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Antón Castro

PEPO PAZ: EL OTOÑO EN GALICIA

PEPO PAZ: EL OTOÑO EN GALICIA

TIEMPO DE OTOÑO Y CASTAÑAS EN GALICIA

 

Por Pepo PAZ*

Cuando era pequeño mi padre solía contarnos de dónde procedía nuestro primer apellido: Paz. Bello y utópico, el apellido. Al parecer provenía de un antepasado originario de algún lugar desconocido de la provincia de Ourense que había acabado en Madrid ganándose la vida muchas décadas atrás. Supongo que su oficio sería el de carpintero (pero esto es sólo una suposición: mi bisabuelo y mi abuelo lo fueron luego, cuando los oficios se transmitían de padres a hijos). No sé si esto explica, en cierta forma, las querencias familiares por el noroeste peninsular, por el azote del viento frío en la cara, por el mullido sonido de las pisadas al caminar a través del bosque umbrío, por los horizontes verdes y azules. Lo cierto es que cada vez que el trabajo me lleva a Galicia disfruto doblemente. Estos tres últimos días he recorrido parte de las comarcas que bañan los ríos Arnoia y Limia, entre Allariz y Maceda -por un lado- y Celanova y la Raya portuguesa, por otro. También la vasta llanura que rodea Xinzo de Limia. Una pequeña porción del suroeste de la provincia orensana. La tierra natal de Celso Emilio Ferreiro. Me he aventurado por imposibles carreteras secundarias que conducen hasta remotas aldeas donde todavía pervive, en cierta forma, ese mundo ancestral en el que palpita buena parte del espíritu que reflejara Castelao. Quedan, de este viaje, la personas con la que he charlado estos días: Javier y Rosa, del Hospedaxe Rosa Castelá, en el casco velho de Allaríz. También Julio y Pilar del hotel O Portelo Rural (en la rúa Portelo, de Allaríz), Javier -cocinero y encargado- de la Rectoral de Ansemil y Héctor, del Pazo A Fábrica, en Celanova. Luigi y Mari Carmen, del restaurante Pallabarro (Allaríz). Ana, de la Casa Rosa de Maceda. Y Ramón, de la Rectoral de Candás. También quedan paisajes inolvidables, como el Ecoespacio de Rexo (en Requeixo de Allaríz), donde sobrevive el bosque pintado por Agustín Ibarrola junto al cauce del Arnoia (en el mismo lugar en el que se se rodaron algunas de las escenas de la película con la que José Luis Cuerda escarallou el libro de relatos de Manuel Rivas La lengua de las mariposas). Castromao y la torre de Vilanova dos Infantes. Los vestigios romanos que cincelan el trazado de la vía nova de sur a norte, desde el punto fronterizo de la Portela do Homme, en el Parque Nacional de Peneda-Gêres, o las humeantes aguas balnearias de Lobios. Y queda, sobre todo, una inmersión mágica en el otoño gallego: en la vida que alienta, en silencio, en las entrañas de sus bosques. Os dejo algunas fotografías tomadas durante este fin de semana como botón de muestra (para verlas mejor hay que pinchar en las imágenes). Y un aviso: el próximo fin de semana se celebra en Allaríz la Feira de Outono (Feria de Otoño). Por si alguien se anima.

 

*Pepo Paz retorna de Galicia, donde ha quedado fascinado por el otoño y los castaños. Y me manda este artículo, que ha llevado a su blog. Y también me manda esta foto. de un roble de Allariz.

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