expulsado. Y todo daba a indicar que los blanquillos iban a llevarse el partido con claridad en la segunda mitad.

El Real Zaragoza desarrollaba un juego un tanto decepcionante. Sin ingenio, con escasos recursos y sin demasiado brío. Le faltaban un poco de aceleración, ritmo, fluidez en la circulación y manufactura sutil en la elaboración. Milla, que miraba al rival con mucho respeto, hizo algunos relevos: el de Muñoz por Xumetra, Fran entraba por Isaac, que buscaba la línea de fondo. Ni así. No había vértigo ni auténtica ambición, y el Huesca remató al larguero y se estiraba con Samu Saiz o Urko Vega o Aguilera. Los oscenses hacían a la perfección su trabajo: contenían atrás, estrangulaban el juego de creación; seguía en el campo sin demasiado brillo Erik Moran -¿no tiene el Real Zaragoza un jugador más incisivo y vertical cuando se juega en casa contra diez contrarios?- y sucedían pocas, muy pocas cosas. Hasta que un fallo de Nagore fue la ayuda inesperada de Milla y sus chicos. Marcó Casado, en el minuto 88. Y Anquela se quedó con un palmo de narices. Toda su estrategia, se desplomó en una segunda jugada infausta. El ángel de la suerte estaba del lado de Luis Milla.

El Zaragoza ganó más milagrosamente que nada. Y el Huesca sigue abonado a su mala suerte: le pasó el año pasado, le pasó hace unos días ante el Nástic y le ha pasado en este partido, donde había trabajado por el empate. Eso sí, victorias como éstas son decisivas para subir y también para pensar: Milla debe ser un hombre cauteloso que sabe que esto va para largo, para muy largo, y que no se sube a la cumbre tras el tercer partido. Por el momento, el Real Zaragoza comparte el liderato, con siete puntos, con el Levante y el Valladolid.

 

*En la foto de Toni Galán para Heraldo, Cani y Camacho.

JEAN BATTEN: LA REINA DEL AIRE

JEAN BATTEN: LA REINA DEL AIRE

LETRAS ESTIVALES.

 

Jean Batten o la Greta Garbo del aire

 

Historia de aviadora neozelandesa (1909-1982) que rivalizó con Amy Johnson y Amelia Earhart y murió en Mallorca en el olvido

 

JOHN NYE

Retrato firmado de Jean Batten en 1938, cuando publicó su primer libro. Ya era admirada y famosa.

 

 

Antón CASTRO

Jean Gardner Batten es uno de esos casos de mujeres célebres, invitadas a todas las fiestas y amadas por muchos pretendientes, que pasaron de coronar el azul del cielo a desplomarse en los abismos del olvido. Esta neozelandesa se convirtió en una de las reinas de la aviación de los años 30 y rivalizó con Amy Johnson (1903-1941) y con Amelia Earhart (1897-1937).

Jean nació en Rotorua (Nueva Zelanda, 1909) y se cuenta que su madre, Ellen, puso sobre su cuna un poco antes de nacer la hoja de un periódico que informaba de la gesta de Louis Blieliot, que cruzó el Canal de la Mancha. Estudió secretariado, ballet y música, porque quería ser pianista. Y quizá lo habría sido si no se hubieran cruzado en su infancia y juventud las aventuras de los exploradores del aire Charles Lindbergh o Charles Kingsford-Smith; este visitó su ciudad y la joven logró que la llevase en su avión, el Southern Cross. Tenía 18 años y ese paseo fue determinante. En complicidad con su madre, no tardaría en marcharse a Londres para convertirse en piloto. Se dice que vendió su piano para pagar el pasaje; a su padre, dentista, le idea le pareció descabellada.

Llegó a la ciudad del Támesis y en poco tiempo, Jean Batten aprobó los exámenes teóricos, pero le faltaban las horas de vuelo. Y, según sus biógrafos, pronto demostró su capacidad de persuasión. Enamorada de la moda, bella y persuasiva, consiguió que su novio Fred Truman costease su licencia; poco después, estableció relaciones con el comerciante de telas inglés Victor Doree, y le regaló una avioneta Gipsy Moth, con la que se jugó el tipo en varias ocasiones (se estrelló en Pakistán), pero siempre demostró arrojo, sensatez, conocimiento de mecánica y tuvo un poco de suerte. Al parecer, hizo tantas tentativas, y las promovió en los medios de comunicación, que cada vez que fallaba en sus vuelos, los diarios escribían con algo de sorna: “Inténtalo otra vez, Jean”. No cejó en ello y no tardó en convertirse en una mujer de primera plana por doble motivo: su inclinación a la seducción y por su osadía en la avioneta. En 1934 logró realizar un vuelo completo de Inglaterra a Australia en 14 días y 22 horas, superando a la propia Amy Johnson.

Dejó a su novio y consiguió que Lord Wakefield fuese el patrocinador de sus expediciones aéreas. En 1935, con una nueva avioneta, Percival Gull, un monoplaza de ala baja, voló desde Inglaterra a Brasil y al año siguiente coronó otro sueño: la ruta Inglaterra-Nueva Zelanda, la primera vez que se hacía, que le sirvió para reencontrarse con su país y para conocerlo mejor durante seis semanas. De todo ello dio cuenta en su primer libro, ‘Mi vida’ (1938). Para entonces ya era muy conocida, había sido galardonada y condecorada y la prensa estaba encantada con esa mujer de ojos claros, coqueta y distinguida. La habían bautizado como “la Greta Garbo de los cielos”. Se dice que por su afición a la ropa siempre llevaba el traje de aviadora y dos vestidos impecables para cualquier imprevisto social.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial, contactaron con ella para que colaborase con los aliados con su monoplaza, pero lo desestimó porque no aceptaron sus condiciones. Sí participó en tareas de propaganda y también dio charlas con el objeto de recoger dinero para la causa. Poco a poco, fue cayendo en el olvido.  En la inmediata posguerra, residió en Jamaica, varios años, y más tarde en Málaga, adonde llegó hacia 1966, y en Tenerife. En los años 70, tras la muerte de su madre, se instaló en Mallorca, “un lugar con sol”, tal como ella lo definió. Vivió, en Porto Pí, en la urbanización Vista Mar y en 1979 publicó una segunda autobiografía: ‘Alone in the sky’ (Sola en el cielo).

Falleció el 14 de noviembre de 1982, a consecuencia de una infección provocada por una mordedura de perro a la que no le había dado importancia. La llevaron a la morgue, se dio parte a la Embajada de Nueva Zelanda, pero nadie reclamó su cuerpo y sus restos mortales fueron depositados al cabo de 50 días en la fosa común. Algunos años después, periodistas ingleses y neozelandeses iniciaron sus pesquisas, y sería el historiador de su país Ian Mackersey, que intentaba redactar su biografía, quien lograse recomponer su historia al encontrar la noticia de su óbito en el registro. En el cementerio de Mallorca hay un relieve que la recuerda y desde 2009 cuenta con una calle en el barrio de La Bonanova. En el aeropuerto de Auckland, Nueva Zelanda, una terminal lleva su nombre y allí se conserva su avioneta Percival Gull, con la que surcó los cielos del aire desconocido que tanto le gustaban.

 

HA MUERTO JOHAN CRUYFF

HA MUERTO JOHAN CRUYFF

 

[Ha muerto Johan Cruyff (1947-2016), uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos. Podría ser 'el holandés volador' (en recuerdo de un gol que le marcó a Miguel Reina), el jinete eléctrico, por su forma de jugar, marcada por la versatilidad, los cambios de ritmo, el cambio constante de posiciones y su visión...Y también fue 'el hombre orquesta' allá donde estuvo: en el Ajax, en el Barcelona, en el Feyenoord o, por supuesto, en la gran selección holandesa de los 70, aquella de: Jongbloed; Suurbier, Haan, Rijsbergen, Krol; Jenssen, Neeskens, Van Hanegem; Rep, Cruyff y Rensenbrink. Cruyff encarnó como futbolista y como entreñador eso que bien podría llamarse "el fútbol de autor" o "el fútbol como una de las bellas artes". Hace algún tiempo escribí este texto sobre él.]

 

CRUYFF, EL HOMBRE ORQUESTA

El fútbol moderno nació con Johann Cruyff. Más que con Pelé o con Di Stefano, que fue su precursor. Encarnó al futbolista dinámico e imparable que no se acomodaba a ninguna posición. Todo le iba bien: entraba por el centro, por la derecha, por la izquierda, era como una flecha de vértigo en el contragolpe, el director de música y el ejecutante de la sinfonía de un partido. Al principio, aunque le habían visto limpiar las botas, recoger las pelotas y colocar los banderines, desconfiaban de su físico enclenque, pero a menudo la gente se agolpaba en los campos o en el descampado para verle controlar el cuero.

Era filoso como un abeto sin ramas. Lo hicieron debutar en el Ajax, y pronto lo convirtió en el mejor conjunto de Europa y del mundo, y desarrolló una sociedad pública de espectáculo basada en “el desorden organizado”. Con el Ajax ganó tres Copas de Europa consecutivas, en 1971, 1972 y 1973.

En 1974, el mundo quedó estupefacto ante Holanda: todos atacaban y todos defendían, y Cruyff, que golpeaba como nadie con el efecto exterior y que cambiaba de ritmo y aceleraba como si tuviese un mecano en las piernas y en el corazón, fue el artífice, el mago, el estilete. Poseía talento, sed de triunfo, carisma y una visión del fútbol incomparable: Cruyff, acaso más que Alfredo Di Stefano incluso, jugaba y hacía jugar. Y aquella Holanda que estremeció el mundo fue bautizada como “la naranja mecánica”: practicaba el fútbol total. Atacaban todos, defendían todos, había un constante intercambio de posiciones. Los holandeses perdieron la final ante Alemania, aquel día en que a Cruyff le hicieron un penalti a los 50 segundos. Los holandeses eran los chicos modernos del fútbol, fumaban tabaco y tomaban algunas drogas, bebían lo suyo y se divertían con mujeres en las piscinas del hotel. Y eso hicieron la víspera de la final. Perdieron. Salieron las fotos del escándalo en la prensa. Y Cruyff le prometió a su mujer que nunca volvería a la selección de Holanda. Cuatro años después, los holandeses jugaron la final ante Argentina y también cedieron ante el equipo de Kempes. Cruyff ya no jugó.

Estuvo en el Ajax, en el Barcelona, en el Levante, en el Feyenoord. Y creó el ‘Dream Team’ del Barcelona: cuatro Ligas consecutivas, la primera Copa de Europa, y una forma de jugar basada en la posesión, en la velocidad y en la precisión de los rondos. Solía decir: “Salid al campo y divertíos”.

 

 

UZCUDUN Y GAZTAÑAGA: EL DESTINO TRÁGICO DE DOS PÚGILES

Hay quien considera que el boxeo no es deporte, pero durante años ha sido una actividad física que seducía más que ninguna otra: más que el fútbol incluso o las carreras. Y en algunos países de modo desbordado: pensemos en Estados Unidos. Allí, durante décadas, el campeón de los pesos pesados tenía mayor poder que el presidente. Ahí están casos como los de Joe Louis, ‘el Bombardero de Detroit’, Rocky Marciano o, sobre todo, Cassius Marcellus Clay, el célebre Muhamad Alí.

Una parte importante de la historia de España del siglo XX podría contarte a través de sus púgiles (Ara y Alís, Folledo y Galiana, Velázquez y Carrasco, Perico y Tony Ortiz...), como acaba de hacer Joxemari Iturralde (Tolosa, 1952) en ‘Golpes de gracia’ (Malpaso), una novela, un reportaje o una crónica novelada que tiene como protagonistas a Isidro Gaztañaga, que se hará famoso como Isidoro Gaztañazaga o Izzy Gaztañaga, y a Paulino Uzcudun, que fue tres veces campeón de Europa y que se batió con los grandes púgiles de su tiempo: el gigantón y carnicero Max Baer, pelea que glosó Bernardo Atxaga, el italo argentino Primo Carnera, Max Schmelling (se pelearon varias veces y se zurraron de lo lindo y siempre mandó el alemán que odiaba a Hitler) y Joe Louis. Este, pletórico y afianzándose día tras día como el nuevo héroe de América, le propinó una soberana paliza. Pero esa es otra historia, y tampoco parece importarle mucho a Joxemari Iturralde, a quien, según ha confesado, no le apasiona el boxeo.

¿Por qué escribió este libro, breve, intenso, de muchos diálogos, cuyos capítulos se titulan como las amantes que Gaztañaga y Uzcudun tuvieron? Al autor le habían contado tantas historias de uno y de otro que le resultaba fascinante su aventura. Y lo es: fascinante, compleja, suicida e incomprensible. Y, como dice Ignacio Martínez de Pisón en el prólogo, es una historia que se inclina hacia el fracaso. Hacia el vértigo de la nada.

Uzcudun y Gaztañaga eran casi vecinos. Nacieron a diez kilómetros de distancia. Y los dos leñadores. Aizkolaris. Uzcudun había nacido en Errezil en 1899; Gaztañaga en Ibarra, en 1905. De formas muy diferentes demostraron su fortaleza. Paulino Uzcudun se iría a París, aprendería a boxear, debutaría a los 23 años y poco a poco, con sufrimiento, gran capacidad de encaje y buena pegada, empezaría su escalada. Un día descubrió que por un combate podía lograr 2.000 pesetas (doce euros de hoy).

El aprendizaje de la seducción

Gaztañaga lo seguirá a París, se conocerán y vivirán buenos momentos juntos. Ambos, amaban las mujeres, y eso quiere decir que no perdían ocasión para tener sexo, saltar a camas ajenas, divertirse como salvajes, conquistar mujeres casadas y ricas, entenderse con actrices -entre ellas en el libro, más o menos, se entrevén Lupe Vélez, de vida infausta, Dolores del Río, compañera de Orson Welles un tiempo, Clara Bow…-, pero también con cocineras, con prostitutas. O a veces mantenían historias románticas con la primera novia del pueblo que seguía esperando. Si había que mantener a dos enamoradas a la vez, lo hacían.

De esta forma de vida y de otras afinidades, se acrecentó una gran amistad. Es una parte importante del libro: ver cómo se fragua la complicidad, el cariño, cómo comparten los sueños. Y el gran sueño, además de grandes noches de amor y parranda, madrugadas etílicas y de grandes comilonas (aquí son importantes los clubes gastronómicas y alguna cocinera), el gran sueño era el título de campeón de los pesados de Europa o del mundo.

El que estuvo más cerca de lograrlo fue Uzcudun , que también parecía el más fanfarrón, el más ufano de sus hazañas. Un día en Nueva York, tras una victoria trabajada, como casi todas las suyas, surgió la enemistad, algo que también era muy importante en el boxeo. El odio entre los rivales azuza al público y los promotores empezaron a soñar con una pelea entre ellos. Si Uzcudun era poderoso con sus puños, primitivo e incontenible, Gaztañaga no le iba a la zaga: decían que con su mano izquierda, que le sirvió para ganar muchas peleas, podía romper el puente de Brooklyn. La prensa agudizó su rivalidad, y algunas infaustas declaraciones hicieron que naciera el odio. O tal vez la indiferencia y el desprecio.

Joxemari Iturralde no repara demasiado en los combates. Da pequeños datos, recuerda veredictos, explica parrandas y cabezonerías. La insolencia del abatido. Y certifica que nunca llegaron a enfrentarse.

La pelea de la Guerra Civil

Paulino Uzcudun fue republicano, pero cuando estalló la Guerra Civil se pasó a la Falange y protagonizó varios momentos sórdidos, confusos y un tanto raros: el más anómalo fue la tentativa de salvar a José Antonio Primo de Rivera, algo que fue prácticamente radiado y que acabó mal. En su deambular por el frente, estuvo en Zaragoza y en San Juan de Mozarrifar. Gaztañaga se sentía republicano y, ante la actitud de su examigo, mucho más. Estaba por Estados Unidos, por Latinoamérica, seguía viviendo a la desesperada: entre el alcohol, los combates, ya sin entusiasmo y mal entrenado, ganando sin brillo o perdiendo con indignidad, y las mujeres. Las mujeres casadas seguían siendo su debilidad y en la frontera entre Colombia y Argentina, en una noche en que pensó que iba a poder defenderse a mamporrazos, recibió varios balazos de un marido celoso., que siempre se arrepentiría.

Contaba 38 años. Gaztañaga tenía algo de tipo simpático, diría luego el homicida. ‘Golpes de gracia’ habla de la amistad traicionada, de los sueños rotos, de la indolencia, de la enemistad y , en el fondo, de las dos Españas.

 

-’Golpes de gracia’. Joxemaria Iturralde. Malpaso. Barcelona, 2016.

*La foto de Paulino Uzcudun la tomo de aquí.

http://estaticos03.marca.com/blogs/ni-mas-ni-menos/imagenes_posts/2014/04/25/99232_570x770.jpg

** La de Gaztañaga de aquí: 

https://1.bp.blogspot.com/-t2zZbWWyo8Y/UOMVa7hq8RI/AAAAAAAAB4o/3tcKf1VmQMU/s1600/1935+antes+de+pelea+con+Loe+Louis.jpg