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Antón Castro

PEPE MELERO, ORO PARA LAS PEÑAS ZARAGOCISTAS

PEPE MELERO, ORO PARA LAS PEÑAS ZARAGOCISTAS

PEPE MELERO RECIBE LA MEDALLA DE ORO DE LAS PEÑAS DEL REAL ZARAGOZA

 

José Luis Melero Rivas, Pepe Melero para los amigos, es consejero del Real Zaragoza desde hace dos años. Y en ese tiempo se ha destacado por difundir aquí y allá, incluso en los malos momentos, el orgullo que siente por su club, el amor hacia los colores, una forma de juego, una trayectoria de momentos inolvidables y de nueve títulos. Ha estado en un sinfín de peñas, ha hablado con inmenso cariño, casi como un profeta que se no se resigna ni al desierto ni al silencio y se enerva en la arenga. Muy pronto se convirtió en el consejero de peñas: se inauguraba una peña, se celebraba un  acto, se reclamaba presencia institucional y allí, con el presidente Eduardo Bandrés y con los jugadores (Zapater casi siempre, Zapater como buque insignia indesmayable), allí estaba él con su verbo inflamado y sus fogonazos de humor. El último fue decir, o más bien repetir, que el día más importante de su vida fue el 10 de mayo de 1995 en París, lo cual le había costado el reproche de su mujer, Yolanda Polo, y varios amagos de divorcio. Ese día es más importante que el día de su boda, del nacimiento de sus hijos... Lo dijo tan teatralmente que la gente se tronchaba.

 

Por todo eso, la Federación de Peñas del Real Zaragoza le ha concedido la medalla de oro, y le será entregada mañana en Caminreal, en un acto que tendrá el sabor de la emoción, de los cánticos zaragocistas y de la esperanza del retorno inmediato a Primera División. Pepe, sabio de letras y un centón de anécdotas, bibliófilo infinito e ilustrado de jotas, ha querido corresponder: ha llamado a su amigo Vicente Olivares, el gran jotero, para que cante, para que ronde, para que hinche en el viento la voz de la pasión por el Real Zaragoza. Y quizá, al unísono, tras alguna jota de picadillo, se atrevan a gritar aquello de lo que tan precisado está el equipo de Marcelino García Torcal: “…a ganar, a ganar, a ganar”.

 

Pepe Melero, incluso cuando el equipo se tambalea instantáneamente como ahora, siempre gana: recoge vientos de cariño y recoge tempestades de afecto, de respeto y de ilusión.

*En la foto, en el estadio de La Romareda, Pepe Melero posa con el joven forofo y jinete Guillermo Juan. La foto está tomada por el escritor y pedagogo Víctor Juan Borroy.

 

8 comentarios

may -

Pepe, el bueno y gran Pepe, merece también la medalla una valor y al sufrimiento. Es, con mucho, el mejor de esa Junta, que los dioses iluminen...

"Una medalla las Peñas
le han dado a Pepe Melero.
Otras deberían darle
al valor y al sufrimiento..."

Abrazos enormes.

ana a. -

Felicidades a Pepe. Besicos.

Entrenomadas -

No soy futbolera, sigo sin entender la gracia que tiene el ir detrás de una pelota, pero creo que Melero es un tipo estupendo, culto y generador de buen rollo. Todo un lujo tenerlo como consejero para los que aman ese deporte. Tampoco me van mucho eso de las medallas, pero, si alguien se las merece en ese inhóspito mundo en el que se convierte a veces el fútbol, ése es Melero.

Felicidades y un beso,

Marta

Dálmata -

Cuella, no me toques los cojones

Víctor -

Felicidades y gracias por sembrar zaragocismo y por hacer país en los tiempos difíciles, cuando es más necesario, cuando algunos arrían banderas.

Cruella -

No es bueno ser tan forofo. El bueno de Pepe, aparte de gafe para el Real Zaragoza, es perjudicial por provocar rechazo en quien no sea tan forofo como él.

Chesús -

¡¡¡Enhorabuena, Pepe!!!
En un año triste y doloroso que pronto olvidaremos, pocas cosas podemos rescatar. Las Peñas han acertado premiando la fe, la pasión y la entrega a los colores de Pepe Melero.
Bravo, a seguir así.
Un fuerte abrazo,
Chesús

Santiago -

Felicidades al Gran Melero.
Le acompañé a la Peña de mi pueblo (Mallén) en un momento difícil para el Real Zaragoza y le advertí lo brutos que somos en el Oeste de Aragón, que allí nadie tiene pelos en la lengua.
Pepe, como siempre, se metió al público en el bolsillo.
Lo más divertido es que muchos vinieron a felicitarme por "el hermoso discurso que le había preparado". No creían que un directivo de fútbol fuera capaz de escribir y de ser tan elegante (decían).
No intenté sacarles de su error, es inútil, sólo les contesté con convicción absoluta: No hay más dios que El Zaragoza y Melero es su profeta.
Eso lo entendieron perfectamente, porque en Mallén somos brutos, pero no tontos.