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Antón Castro

SÁNCHEZ VALLÉS Y 'EL JUGLAR DEL LANGUEDOC'

SÁNCHEZ VALLÉS Y 'EL JUGLAR DEL LANGUEDOC'

Afirmaba Joaquín Sánchez Vallés en la presentación en Madrid de su última novela: “El juglar de Languedoc (Ediciones Irreverentes), que transcurre a comienzos del S.XIII, se sitúa históricamente en el tiempo en el que nace el amor cortés, que es un amor feudal. Hasta entonces, el amor era algo físico, no se concebía el amor espiritual como ahora se puede entender, y los juglares y trovadores convierten a la mujer en objeto de adoración. Trasladan el respeto de la época por el señor feudal, a la mujer, a la que convierten en un ser superior al que rinden vasallaje.”

            En ese contexto se mueven el juglar y el trovador protagonistas de esta novela histórica que se desarrolla en plena herejía cátara, en el territorio del Languedoc, entre Toulouse y Marsella, en plena guerra de los señores feudales y de la Iglesia Católica contra el Sur refinado y culto, que acabará con las hogueras del Santo Oficio y la muerte de miles de cátaros.”

            Sánchez Vallés respondió a los medios sobre lo que hubiera podido suceder con España de ser otro el resultado de la batalla de Muret: “Los señores del Languedoc eran vasallos de la Corona de Aragón. Pedro II, hijo de Alfonso II, se casó precisamente con María de Montpellier con la voluntad de extender sus territorios por el sur de Francia. El deseo de la Corona de Aragón era extenderse por el Languedoc y una vez reunidos los terrenos de Aragón con el Languedoc, dar por concluida la extensión territorial y hacer un país. Pero la derrota de Pedro II en Muret, que además le costó la vida, hizo que su hijo Jaime I, se decidiera por emprender la conquista de Valencia y Mallorca. Si Aragón se hubiera anexionado aquellos territorios del sur de Francia, sin duda el mapa de Europa, y por lo tanto el concepto de España, sería muy distinto.”

            Llama poderosamente la atención el modo en que aparece la prostitución en la novela, ya que según el autor, “no era la prostitución una práctica tan mal vista como ahora, sin duda por nuestra tradición romana. La imagen de la prostitución fue ensuciada por la Iglesia católica en la Edad Media, pero estamos hablando del sur de Francia, refinado, culto, abierto, tierra de paso, y en una época donde el amor sentimental estaba naciendo. Antes el amor era algo carnal. Una de las protagonistas es prostituta y a nadie le extraña, y cuando tiene necesidad de ayuda en el negocio, echa mano de su prima. Y nadie se escandaliza. Cualquiera debe saber que todos los ejércitos, al hacer un sitio de cualquier ciudad, iban acompañados de las suficientes putas para satisfacer a los soldados. La prostitución era tenida como algo normal y necesario.”

            Esta novela es un canto a la derrota, en tiempos en los que sólo los vencedores merecen atención; “los protagonistas son todos derrotados, los cátaros muertos a manos de la Iglesia Católica; Pedro II de Aragón muerto en Muret; la Corona de Aragón sin el Languedoc; el Languedoc perdiendo su riqueza cultural, artística, su brillante modo de vida para beneficio de la Iglesia y de los nobles del norte; y el juglar y el trovador siempre sin fortuna. Si lo pensamos bien, aquel tiempo es como ahora. Nada ha cambiado.”

 

Joaquín Sánchez Vallés (Huesca, 1953). Licenciado en Filología Románica, es profesor de Lengua y Literatura en el instituto “Félix de Azara” de Zaragoza. Ha publicado dos novelas: La ciudad junto al río, que resultó finalista del Premio “Azorín” (Ed. Aguaclara. Alicante. 1990), y La costa de las perlas, Premio “Francisco Ayala” (Universidad Popular. San Sebastián de los Reyes. 1997). Su más reciente incursión en la prosa es un libro de relatos: “El hombre-lobo de Huesca” (Ed. Certeza. Zaragoza. 2008).

 

*Nota remitida por la editorial Ediciones Irreverentes. Hace unos días, en ‘Artes & Letras’ de Heraldo de Aragón, Ramón Acín publicó un extenso comentario sobre la novela de Joaquín Sánchez Vallés, también un estupendo poeta. Por cierto, esta novela se mueve en el lugar y los espacios históricos en que se mueve otra ambiciosa novela: El Rey Conquistador. La crónica oculta de Jaime I (Edhasa) de José Damián Dieste y Ángel Delgado.

 

2 comentarios

Niggerman -

Pocas veces se habla de este escritor en su faceta narrativa. Es muy, pero muy recomendable.

Cristina Lartitegui -

la rueda de la fortuna debería pues girar