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Antón Castro

VICTORIA DEL GARRAPINILLOS ANTE EL SALVADOR 3-1

VICTORIA DEL GARRAPINILLOS ANTE EL SALVADOR 3-1

En la primera vuelta de la Liga de Juveniles, de Segunda, el Garrapinillos había ganado nueve partidos consecutivos. Y, aupado a la segunda posición, a un par de puntos del líder, Marianistas, se enfrentaba a El Salvador en su campo. El primer tiempo transcurrió más bien anodino, al menos para nosotros: ellos jugaron mejor, dominaron algo más, aunque nosotros tuvimos ocasiones claras también. Terminamos cero a cero en el primer tiempo; en la segunda, durante muchos minutos, no hubo demasiadas novedades: inicialmente volvió a dominar El Salvador, durante quince o veinte minutos el Garrapinillos mandó y se puso por delante, 0-1, falló al menos tres ocasiones claras para ensanchar el resultado, y finalmente cayó, tras varios errores defensivos, por 3-1. Jamás pensé que íbamos a perder aquel choque. El Salvador ganó bien, merced a sus aciertos y, sobre todo, a nuestros errores defensivos, incluido un penalti, y a nuestros fallo en ataques: fallaron clarísimas ocasiones Pirri y Diego, entre otros.

 

Esta tarde, bajo un sol de justicia, nos enfrentábamos a El Salvador de nuevo. Yo tenía muchas ganas de vencer. Esa es la verdad. Después de los últimos fracasos –Escalerillas y Juventud-, intentamos darle solidez al centro del campo: queríamos un equipo que defendiese muy arriba, con dos hombres, y que dominase el centro con cuatro mediocampistas en línea. Hicimos algún cambio: Aitor jugó de interior izquierdo clásico, Adrián se volcó hacia la derecha, y arriba trabajaban Jorge y Pirri, que marcaría su tanto 26. Formamos así: Stalin; Jaime, Marcos, Alfredo, Alex Velilla; Adrián Serna, Diego Cali, Mario, Aitor; Pirri y Jorge Rodríguez. Jugaron también Alex Fernández, Miguel Garcés, Alex Navarro y Diego Rodríguez, que jugó apenas diez minutos después de su rotura de peroné. Estuvo bien: oportunista, peleón, incontenible como él es: estuvo a punto de marcar en dos ocasiones.

 El Salvador apareció en el campo con los jugadores justos, y eso también lo notó. Al Garrapinillos, cuyos jugadores habían estado de parranda hasta deshoras en Casetas, no le sobraba nada. Eso sí, intentamos jugar con mucho orden, con cada jugador en su sitio, presionando arriba y controlando en el centro. En la primera parte, marcamos dos goles, Pirri y Diego Cali; apuntillamos en la tercera con un tanto de Miguel, que entró por la derecha en la segunda parte, en lugar de Adrián Serna.

 

El Garrapinillos jugó un buen partido. Más sobrio y solvente que brillante. Tomó siempre la iniciativa y fue a por la victoria. El equipo respondió bien en todas sus líneas; estuvo concentrado en defensa, por arriba y por abajo, los centrales salieron con garantías a apoyar a sus laterales y estuvieron siempre prestos al cruce y al combate. Los medios -especialmente Diego Cali, que peleó sin ahorrar esfuerzo- complieron estupendamente, incluso Adrián Serna, que se estiró muy hacia la vanguardia del ataque y falló, por precipitación, dos ocasiones clarísimas. Solo aguantó un tiempo. Jorge Rodríguez jugó uno de sus mejores partidos: disfrutó, condujo hacia arriba, sirvió a sus compañeros y acarició el gol en varias ocasiones, y además se lució (se recreó) con regates lujosos en distintos ángulos del campo; fue castigado severamente por los rivales con zancadillas, empujones y algunas patadas de diversa índole. Por eso, para protegerlo un poco, fue cambiado por su hermano Diego. Y Pirri, como siempre: es un axioma de este conjunto: marcó su gol y ensancha su cuenta goleadora. Lleva 26 tantos. Siempre le recuerdo el día que le anuncié que iba a jugar de ariete (antes lo hacía de lateral izquierdo) y que iba a marcar de una veintena de goles. Me dijo: “Que no Antón, que no, que fallo mucho ahí arriba”.

 

Ahora vamos a intentar que el equipo esté lo más arriba posible, entre los cinco primeros sería estupendo, y que Pirri alcance los 30 goles.

 

Después de nuestro choque seguimos el del Real Zaragoza. Después del temprano gol de Ander Herrera, nos las prometíamos felices: todo iba ser y cantar. Nada más lejos. 1-1, y sigue la incertidumbre, aunque el Tenerife es uno de los equipos que van a ascender con el Real Zaragoza. Seguro.

 

Y luego ese bella obra de arte futbolística que fue el partido Madrid-Barcelona. El Barça se encontró con un gol en contra, tiene una defensa muy frágil por alto (se vio a lo largo del partido, y por ello va a sufrir con el Chelsea; Hiddink habrá tomado buena nota), y a partir de ahí sacó lo mejor de sí mismo: ese balompié poético, trabajado con triangulaciones, toques precisos, búsqueda del hueco y un increíble sentido del control, y una presión muy arriba. Así tomó la delantera, 1-3; cuando el Real Madrid parecía meterse de nuevo en la pomada con 2-3, Henry volvió a marcar, y ese cuarto gol, tan oportuno, fue como un arreón para la victoria final. El 2-6 es justo, a lo mejor a la luz de las ocasiones perdidas un pelín corto, y el conjunto de Guardiola demostró que es una extraordinaria formación, que juega al fútbol con una técnica primorosa, una técnica primorosa que el Chelsea en Zaragoza no le dejó exhibir. A Guardiola solo cabe felicitarlo, aunque yo le pondría una objeción menor: creo que el miércoles próximo jugará de central Martín Cáceres; con 2-4 a favor, era el momento de darle la oportunidad de medirse y de asumir responsabilidades tan importantes en un estadio tan impresionante como el del Real Madrid.

*Foto de archivo de Diego Rodríguez, en el anterior partido ante el Salvador en su campo de hierba artificial. La foto es de José Antonio Melendo.

 

 

1 comentario

JESUS -

Habrá que volver por Casetas de parranda antes de cada partido… Sigo buscando, porque al otro lado del charco, seguro que ya han inventado un nombre para los delanteros que calcen botas verdes… y además goleen.

Ayer me hice al animo, y tras un duro día de playa, me senté a ver el partido del Zaragoza, y fue sentarme y empatar, que agonía por dios.

Me recuerda al Castellón de hace unas temporadas, ósea que me da una pena terrible, cuando tras once años en Segunda B volvió a la Categoría de Plata, y volvió para quedarse…mucho me temo que igual que el Zaragoza, si la Virgen del Pilar no lo remedia, en un par de años, la afición pasara a celebrar la permanencia en Segunda como un éxito,… lo mismo que por aquí. En fin, …ya veremos.

Claro esta que ser de un grande como el Real Madrid tampoco te garantiza dormir tranquilo…y me parece también que a este Barça le pasara en Europa lo mismo que al Real de la Quinta del Buitre.

Para terminar tan intenso día me quede dormido viendo como el vecino caía derrotado, precisamente ahora que Cani se ha echado el equipo a la espalda…Lo dicho ser de un grande