ANA MARÍA NAVALES, SOBRE 'MUJERES DE PALABRA' / 3
En 2006, en la editorial Sial, Ana María Navales, publicó ’Mujeres de palabra: de Virginia Woolf a Nadine Gordimer’. Ésta fue la entrevisté que publiqué sobre este libro. Las respuestas fueron algo más largas, pero no las encuentro. Así apareció en 'Heraldo de Aragón'. Esta fotografía de su admirada Virginia Woolf está fechada en 1902. Virginia estuvo de luna de miel en Zaragoza, un episodio que Ana María Navales narró en varias ocasiones.
1-La escritura de mujer es uno de sus temas más queridos. De entrada, ¿existe alguna diferencia importante entre la escritura de la mujer y la de hombre?
-La escritura es un hecho individual o, al menos, la creativa tiene que serlo, si no carecería de todo interés literario. Así que esa diferencia tiene la importancia que se derive de la originalidad propia del escritor, sea hombre o mujer.
2.-En el prólogo se insiste en que la mujer busca “lo más profundo del ser”, o también “la naturaleza de la mente humana”, como decía Brenan de Virginia Woolf. ¿Podría hablarse de eso que se ha dado en llamar una mirada de mujer?
- No tanto de la mujer sino de la mirada de Virginia Wolf en concreto, después de que se despegara de la novela tradicional cuando advirtió que no le interesaban las acciones, el mundo externo, sino “el ser” íntimo de los personajes y supo que el pensamiento es simultáneo y el lenguaje sucesivo.
3.- Por lo general, todas las mujeres a las que estudia en “Mujeres de palabra” se debaten entre el deseo de emancipación, el dolor y una incapacidad para asumir su condición, para situarse en la sociedad en que viven…
--Ese es el destino de casi todo ser humano, acentuado en el caso de la mujer que aspira a ser independiente, libre y sacar a flote su verdadera personalidad.
4.- Virginia Wolf es un personaje complejo y casi un paradigma de desdicha. ¿Qué cree que la impulsó al suicidio?
-No pudo luchar contra una nueva depresión. Perdió las palabras. ¿Quién lo sabe?
5.-Cuentas su visita a Zaragoza, en un segundo viaje a España, cuando tenía 30 años. Y habla de lluvia y de truenos. ¿Qué significado tiene esa visita?
-Estaba de paso en su viaje de luna de miel por España, que también transcurrió por Inglaterra. Quizá la tormenta real fue una metáfora de la tormenta interior que sería, en más de una ocasión, su matrimonio.
6.-Jean Rhys parece convertirse en escritora a su pesar y además estaba siempre rodeada de gente y siempre sola. ¿Cómo se explican tantas paradojas?
-Eligió la escritura como medio de vida porque había escritores en su círculo de amistades y además tenía talento para ello. No es difícil sentirse solo entre mucha gente, sobre todo si se tiene una personalidad compleja.
7.-Djuna Barnes asume una frase de Peggy Guggenheim: “Me desvivía por los artistas; lo peor del caso es que los detestaba”. ¿No hay ahí, implícita, una semilla de desdicha ya?
-Y ¿quién es verdaderamente feliz?
8.-El caso de esta autora norteamericana es paradójico: su padre era promiscuo, su abuela pudo inclinarla al sexo incestuoso y fue casi violada con consentimiento paterno. ¿Qué relación existe entre la biografía y la escritura?
- No sólo Djuna sino, en general, todas las escritoras de las que me ocupo en “Mujeres de palabra” no se sintieron cómodas en su condición personal y social. Son mujeres inconformistas y la escritura en ellas es el reflejo de sus vidas. Es este inconformismo el que las une en el libro y por eso han sido elegidas y sobre todo porque representan una forma de estar en la vida y en la literatura con la que en muchos casos me identifico.
9.-Anaïs Nin fue un ejemplo de independencia y rebeldía: fue la escritora de la propia sexualidad, y sin embargo no logró que el éxito le aliviase del vacío.
-Y ¿qué es el éxito? Ya dijo Borges que la gloria-que sería un éxito con mayúsculas-es una forma del olvido.
10.-Analiza usted varios casos de parejas: pienso en Silvia Plath y Ted Hughes, Iris Murdoch y John Bayley, Carrington y Stracchey. ¿Pueden establecerse algunas consecuencias generales de dependencia, de protección, de rivalidad?
-De dependencia en Silvia Plath, de protección en Iris Murdoch, principalmente en sus últimos años cuando enfermó de alzheimer, de amor por encima de lo humano en Carrington. Nunca de rivalidad.
11.-La “chica lista” Dorothy Parker fue incapaz de hallar un instante de paz. ¿Cómo debemos entender su situación, su acidez, su infelicidad?
-Como un intento de superar con sentido del humor, negro, con ironía y talento la desgracia. Ella quería ser otro Hemingway. No lo consiguió. Desafió al mundo y se atormentó a sí misma. Suya es la frase “¡Díos mío, no permitas nunca que escriba como una mujer!”
12.-Nadine Gordimer, a la postre, parece la única mujer feliz. Es como si el compromiso le mitigase el dolor propio, esa inclinación a la autodestrucción de las demás…
12.-Acaso esta sea la verdadera “chica lista”, aunque ha tenido que superar problemas personales, como todos. Desde el exterior da la imagen de una mujer serena que vive en una casa agradable con jardín y perro. Pero tal vez no sea así...
2 comentarios
Niggerman -
ramon Z -
la disfrutaré
no se irá