HOMENAJE CON LIBRO A PANTICOSA
Alejandro Salvador, novelista y técnico cultural, me escribe esta nota:
HOMENAJE AL BALNEARIO DE PANTICOSA
Te convocamos al homenaje que pensamos rendir al BALNEARIO DE PANTICOSA y a don JOSÉ BELÍO, personaje entrañablemente unido a este paraje tan agraciado por los dioses y tan maltratado por los humanos, el próximo día 27 de septiembre de 2009, a las 12:00 h, en la terraza de Casa Belío del balneario de Panticosa.
Están invitados: familia Belío - Jesús Ángel González Isla y currantes de Panticosa Cultural, alumnos y profesores de Panticosa Cultural, Chema Peralta y su Taller de Rock, Andrés Ibiricu y su coro Amici Musicae, precursores de la Banda del Canal, aristas, escritores… todos cuantos un día pasaron por este lugar, quedaron mudos de su hermosura y se enamoraron de él, dejaron escrito un poema o pintaron un cuadro; todos los amigos y amantes de este paraje único e irrepetible de nuestro Pirineo, declarado en 1994 Bien de Interés Cultural y Paraje Natural y, una vez más en su dilatada historia, cerrado tras una discutida reforma.
Este homenaje se enmarca en los actos de presentación del libro LA FUENTE DE LA BELLEZA, Diario del balneario de Panticosa, novela de la colección Narrativa de Mira editores de Alejandro Salvador, que presento el día 26 de septiembre de 2009, a las 19:30 h, en el Centro Cultural La Fajuala de Panticosa y el día 5 de octubre de 2009, a las 19:30 h en el colegio La Purísima para niños sordos de Zaragoza. [La portada del libro la ha diseñado la pintora y grabadora Cristina Gil Imaz y los dibujos interiores, de portadillas y del colofón, corresponden a Juan Ibáñez Teruel].
La novela relata la experiencia de una persona sorda que comienza a oír en el balneario de Panticosa, que es capaz de auscultar las voces y la música de la Naturaleza y percibir los sonidos y los silencios del balneario; trata de ser un emotivo tributo a este paraje fascinante del Pirineo aragonés, a su impresionante belleza natural y a las personas que dejaron grabadas sus vivencias en las piedras de casas centenarias y cuyos ecos aún susurran en las aguas de fuentes, torrentes e ibones.
0 comentarios