EL GARRAPINILLOS JUVENIL VENCIÓ EN MOVERA 2-5
Nos había dolido la derrota del pasado fin de semana en Pina de Ebro. No tanto por el resultado final en sí, abultado e indiscutible, sino por la forma: por el comportamiento errático del conjunto, que había fallado en todas sus líneas. Si en la zaga había operado como un auténtico coladero, la delantera se caracterizó por su inoperancia en la segunda parte.
Hoy hemos ido a Movera con el deseo de resarcirnos. Y lo logramos. El Garrapinillos venció por 2-5, merced, en primer lugar, a una sólida labor de contención y de marcaje a la delantera rival, y al mejor tono general de casi todos. Mario Calvera hizo el mejor de todos sus partidos, y sentenció el resultado con un impecable gol de falta directa. Había intentado otras dos: un, por abajo, le rebotó en la barrera; otra se le escapó por unos centímetros, y la última fue impecble: el balón, bellamente tocado con efecto, se coló cerca de la escuadra a la izquierda del portero. El gol acabó con la leve incertidumbre en que vivíamos tras el segundo gol del Movera.
El campo está muy bien. Cortado, mullido, suave, ideal para el buen fútbol. Los chicos me dijeron que en algún lugar se hundía. El Garrapinillos formó de salida con Gayoso; Diego Cali, Marcos, Alfredo, Aitor; Mario Calvera, Diego Rodríguez; Alex Velilla, Jorge Rodríguez, Adrián Serna; y Pirri. Recuperábamos a dos jugadores claves: Marcos, atrás, que estuvo inmenso a pesar de su dolor de garganta y de su tenso catarro, y Pirri, que marcó un gol, pero debió lograr cuatro con claridad. En la reserva, estuvieron Juan, Alex Navarro, Alex Fernández, Jaime y Miguel. Jugaron todos, y Alex Fernández –que está un pelín errático, descentrado, como si estuviera en otro sitio o con la cabeza presta al despiste- marcó el cuarto gol de un tanto de derecha.
El comportamiento fue bueno en todas las líneas. A los quince minutos, ya habíamos marcado el primer tanto. Al final, marcaron: Serna, Pirri, Jorge Rodríguez, Alex Fernández y Mario. Acabamos la primera parte con 0-3, y muchas ocasiones, e instantes de buen juego. En esta ocasión, Jorge alternó el puesto de extremo izquierdo con Adrián: dio un clarísimo pase de gol y marcó el tercer tanto.
Hubo síntomas esperanzadores: los laterales Cali y Aitor estuvieron bien, fueron a más a medida que avanzaba el partido. A los dos les cuesta mucho defender, pero lo intentaron hacer. Aitor golpea muy bien de zurda y quizá le falte algo de iniciativa y de rapidez, pero hoy no se le puede reprochar casi nada. Cali, nuestro Diego el portugués, se fue entonando, y mejoró en concentración, aspecto que se suma a su empuje de siempre. Mario Calvera realizó el mejor partido de los que ha jugado hasta ahora: con más presencia, algo más rápido, con mejor tono y más ambicioso. Se atrevió a hacer más cosas, y las hizo. Diego y Jorge trabajaron mucho, como casi siempre, y en esta ocasión a Jorge lo acompañó la fortuna de un gol de astucia. En la segunda parte dejó su sitio a Alex Navarro. Los cambios iniciales fueron Miguel por Alex Velilla, y Alex Fernández por Adrián, que hoy sí acabó roto. Cali dejó su sitio a Jaime.
Arriba Pirri realizó un partido especial. Tuvo muchas ocasiones de gol, pero unas veces por confiarse, otras por precipitación o por falta de puntería, no logró marcar, más que un tanto. Le he dicho que este año marcará 20 goles, y hoy, desde luego, tuvo ocasiones para empezar a darme la razón. Debió acabar con cuatro.
El Garrapinillos ha jugado un buen partido, se debilitó algo con algunos cambios, pero tenemos 16 jugadores e intentamos que jueguen todos. Y poco a poco los que están saliendo más de suplentes tendrán su oportunidad de titulares.
PD. Como detalle simpático, en el descanso se me acercó el joven árbitro y me dijo: “Eh, entrenador, ¿de dónde eres tú?”. Luego me dijo que me había oído hablar y que había pensado: “Este no es de Garrapinillos. Este es un paisano.” Hablamos al final y supe que era de Muros, en A Coruña, en La Costa de la Muerte. Que es ingeniero técnico, que vino para el Pilar pasado, como el protagonista de mi cuento “El enamorado de Zaragoza” (que sale estos días en mi libro de relatos “Fotografías veladas”, Xordica), y que se ha quedado aquí a trabajar en una empresa. Compagina el fútbol con su trabajo.
1 comentario
Barreiros -
un saludo.