MARGA CLARK RECUERDA A SU TÍA MARGA GIL ROËSSET
Marga
y Marga
Marga Clark es una poeta, novelista y fotógrafa madrileña. El jueves presentó en Antígona el poemario ‘Amnios’ (Olifante), sobre la identidad y los secretos que fluyen adentro de la piel. Hace más de treinta años, Marga se trasladó a estudiar cine y teatro a Nueva York, e hizo sus pinitos artísticos con un novio norteamericano. Un día, les robaron la cámara cinematográfica y ella descubrió la fotografía: realizó retratos, reportajes, y “gané más dinero que nunca”. Asistió, en 1978, a un curso de ‘Psicología del retrato’ con el maestro Philippe Halsman, al que pudimos ver hace poco en el Palacio de Sástago. Su fotografía se desplazó de un realismo nítido, de la “copia de la vida”, hacia una foto de la mirada, reflexiva. Marga llevaba una sombra en su cabeza: el recuerdo de su tía Marga Gil Roësset, aquella escultora que había nacido en 1908 y que se había suicidado en 1932 por amor a Juan Ramón Jiménez. En su casa, para su padre y su tía Consuelo, aquella historia terrible era un auténtico tabú: estaba condenada al olvido. Años después, mientras exponía en ARCO, Marga Clark leyó un reportaje de ‘ABC Cultural’ donde se contaba aquella historia de la joven talentosa que hacía ilustraciones de libros desde niña y que, tras conocer a la pareja Juan Ramón- Zenobia, se enamoró perdidamente del poeta. Fue a despedirse de él, destrozó sus obras y sus fotos, antes de disparar a su cabeza con una pistola que llevaba y que el futuro Nobel no vio. Juan Ramón aún veló su agonía y conservó en secreto su diario. Marga Clark escribió una novela con esa historia, ‘Amarga Luz’ (Circe), y un poemario, ‘El olor de tu nombre’ (Huerga & Fierro). Está poseída por ese mito, por esa ausencia, por ese loco amor. A Marga Gil Roësset le debe su nombre: Marga. Ahora prepara, con su hijo Steve Clark, una película sobre la mujer que también “prefirió la realidad invisible”.
*La fotografía ha sido tomada por Aloma Rodríguez durante una grabación en Spectrum Sotos para 'Borradores'. Este artículo se publicó ayer en 'Heraldo'.
1 comentario
LAURA -